Capítulo 18.

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POV William.

Según salgo de la casa de Sheila corro a toda velocidad hacia la mía para ocultarme. No entiendo cómo es posible que Sheila me haya dicho que no va a rechazar ni al hechicero ni al lobo por mí. Y eso me duele y mucho. Entiendo que su loba y su bruja interior no quieran negarse a tener a su pareja destinada, pero es que no ha pensado en que al hacer eso le está negando a su parte vampira tener a su alma.

–Will, ¿se puede saber por qué estás aquí y no con tu alma? - me pregunta Nickolas según me ve entrar por la puerta.

–Te respondo diciéndote que la vas a entrenar tú hasta que yo pueda mirarla a los ojos – digo mientras sigo corriendo hacia la puerta de la biblioteca.

Cuando llego la puerta de la biblioteca me hago un corte en la mano para entrar y cerrar la puerta antes de que Nickolas se cuele e intente hacerme hablar de lo que ha sucedido. Lo que ha pasado es algo que tengo que aceptar y pensar. Sólo tengo dos opciones: o acepto a mi alma y a la vez estoy aceptando al lobo y al hechicero; o rechazo a mi alma y estaré solo por toda la eternidad.

Me sumerjo en mis pensamientos durante lo que me parecen horas y siento que mi garganta me empieza a arder. Tengo que alimentarme y no tardando, o no podré mantener el control sobre mí mismo por mucho tiempo. Salgo de mi biblioteca y me encuentro con Sheila en la puerta. Debo de tener los colmillos fuera y los ojos rojos, la sed de sangre se ha aumentado en mí de una forma exponencial por solo tenerla cerca.

–Sheila, no sé qué haces aquí o cómo has llegado, pero debes de irte ya- hablo de forma calmada y respirando lo menos posible para que su aroma terriblemente dulce no me haga querer lanzarme encima de ella y alimentarme de forma brutal.

–No me voy a ir William, ayer me quedé impactada por tu reacción y el chico que has mandado a entrenarme me ha dicho que no has salido de la biblioteca hasta ahora – habla asustada levemente, lo sé porque tiene un leve jadeo a la hora de hablar.

–Sheila, te lo digo de verdad, aléjate de mí lo máximo que puedas y mientras puedas – hablo un poco más acelerado y subiendo el tono de voz, pero lo que no puedo es calmarme cuando tengo su olor cerca de mí y más cuando tengo tanta hambre. He pasado demasiado tiempo sin alimentarme y eso es un fallo de principiante que no puedo cometer. 

–No William, te pasa algo y hasta que no lo solucione y me asegure de que estás bien no te voy a dejar. Kar me dice que te tienes que alimentar y que es mejor que sea de mí porque soy tu alma. ¿Es por eso por lo que estás así? – me pregunta con ese tono tan dulce que tiene y que lo único que consigue es que su olor se amplifique a la vez que mueve su pelo.

–No sabes lo que dices Sheila. Kar lleva razón y tengo hambre, pero tengo demasiada y no puedo arriesgarme a que te pase algo porque yo no me pueda controlar – me callo cuando veo que se está recogiendo el pelo en su lado izquierdo y da un paso hacia mí tentándome mucho más.

–William eres mi alma, estoy seguro de que te vas a poder controlar y que no me vas a hacer daño – habla acercándose hacia mí y acercando su mano a uno de mis colmillos.

Siento cómo se hace una pequeña herida en el dedo y deja que una pequeña gota de sangre caiga mi boca y sabe a gloria. Siento como su olor dulce pasa de ser sólo un olor a ser también un sabor y de una forma muy intensa y profunda. Necesito más y de su cuello.

–William, no tengas miedo, confía en mí por favor – siento que acerca su cuello a mi boca y no me puedo controlar más. La muerdo lo más suave que puedo, pero siento cómo ella suelta un leve jadeo de dolor que es apagado por un jadeo de placer.

Siento como su sangre inunda mi boca y la trago después de saborearla. Siento como su sangre es tan dulce como la mismísima leche condensada mezclada con el azúcar más dulce. Siento como su cuerpo empieza a perder fuerza e inmediatamente me siento empujado hacia la pared y me fijo en Sheila: tiene los ojos dorados, su loba tiene posesión de ella.

–Kara, lo siento muchísimo, yo no quería hacerle daño a Sheila y tú lo sabes – hablo atropelladamente antes de que me ataque.

–Ya lo sé vampiro, solo he salido a la luz porque la estabas dejando seca y no iba a tener las fuerzas suficientes para curarla – habla con una voz más fuerte que la voz de Sheila y de una forma más profunda.

–Kara, ¿sabes lo que significa que yo haya bebido de ella cuando ha sido voluntario por su parte? – pregunto antes de que pierda el control de Sheila.

–Lo sé vampiro, y no me gusta para nada, pero no es algo que pueda echarte en cara y menos ahora. Tú se lo vas a explicar Sheila y yo sólo podré ayudarla con Adam, pero no contigo, eso tiene que ver con Kar – habla justo antes de cerrar los ojos y que sus ojos cambien a ese verde potente que la identifica como Sheila.

–Sheila, ¿te encuentras bien? – pregunto asustado, no sé cómo le habrá sentado que Kara la cure por primera vez en su vida.

–Sí, me encuentro perfectamente. No entiendo por qué Kara se asustó tanto cuando Kar me dio la idea y tampoco entiendo por qué Kar no me habla ahora – habla mirándome a los ojos, como si intentará saber si miento o no.

–Sheila, no sabes lo que acabas de hacer, ni lo que va a pasar. Esto lo cambia todo de una forma increíble. Primero tienes que entender lo que te voy a explicar y después vas a tener que hablar con Adam y Kayden – hablo sinceramente y mirándola a los ojos.

No puedo perderla, puedo compartirla, pero no perderla y menos ahora que he probado su sangre voluntariamente. Ahora que su atracción a mi va a crecer de forma exponencial, ahora que su parte vampira va a crecer y a pedirle mi sangre como su alma, ahora que yo voy a tener un aroma único hacia ella, ahora que ella va a poder ser mía.


POV Sheila

Me levanto antes de que Sarah aparezca por la puerta para meterme prisa y que no tarde mucho en llegar a mi entrenamiento con Adam. Me ducho a la velocidad de flash, me pongo el uniforme y me dejo el pelo suelto. Bajo por las escaleras a las 8:45 y me meto en la cocina para tomarme un café y estar lista para mi entrenamiento.

–Asique tengo una mate muy poco madrugadora, me gusta eso – me habla Adam desde la puerta de la cocina justo antes de que llegue.

–Todavía no ha empezado mi entrenamiento, por favor, no me martirices. Ayer tampoco es que tuviera el mejor día del mundo – hablo con un tono triste y decepcionada conmigo misma.

La situación con William me ha dejado como sin energías y saber que ahora le voy a tener que decir lo mismo a Adam y a Kayden me destroza por dentro, no sé qué hacer.

–Adam, ¿te consideras muy celoso? – pregunto con un poco de miedo a que me responda que sí.

–¿Quieres decir contigo? – me devuelve la pregunta haciendo que dé un paso atrás de forma repentina.

–Sí – hablo siendo sincera.

–Los lobos somos muy posesivos con nuestras mates, al igual que las lobas con sus mates, es algo lobuno. De la posesividad a los celos hay un camino muy pequeño Sheila y depende de cada lobo y del rango de cada lobo. Yo soy un alfa muy posesivo y bastante celoso con lo que me pertenece. ¿He resuelto tu pregunta? – me dice justo antes de dar media vuelta e irse a esperarme en la puerta de la casa.

