Temprano en la mañana, Erizo y Max se pusieron a estudiar. Mientras calentaba la jarra con el café, Erizo fue al baño. En eso suena el teléfono y atiende Max.
—Hola, ¿está Erizo?
—Erizo fue al baño, ya vuelve.
—Tú no eres Oscar. ¿quién eres? ¿Qué estás haciendo en la cabaña de mi hija?
—Soy Max. Estoy ayudando a Erizo a estudiar.
—¿Estudiar? Se supone que está de vacaciones. ¿Qué está estudiando Erizo?
En ese momento el muchacho se dio cuenta del error garrafal que había cometido. Porque se supone que la madre de Erizo no tenía que enterarse que ella estudiaba magia. Así que ensayó una mentirita.
—Emm.. ella está en un equipo de básquet de los campistas, y está estudiando un libro de estrategias de juego.
—¿Basket? ¿Y para esa tontería necesita que alguien le ayude a estudiar? ¿Tú estás en su equipo?
—Emmm... Digamos que sí. Estoy de suplente del equipo.
—Ah, genial. Pensaba que la ayudaría a estudiar por lo menos el director técnico. Pero si para una cosa simple como el deporte, necesita la ayuda de un suplente, mi hija va mal...
El nivel de toxicidad que destilaba esa mujer al teléfono era increíble. Max no quiso imaginarse lo que sería tenerla cara a cara. De todos modos le contestó serena y educadamente.
—Señora, Erizo es la centrodelantero del equipo porque es excelente jugadora. Por eso ella, como capitana necesita transmitir las mejores estrategias al equipo. Y para eso necesita estudiar.
—Espero que no necesite la ayuda de un suplente cuando tenga que estudiar negocios, que es para lo cual invertimos tanto en su educación...
Erizo, desde el baño, sólo escuchaba la parte de la conversación de Max, pero adivinó que del otro lado estaba su madre, y no estaba contenta.
Aplaudió para sus adentros la ocurrencia de Max al decirle que estudiaba básquet, pero sabía que a su madre no había nada que la contentara.
Salió del baño, y Max le dio el tubo del teléfono para que hablara con su madre.
—Hola mamá.
La madre empezó a quejarse sin siquiera saludar previamente.
—Erizo, se supone que te llevamos a la isla para que descanses, así después puedes retomar el estudio de los negocios. ¡Pero te pones a llenarte la cabeza con tonteras que no te sirven para nada!
—Mamá, con este estudio yo despejo mi cabeza. El deporte forma parte de las actividades de la isla.
—Hija, está bien que corras, saltes y juegues para divertirte si quieres. ¿Pero ponerte a estudiar tan obsesivamente al punto que necesites ayuda? Aparte, ¿que hace ese tipo en tu cabaña? ¿dónde está Oscar?Erizo respiró profundo para no enojarse.
—Oscar se fue a la montaña con Lucy.
—Ah, ¿tu amiguito te abandonó y ahora tiene otra?
—No me abandonó, mamá —respondió Erizo ya algo molesta—. Lo que pasa es que él tiene sus actividades, y yo tengo las mías.
—¿Y para tus actividades necesitas hacer entrar en tu cabaña a un desconocido para que te ayude a estudiar? ¿Desde cuándo necesitas ayuda para estudiar?
—Mamá, con la ayuda de él pierdo menos tiempo y puedo estudiar más rápido. Aparte no es un desconocido. Es Max.
—¡Oh, gran cosa!—contestó la madre, en tono de ironía—. "Es Max", como si fuera que es un prócer. Erizo, quiero dejarte en claro que para mí ese tipo es un desconocido, y me molesta que hagas entrar a desconocidos en tu cabaña, que se supone que es privada.
—Pero Mamá...
—Te dejamos en esa isla en manos de gente responsable para que podamos estar tranquilos. Pero si no me vas a poder dar tranquilidad, te traigo de vuelta ¡y se terminan tus vacaciones!Erizo apretó los puños, tragó saliva, y sólo atinó a decir:
—Está bien, mamá— y cortó la llamada.
