POV Will.
Ver a mi alma amansar al alfa más peligroso de todo Norteamérica no es algo que se vea todos los días. Realmente parece que ambos están hipnotizados por el otro, es mágico. Sé que los mates para los lobos tienen casi la misma importancia que las almas para lo vampiros. La única diferencia es que, si un vampiro deja de beber la sangre de su alma, muere.
Una punzada de culpabilidad me invade nuevamente, por mi descuido empecé a beber de Sheila y la vinculé para siempre a mí cuando ella ni siquiera sabía lo que eso significaba. Pero ahora que la veo con el lobo, no puedo evitar sentirme como si me estuviese metiendo en medio de una relación verdaderamente destinada.
—Sheila no necesita a un vampiro melancólico —susurra el druida mirándome.
—¿No te sientes como un extraño? —frunzo el ceño mirando como Sheila mira con ternura al lobo, y éste la abraza para protegerla de otros machos.
—No, por que no lo soy. Ni tú tampoco. Los 3 tenemos un vínculo completamente único con ella.
Para sorpresa de todos, el druida está resultando ser el más tranquilo y el que mejor se está adaptando a esta situación. Es obvio que ninguno de los 3 se esperaba tener que compartir una compañera. Para empezar por que no ha pasado nunca algo así, desde siempre se ha pensado que sólo podemos tener un único amor.
Sheila es un soplo de aire fresco, es esa dulzura y la fuerza que siempre he notado que me ha hecho falta. El amor que he visto desde que era un crío entre mis padres. La historia de mis padres siempre me ha causado mucha ternura, fue por ellos que se impuso la norma de que sólo se pueda realizar el ritual de sangre entre almas. Mi padre era uno de los guerreros del ejército, y mi madre la futura reina, lo que parecía una historia imposible, hasta que se cruzaron por primera vez.
Desde ese momento mi madre empezó a rechazar a los príncipes que querían casarse con ella por el trono. Mi padre sólo quería seguir en pie para entrenar y luchar en las guerras que podían venir en el futuro, hasta que conoció a su alma. En ese momento cambió para solo querer entrenar y amar a mi madre.
Les costó mucho, pero ambos lograron llegar a realizar el ritual y vivir su vida juntos, hasta que la maldición les llegó, haciendo que uno de los guerreros más fuertes cayera en un simple entrenamiento, dejando a mi madre completamente sola, embarazada y triste.
La maldición es lo que me hace querer ir más despacio con Sheila, aun que por otro lado; tenga muchas más ganas de que lo que se sea venga, por que sé que Sheila va a ser lo más preciado para los 3 seres más poderosos que existen. Sheila siempre va a estar a salvo y en ningún momento se va a tener que esconder.
—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —levanto la cabeza hacia Sheila y el lobo, que se están abrazando, —¿lo viste venir?
—Para nada, lo único que sabía desde el primer momento es que Sheila iba a ser mi compañera, y que iba a estar relacionada con vosotros —se aclara la garganta, —pero lo que nunca se me pasó por la mente es que vosotros fueseis sus compañeros también.
—Si lo sabías desde un primer momento, ¿por qué esperar tanto para reclamarla?
—Porque Sheila y mi hermana, a parte de primas son inseparables y, no sabía como se lo iba a tomar Sarah.
La mención de la bruja me recuerda que no soy el único que ha perdido a su familia. El druida y su hermana están completamente solos debido al último enfrentamiento que hubo entre planos, cuando sus padres murieron para que sus hijos pudieran seguir viviendo. Esa pareja de hechiceros le cedieron a sus hijos a Emérita y se sacrificaron, todo el mundo sobrenatural sabe eso. Es algo que siempre se recuerda, para que nadie piense que los seres que controlan la magia nunca han perdido nada.
—Pero al final se lo dijiste —el druida sonríe notoriamente.
—En realidad no, Sarah es muy lista. Apenas estaba aprendiendo a leer la mente y así lo averiguó.
—Supongo que eres buen profesor, ¿no?
—¿Lo dices por Sheila o por mi hermana? —pregunta mientras sonríe.
—Quiero que Sheila se forme como la mejor en sus 3 facetas. Sé que no hay mejor vampiro que yo para poder enseñarla, el alfa —señalo al lobo que entierra su cabeza en el cuello de mi alma, —ha aprendido mucho sobre el autocontrol y no hay nadie mejor.
—En eso estamos de acuerdo, el lobo es muy fuerte, aunque no quiera aceptarlo.
—¿Qué está pasando aquí? —la voz de Emérita nos sorprende.
El silencio se instala en el bosque y una ola de tensión me recorre. La guardiana nunca ha tenido fama de ser muy paciente, y por lo que la conozco, su nieta es su punto débil, lo que más quiere y protege, por eso su actitud tan posesiva en contra de Adam.
—Podríamos hacerle la misma pregunta —la voz profunda del lobo nos hace saber que es Cole quien tiene poder del cuerpo, —está usted en territorios muy cercanos a mi manada, y debo recordarle que no nos quiere cerca —se separa de Sheila para mirar de frente a la guardiana; —y que sepa, que nosotros tampoco la queremos cerca de nuestros territorios.
—Sigo siendo la guardiana, lobo —le escupe furiosa.
—No por mucho —prácticamente le enseña los dientes.
Si los dejamos, seguramente se enfrenten, aunque no entiendo que clase de peligro ve Emérita en Adam, más allá de que sea muy pesado. El lobo hasta ahora ha demostrado tener buenas ideas y cabeza, ha mantenido la paz y gracias a él y a mí vamos a revalidar el tratado de paz entre lobos y vampiros.
—Basta lo dos —Sheila se separa del árbol para mirar a su abuela; —sigo diciendo lo mismo, abuela. No entiendo por qué tratas así a Adam, y haciendo esto no vas a conseguir que vuelva a tu casa.
Emérita sonríe, como si esperase lo que ha dicho su nieta.
—Eres tan inocente que no te das cuenta de que haciendo te diriges a tu propia muerte. Simplemente quiero que vivas en la Escuela para que puedas ser mucho más poderosa, pero como te has dejado manipular por ese animal que llevas dentro, seguramente mueras en la sucesión.
Tanto el druida como el lobo como yo nos quedamos completamente paralizados al instante. Emérita desaparece al segundo de soltar semejante bomba, y creo que en este momento necesito que alguien me pinche para saber que sigo teniendo sangre en mi sistema.
El gruñido de Adam justo antes de transformarse en su lobo y salir corriendo me hace salir del trance en el que he caído.
—¿Adónde va Cole? —pregunta preocupada Sheila.
—A enfrentarse a la bruja de tu abuela.
Las palabras de Kayden me hacen darme cuenta de que, si había algún tipo de posibilidad de tener buena relación con Emérita, se acaban de ir todas a la mierda.
—No entiendo nada, chicos.
—¿No te han hablado nunca de lo que significa la Sucesión? —pregunta Kayden extrañado.
—Fuera de las clases de historia, no —la sinceridad en las palabras de Sheila me hace gruñir.
¡Claro que nunca le han hablado de la sucesión! Ella ni siquiera sabía de la existencia del mundo sobrenatural más allá de lo que pone en los libros de las bibliotecas humanas. Esto es una de las irresponsabilidades más grandes de la historia, se va a enfrentar a una de los poderes más potentes que existen, cuando no puede ni levitar sola.
Es entonces cuando caigo en la realidad, Sheila se va a enfrentar a la muerte completamente sola, sin que ninguno de los 3 la pueda ayudar. Esa va a ser la manifestación de la maldición para ella.

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La guardiana (1)
FantasiLa actual guardiana del mundo humano debe ceder su puesto a su sucesora: Sheila. Sheila cree que es una chica normal, ha vivido sus casi 20 años yendo a la escuela y con un interés especial por lo sobrenatural y la mitología sin saber por qué. Su m...