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Me senté de mala gana en aquella silla, con aquel sujeto tragando como cerdo

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Me senté de mala gana en aquella silla, con aquel sujeto tragando como cerdo.

—¿Qué? — preguntó al darse cuenta de mi mirada. —¿No vas a comer? — negué con la cabeza y él también lo hizo. —Traiganle un desayuno a mi mujer — le ordenó a la sirvienta que estaba parada a su lado, pero con un espacio definido.

—No tengo hambre, gracias — refuté, él me miró de mala manera, y yo no me deje vencer por su mirada, así que también lo rete.

—Lo que ordené, rápido — dijo, sin quitar su mirada de mí, a lo cual yo tampoco me iba a dar por vencida.

Seguimos nuestras guerras de miradas, hasta que llegó la sirvienta con mi plato de desayuno, lo puso enfrente de mí, quite mi mirada de la suya y miré el plato, hice una mueca y con mi mano lo empuje lejos de mí, cabe decir que la mesa era muy, demasiado grande y ancha para mí gusto, así que una razón más para evitar cualquier cosa de este sujeto.

—No quiero — dije, mirándolo nuevamente.

Soltó aire con molestia, mucha para mí agrado, así que supuse que la había cagado, y su mirada penetrante e intimidante, me lo hizo saber.

—Come — su voz de mando me hizo bajar la cabeza y obedecer su orden. ¡Idiota!

Dejé el plato enfrente de mí, tomé el tenedor y empecé a comer. El silencio reino la estancia del comedor, sentía un nudo en la garganta, y por eso no tenía hambre, ni siquiera podía pasar la maldita comida y este idiota me hace comer cuando no tengo hambre.

—Quiero conocer a tus padres — soltó de repente, a lo cual me atoré con la comida, tocí un par de veces, cuando me recuperé, él me miraba con una ceja alzada.

—¿Para que quieres hacer eso? — pregunté.

—Nos vamos a casar después de todo, ¿No? Me parece justo que conozcas a mis padres y yo a los tuyos — tomó su jugo y bebió de el. Lo miré, hasta que dejó el vaso en la mesa y volvió su mirada en mí.

—No — dije, él volvió a levantar la ceja. —D-Digo...no creo que sea necesario — corregí rápidamente.

—Lo es, ya que ellos también deben de estar en nuestra boda — quería que se callara, la palabra “Boda” me hacía olvidar mi timidez y miedo, para cambiarlo por enojo, porque el lo hizo a propósito, de eso, estoy completamente segura.

—No quiero casarme contigo — solté de repente. —No sé que rayos hayas echo para que mi Omega te haya permitido marcarme, pero realmente te odio por haberme echo eso sin mi permiso y consentimiento, mi Omega te lo permitió, sí, pero yo no... así que prefiero morir por tu falta de presencia, a vivir toda la vida contigo — él miraba su plato sin expresión alguna, sabía que mis palabras tal vez lo harían enojar, pero no sé compara a lo que yo realmente siento en estos momentos.

Nos quedamos unos minutos en silencio, hasta que soltó una risa sin gracia.

—No me importa lo que sientas por mí, tu Omega me escogió y no puedes hacer nada contra de ello, así que es mejor que te vayas acostumbrando a tener este tipo de desayunos — tomo una servilleta blanca, muy impecable para mí gusto, se limpio las comisuras de sus labios y se levantó. —Iré a trabajar, con permiso — y sin más, me abandono en el comedor.

Bufé de molestia, quería gritar, pero eso no me sacaría de este lugar, ¿Porqué fui tan tonta al aceptar? ¡Ahg, me odio y lo odio a él!

Bufé de molestia, quería gritar, pero eso no me sacaría de este lugar, ¿Porqué fui tan tonta al aceptar? ¡Ahg, me odio y lo odio a él!

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—LaOmmaChida💜💜✨✨✨

»God is a woman ✔️ +18 [ Lizkook ] [ Omegaverse ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora