Far Away | jb (Secuela "Coldwater")

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Canción: A Message - Coldplay

Avery

Abrí los ojos de golpe al sentir mi corazón casi salirse de mi. Me trate de tranquilizar y entender en donde estaba. Me giré como pude y pronto vi a Justin sentado a mi lado mirarme.

Y todo pasó por mi cabeza como un rayo, en milisegundos. Ver aquella sombra, salir tras él, morderlo, la navaja, David golpearlo, etc. Todo se presentó como un gran pantallazo.

Me acostumbré a la luz arrugando el entrecejo y girando un poco mi cuello.

Mis ojos al encontrarse con los de Justin, de alguna manera, hicieron que yo me sienta en paz. A salvo.

Sonreí a medias y él tomó mi mano, acercándose más a mi.

—¿Cómo te sientes? —me preguntó sin despegar su atención en mí.

Tragué saliva y gemí al sentir una punzada en mi abdomen.

—Bien —dije a penas con un hilo de voz— me duele el abdomen un poco.

Justin asintió.

—La navaja tenía verbena por eso estas tardando en sanar. —el dijo.

—Lo sé —hablé— fue todo muy... rápido. Le vi la cara y no recuerdo haberlo visto en ningún lado.

Justin suspiró mientras con su dedo pulgar acariciaba mi mano.

—Su nombre es Mason y ya lo tenemos dentro del comité en observación. —agregó— trabajaba para Kencey.

Palidecí. Escuchar ese nombre me provocaba un sin fin de malas sensaciones. Era como un asco profundo.

Mire a Justin como si de un fantasma se tratase.

—Entonces él puede ser... —dije pero Justin me interrumpió.

—No sabemos, no creo que él sea el asesino. No tendría sentido que se haya expuesto de esa manera y sea capturado ahora. De ser él, estoy seguro que hubiera hecho aún más cosas.  —Justin dijo.

—Es cierto —susurré— Mason será de ayuda y lo mejor es que hable.

Justin asintió.

Silencio entre nosotros fue el detonante.

—¿Estuve mucho tiempo dormida? —pregunté.

Justin pareció pensarlo.

—Algunas horas —respondió.

Pero pronto el miedo invadió mi ser al pensar en la idea de que David esté aquí y lo haya visto, o quizás entre ahora mismo por esa puerta y vea esto. Lo vea a Justin junto a mi.

—Maldición Justin, David podría verte y...

Él volvió a interrumpirme y se acercó hasta mi mejilla para besarla delicadamente. Con su mano, acarició mi frente y sus ojos hicieron contacto con los míos.

—Lisa está cubriéndome, descuida.

¿Lisa? Que raro.

El ruido de la puerta abriéndose hizo que ambos nos asustáramos. La cara de Justin se relajó a percibir que solo era un médico.

El hombre de no unos cuarenta años, nos sonrió a ambos y se paró frente a nosotros.

—¡Avery! Despertaste, eso es bueno. —dijo sacando una lapicera y sosteniendo algunos papeles— ¿Cómo te sientes? —preguntó mirándome atentamente.

Sonreí.

—Estoy bien, un poco de dolor en el abdomen, pero bien, gracias —respondí.

El doctor asintió y comenzó a escribir cosas.