Erizo se apoyó sobre la mesa con una sola mano dando una sensación como de que estaba agotada, y luego se dejó caer sobre la silla. Max notó que tenía la mirada perdida, y se le habia ido toda la alegría con la que se levantó ese día.
—¿Estás bien?
Erizo meneó la cabeza y luego dijo:
—Acabas de conocer a Irma Hedgehog.
Erizo hizo un amargo silencio y luego continuó.
—Siempre fue así. Pero en estos últimos tiempos, no sé si por la menopausia o por qué, se puso peor. Mi padre se fue de la casa porque ya no la aguantaba.
—¿Se divorciaron?
—No se divorciaron. Por teléfono se tratan bien. Pero ya no pueden vivir juntos.Erizo tenía un aire de gran desolación. Miró a su novio con ojos tristes, se levantó de la silla, lo abrazó de atrás, y le dijo al oído:
—Si alguna vez me pongo.. así de insoportable... o escuchas que le hablo así a nuestra hija... Les doy permiso para que me abandonen.
Erizo abrazó a Max más fuerte y éste sintió correr unas lágrimas por su cuello y espalda.
El muchacho tomó a su novia por la cintura y la hizo sentarse en su regazo. Empezó a besarla en el rostro, bebiéndole las lágrimas.—Nunca te abandonaría, mi amor.
—No mereces a alguien así a tu lado.
—Mi amor, por empezar yo no permitiría en nuestra relación todo lo que llevaría a ese estado de cosas. A lo mejor tu mamá tenía la sana intención de que tú fueras independiente, pero para eso no hacía falta que te exigiera tanto. Ella se acostumbró a exigir y tú a ceder, y después ya no hubo nadie que la detenga. Nadie que le dijera que su método causaría sufrimiento a ti, a ella, e incluso rompería su matrimonio.Erizo miró a su novio con admiración.
—Sigues siendo un maestro para hacer esquemas y resúmenes. ¿En qué libro te basaste para hacer el esquema de mi vida?
—Oscar.La chica quedó en silencio un momento, y luego dijo:
—Oscar toda su vida se la pasó recogiendo mis pedazos y volviéndome a armar. Si no lo hubiera tenido, no sé qué hubiera sido de mí.Una lágrima comenzó a correr por la mejilla de Erizo, y ésta se la secó con su manga.
—.. por eso me dolió tanto haberle mentido.
—Ya está mi amor. (Beso) Ya reconstruiste nuestra relación con él. (Beso) Ya nos perdonó. Y no le volveremos a fallar. Es un tipo muy especial que se la jugaría por nosotros. Y si algún día nos tenemos que jugar por él, nos jugaremos.Erizo sonrió con lágrimas en los ojos, lo abrazó fuerte y le dijo:
—Ay, Max. Tengo que cuidarte.
—¿Por qué?Erizo le tomó la cabeza con ambas manos y lo miró a los ojos antes de contestar.
—Porque hombres como tú, no se consiguen más.
Y le dio el beso más tierno y cariñoso que pudo.
__________oOo__________
Entretanto, alguien que había estado en la fiesta y los había visto, no estaba contenta.
—Max... Max... . ¿No te cansas de ilusionar mujeres para luego abandonarlas?
La chica masticaba su rabia y aumentaba a medida que recordaba la entrada triunfal de Max en la fiesta, tomado de la mano con Erizo. Se sentía traicionada.
—Pero no voy a permitir que le hagas a otra lo mismo que me hiciste a mí.
Y su mente, navegando en los hirvientes caldos del odio, ya trazaba un plan.
ESTÁS LEYENDO
MI PRIMERA CITA CON MAX
RomansaSecuela del capítulo piloto. +18. Erizo, una adolescente que ha estado sumergida en el estudio y en los libros, en unas vacaciones conoce y se enamora apasionadamente de Max, un muchacho con una historia de pobreza y sufrimientos desde muy pequeño...