Capítulo 48.

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POV Sheila.

Adam sale corriendo y Kayden murmura algo por lo bajo.

—¿Damos un paseo? —pregunta encaminándose por donde se ha ido Adam.

Le sigo dejando un poco de distancia. Ahora que nos hemos quedado solos hay una duda que me ataca.

—¿De verdad no estabas seguro de que era tu pareja destinada?

Kayden se tensa por un momento.

—No es que no estuviese seguro. Sabía que eras mi pareja, el olor de tu magia, el tirón que sentía constantemente, todo estaba ahí. Pero había una parte de mí que dudaba, no por ti, sino por lo que significa la unión —explica.

—¿Cómo es la unión para los druidas? —pregunto curiosa.

—Es un intercambio de magia, deja como resultado una marca en las muñecas. Pero lo más relevante es la fuerza que obtienen ambos.

—¿Hay que tener sexo? —la pregunta me quema en la garganta.

—Es un ritual que finaliza con la unión, sí.

—¿Es parecido al ritual que hacen los vampiros?

Kayden se ríe sonoramente.

—No, el ritual de los vampiros está basado en presentar a la pareja y el intercambio de sangre. En cambio, la unión de dos druidas está basada en la magia y en la unión.

Me quedo en silencio y seguimos andando tranquilamente hasta la manada. No sé lo que nos vamos a encontrar, si van a dejar entrar a Kayden o no... Dejo que esas preguntas ronden por mi mente hasta que nos acercamos a la manada. Siento que Kayden se tensa haciendo que me tense yo también.

—Mantente tranquila, Sheila —dice justo antes de darse la vuelta y ofrecerme su mano.

—No puedo estar tranquila, tú estás tenso —le contesto.

—Yo tengo motivos para ello, pueden no dejarme entrar. Tú no tienes esos motivos, Sheila, asique mantente tranquila.

—Eso no ayuda —bufo.

Me mira, sonríe y empezamos a andar juntos a la entrada. Hay dos chicos flanqueados por los árboles del bosque, que se tensan cuando nos ven llegar dados de la mano. Kayden me da un apretón en la mano y eso hace que intente relajarme, pero no lo consigo. Nos detenemos cuando llegamos y los dos chicos fruncen el ceño.

—El alfa los espera —medio nos gruñe uno de los dos.

—No le hagamos esperar entonces —dice Kayden sonriendo.

—–No te pases brujo, vas a estar rodeado de lobos que pueden saltar a tu yugular —habla el otro chico.

—No va a pasar nada —digo segura.

Los dos lobos fijan sus miradas en mí y sonríen.

—Adelante Luna, usted siempre podrá entrar libremente en la manada —esas palabras me hacen fruncir el ceño. ¿Qué ha hecho Adam?

—Entramos, entonces —dice Kayden provocando nuevamente a los dos chicos.

Tiro de Kayden hacia dentro y escucho gruñir a los dos guardias.

—¿Por qué los provocas? —pregunto molesta.

—Porque es divertido, se molestan por una tontería tan simple como dejarme entrar —contesta sonriendo.

—Para ellos no es simple —contesto.

—En fin, sigamos, que nos está esperando tu alfa —ahora es él el que tira de mí.

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora