»God is a woman ✔️ +18 [ Lizkook ] [ Omegaverse ]

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Negué con la cabeza, esto realmente no era nada de lo que yo realmente era.

Un top azul marino, que dejaba al aire mi pecho y mi abdomen, un Short blanco super corto, que era cubierto por una tipo falda hawaiana, pero está era de tela negra y algo larga, pero dejaba al descubierto mis piernas, y para finalizar unas zapatillas negras de tacón alto, juro por dios que en cualquier momento se me romperá el tacón y me iré directo hacia el piso.

Tomé el pequeño bolso de mano y me dí la media vuelta, tomé aire y lo solté lentamente, caminé hasta la puerta y la abrí, un enorme pasillo me dió la bienvenida, caminé por este, escuchando solo el sonido de los tacones chocar contra el piso brillante y muy lujoso. Llegue hasta las escaleras y empecé a bajarlas, mientras me aferraba al pasa manos de metal que había en estás.

Al terminar de bajar pude ver a Jeon, con un Smokin negro, muy elegante, una corbata negra que hacía conjunto con mi top y con su traje. Él al escuchar mis últimos pasos para terminar de bajar las escaleras, se giró, mirándome.

Me sentí totalmente expuesta ante su mirada, bajé mi cabeza y mi mirada fue a mis zapatillas, con mi mano sobe mi ante brazo izquierdo, haciendo que cubriera mi abdomen con mi antebrazo.

—Si me permites...te ves muy hermosa — levanté la cabeza y lo miré, sentí mis mejillas calientes, asentí y miré hacia otro lado.

Estaba demás decir que yo no usaba este tipo de ropa, ni siquiera llegué a pensar que la usaría, siempre había usado ropa olgada, suéteres con conjunto de sus pantalones. Y mi cabello, jamás lo había arreglado de esta manera, ni siquiera me había llegado a pintar de esta manera, siempre era algo ligero, algo sencillo y listo.

—¿Vamos? — ofreció su brazo, mordí mi labio inferior y me acerque a él, pase mi brazo izquierdo por el suyo y lo enganché.

Salimos de la mansión, por qué sí, el billonario anticristo, vivía en una maldita mansión que parecía la casa blanca. Y no hay que negarlo, parecía un mafioso, con toda esa seguridad que poseía, el dinero, los autos y la casa. Vaya...

Una miniband estaba esperándonos en la entrada de la casa, con mi brazo enganchado al suyo, bajamos los escalones de la entrada y me ayudó a subir primero, tomé asiento de lado izquierdo, junto a la ventana, dejando que nos separará un pequeño pasillo, él se subió y se sentó del lado derecho. No tardó mucho en ponerse en marcha la miniband, así que solo miré hacia la ventana.

—Por cierto — llamó mi atención, giré mi cabeza hacia su dirección y lo miré. —Debes actuar como si fueras mi pareja, no hables con nadie, no le digas a nadie sobre nuestro acuerdo, y sobretodo, jamás tomes alguna bebida que te dé algún desconocido, ¿Entendiste? — no sé en qué momento se acercó tanto, hasta el punto de chocar su nariz con la mía, respiré profundo y su olor de chocolate con menta y la loción muy masculina entro en mis fosas nasales, haciendo que lo mirara directamente a los ojos, nos miramos por unos momentos y asentí.