Genial, tengo a mi alma a punto de rechazarme y a mi mate que seguramente también lo va a hacer, no sé por qué me he levantado hoy de la cama. Bufo sonoramente y me dirijo hacia la cocina para tomarme un café. Me tomo mi café tranquilamente y voy a la puerta a esperar a que venga Adam.

–Será mejor que empieces a correr ya Sheila. Hoy tenemos que llegar al centro del bosque para que podamos conocer a tu loba – habla Adam saliendo por la puerta y pasando de largo.

–Adam, no sé qué te pasa. Yo solo te he hecho una pregunta inocente y tú te has enfadado de esta manera. ¿Hay algo que no sepa? – pregunto poniéndome delante suya.

–Sheila, muévete. Tenemos que llegar al centro del bosque para que estés a salvo y podamos contactar con tu loba – habla esquivándome.

Genial, mi mate me odia y lo único que le interesa es que Kara salga a la luz y ambas podamos estar a salvo dentro del bosque. Solo hay una cosa que Adam no sabe: tengo un terror enorme hacia los lobos y voy a tener que estar en un bosque que seguramente va a estar rodeado de lobos.

–Sheila, no te va a pasar nada mientras estés conmigo, ¿te da miedo el bosque? – pregunta al darse cuenta de que no le sigo y me he quedado parada.

–No es exactamente el bosque, son todas las cosas que pueden atacarme dentro y, no se hasta qué punto voy a estar segura ahí – digo quedándome quieta.

–Sheila el bosque es el nuestro hábitat natural, somos lobos, nuestros lobos interiores ansían liberarse de nuestro ser humano y ser animales. Es algo necesario para nosotros. Al principio te puede resultar raro, pero te juro que es una necesidad interna nuestra – habla andando hacia mí.

Cuando llega a mí me toma de la mano provocando que una corriente de energía positiva recorra todo mi cuerpo y provocando que Kara, ¿se mueva? No sé si eso es posible pero es lo que siento.

“Sheila quiero conocer de una vez a Cole, así que muévete o tomare el control y haré que te muevas de una vez”.

Me espeta Kara de una forma que hace que mi cabeza duela, pero que a la vez hace que ande a la par de Adam.

De repente Adam se para bruscamente y me mira, concretamente mira mi cuello, mierda, ahí donde me mordió William. Creo que se va a liar parda cuando se entere de que Will ha bebido de mi voluntariamente.

–Sheila, todavía estoy intentando entender tu aroma, pero hay una cosa que no entiendo, ¿Por qué hueles tanto a vampiro, concretamente a William? – me pregunta a la vez que sus ojos cambian a un dorado potente con motas rojas.

“Sheila por nada del mundo le digas que dejaste que William se alimentase de ti voluntariamente. Solo tócale los brazos, tu tacto lo va a calmar, hazme caso”.

Me habla por primera vez en la vida Kara de forma amable.

–Adam – hablo dando un paso hacia él y tocando su hombro derecho – ayer estuve en casa de William por que tenia que solucionar una cosa, seguro que ahí mismo se me pegó su aroma – hablo mientras acaricio levemente su hombro dándome cuenta de lo musculado que está.

–Sería una buena respuesta Sheila, si su olor estuviera en todas las partes de tu cuerpo, pero parece estar sólo en tu cuello, justo en la zona en la que debería de estar… – habla hasta quedarse callado y dando un paso hacia atrás.

De un momento a otro la mirada de Adam cambia de una mirada curiosa a una de total espanto, acto que provoca que mi corazón se rompa. Ahora sí que me rechaza y me quedo sola, sin ninguno de los 3.

–Adam, si me vas a rechazar hazlo de una vez, pero no lo alargues más, me está destrozando por dentro saber que no me vas a aceptar por el hecho de que William es mi alma y tu odias a los vampi – no puedo terminar de hablar porque siento los labios de Adam atacar los míos sin piedad.

Capítulo dedicado a mi preciosa AdriiiPottter28 que hoy es su cumpleaños y la quiero lo que no está escrito ❤️.

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora