POV Sheila
Cuando tanto mi madre como mi abuela entran en la casa, ambas se quedan mirándome fijamente y ya estoy harta de que todo el mundo haga eso, William, Sarah, Kayden, mi madre y ahora mi abuela. ¿Qué coño es lo que pasa?
-Vale, ahora me van a explicar por qué todo el mundo me mira de esa forma—digo perdiendo los nervios.
-¿De qué forma te estamos mirando cielo? – pregunta mi abuela con esa voz suave que la caracteriza.
-Fijamente, como si estuvieran intentando entrar en mi cabeza, mi mente o algo, no sé por qué, pero no me gusta—digo mirándola.
-Cielo, será mejor que tomes asiento, debo contarte algo, preferiría que fuera mañana, pero tanto tu madre como Sarah como tú aura me piden que aclare tu preguntas ahora- responde mi abuela.
- ¿Mi aura? – pregunto mirándola cómo si estuviera loca.
-Después de todo lo que te he contado, ¿no sabes lo que es el aura de las personas? – responde mi abuela con un tono cómico.
-Esta bien, sí, se lo que es el aura de las personas, pero tengo una pregunta más importante. ¿Por qué mi madre dice algo de un vampiro? ¿Por qué dice que yo soy el alma de un vampiro? Y, ¿por qué necesito estar cerca de William ahora mismo? – no miento, siento que necesito estar cerca de él, estoy ansiosa y nerviosa y no entiendo nada.
-Vamos a ir por partes cielo, pero insisto en que deberías sentarte—vuelve a decir. La hago caso y me siento en uno de los sofás individuales del salón de mi abuela. – Bien, si tu madre dice que eres el alma de un vampiro, es por que lo eres. Los vampiros tienen una sola pareja destinada, la única persona que los amará tal y como son y de la única forma que serán felices mutuamente. Respondiendo a tu última pregunta, dime, ¿por casualidad no tocaste o rozaste a ese tal William? – mi abuela me mira, asiento y ella continúa- no se exactamente como funciona, pero creo recordar que cuanto tocas a tu alma, inicias la primera fase de la aceptación y, hasta que no le aceptes como lo que es, tu alma, no vas a dejar de sentirte así – termina mi abuela mirando al suelo, luego levanta la mirada y esboza una sonrisa.
-Abuela, ¿es que acaso vivir en bosque ha hecho que pierdas la cordura? – pregunto mirándola enfadada—no existen los vampiros, ni las auras de las personas ni nada de eso, ¿es que ambas dos perdieron la cabeza? – grito mirándolas a las dos, ambas se levantan de un salto y dan un paso atrás, alejándose de mí.
-Sheila, aquí nadie perdió la cabeza, ni estamos locas, es la verdad, si no nos crees puedes preguntarle a Kar, la voz que escuchaste en tu mente en el avión – responde mi madre apresuradamente- ella es la voz de tu parte vampírica.
“Llevan razón Sheila”.
Escucho de repente una voz tranquila en mi cabeza, miro a todos lados buscando a alguien, pero no hay nadie.
“No me has oído antes por qué desperté justo cuando tocaste a nuestra alma, para ti William, pero para mí se llama Ghor”.
Vuelve a hablarme la misma voz, pero al mencionar el último nombre, pude notar como ¿suspiraba? Si es que eso es posible.
-¿La escuchas verdad? – pregunta mi abuela. Asiento levemente y da un paso tras otro para acercarse a mí .Cuando llega a mí me abraza.
Poco después, mi madre se une también al abrazo y, no se cuanto tiempo estamos así, pero cuando suena el reloj anunciando que son las 4 de la mañana, nos separamos.
-Me voy a la habitación, tengo que descansar—digo con voz rasposa.
Cuando subo los escalones y veo el pasillo, recuerdo lo que acaba de pasar en el salón, y me sorprendo a mi misma. Mi abuela me ha dicho que soy el alma de William y que yo soy la suya. Pero sobre todo ha dicho que, mi parte vampírica despertó al tocarlo. Soy un vampiro.
Con mi estrés mental me encamino a la tercera puerta a mi derecha y entro. Todo está tal y como lo dejé el año pasado, la cama perfectamente hecha, los libros perfectamente colocados en la estantería, y mi libro de notas en el escritorio. Me acerco al armario y cojo una camiseta vieja 3 tallas más grande y me la pongo tras quitarme los vaqueros, la camiseta y el sujetador. Cuando me meto en la cama, no puedo dejar de pensar Kayden, en cómo cambió su forma de mirarme de un momento a otro, en su mirada de tristeza. Es como si necesitara estar segura de que está bien.
-Te va a dar dolor de cabeza de tanto pensar así – dice un Kayden sentado en el marco de la ventana.
-Aaaaaaay, ¿qué te pasa en la cabeza? ¿cómo has llegado hasta ahí?¿Cómo sabías que estaba pensado? ¿Qué haces aquí? – pregunto gritando, intentado asustarle, pero sólo sonríe y se baja del marcó de la ventana para acercarse a mi cama.
-¿Sabes las veces que he soñado con conocerte? Mi hermana te adora, dice que eres todo lo que ella aspira algún día; y, Emérita habla maravillas de ti- dice según se va acercando a mi, hasta que queda a pocos centímetros de mí – pero yo no sé qué pensar, te miro y tu magia me atrae, como una polilla hacia la luz, pero veo como miraste al vampiro y se me pasa. Dime, puedes explicarme ¿Por qué coño mi pareja destinada mira a un vampiro como si fuera lo mejor del mundo? – pregunta mirándome fijamente a los ojos, a la vez que da un paso más hacia mí.
-Eh, no se de que estás hablando, pero creo que necesitas descansar, no hay magia en mí y no miro a ningún vampiro de ninguna forma, ¿crees que existen los vampiros? - pregunto intentado hacerme la tonta, intentando que su cercanía no haga que mi corazón se acelere como un coche de carreras.
-Sheila- levanta su mano hacia mi mejilla, pero sin llegar a tocarla —debes aprender a mentir mejor o, por lo menos aprender a bloquear tu mente. Sé que sólo ha despertado tu parte vampírica y, que si te toco, activaré tu parte tu parte de hechicera- dice dando un paso hacia atrás.
-Kayden, de verdad que no se de qué estás hablando—digo retrocediendo asustada, el chico es increíblemente guapo, pero me da miedo eso que ha dicho de activar una parte de mí.
“No seas dramática, poco a poco te irás enterando de las cosas.
Este tipo no me desagrada del todo y supongo que podremos averiguar por qué, pero para eso necesitas tocarlo.
No me respondas o él se dará cuenta”.
Dice la voz suave, según lo que ha pasado antes es la voz de mi parte vampírica y se llama Kar. Empiezo a mirar a la puerta del armario fijamente mientras evalúo lo que ha dicho Kar.
-Eh, ¿Sheila estas bien? – pregunta con un tono preocupado Kayden—SHEILA REACCIONA- grita en mi cara, algo en mí me dice que no me hará daño, pero otra parte de mi me dice que huya.
De repente siento como la puerta de mi habitación se abre bruscamente y entran mi madre y mi abuela. Me gustaría saber la cara que se les queda, cuando después de haber estado hablando de que William es mi alma y yo la suya encuentran a Kayden en mi habitación.
“Sheila, debes despertar de tu trance, debes sentir algo. Piensa en algo doloroso o demasiado feliz, pero reacciona antes de que ese Kayden te toque y active otra parte de ti antes de tiempo”.
Siento como la voz de Kar está un poco angustiada y preocupada, pero lo que no sé es porqué, ni que me ha pasado para estar así.
-Sheila, cielo, no te asustes, vas a sentir una pequeña quemadura para que reacciones- siento que me dice mi abuela. Después, siento como si me pusiesen un hierro candente en los hombros. Grito lo más fuerte que puedo y levanto la vista a mi abuela. La veo con los ojos color fuego.Cuando se da cuenta de que la estoy mirando a los ojos, quita sus manos de mí y esboza una leve sonrisa—lo siento mucho cielo, era necesario que salieses de tu trance lo antes posible, de otra forma Kayden hubiese tenido que tocarte para que reaccionases- suspira un poco y sigue hablando – por cierto Kayden, ¿qué hacías en la habitación de mi nieta a estas horas? ¿Entraste por la ventana otra vez?
-Emérita, le juro que sólo estábamos hablando, pregunté sobre por qué miraba de esa forma al vampiro y dijo que no sabía nada de nada—dice en un intento de explicar la realidad—luego se quedó mirando al armario y el resto ya lo sabe- termina mirando hacia el suelo en señal de respeto y de inferioridad.
Frunzo el ceño y decido interrumpir la conversación—abuela, Kayden lleva razón, estábamos hablando tal y como lo ha dicho y no sé, era como si algo dentro del armario me llamase y no podía dejar de mirarlo. Hasta Kar me intentó ayudar a salir del trance en el que estaba—respondo mirando a mi abuela, que me mira con los ojos muy abiertos.
-Esta bien—suspira mi abuela—por esta vez voy a dejar pasar esta conversación nocturna, pero no va a volver a pasar—se gira hacia Kayden y levanta el dedo índice de su mano para señalarlo—sabes muy bien que en esta casa hay normas que se den cumplir—termina de apuntarlo y se gira hacia mí- y tú, mi preciosa Sheila, vuelvo a enterarme de este comportamiento tan rebelde y habrá problemas serios. Dicho esto tú – señala a Kayden- vuelve por donde viniste y tú – se gira hacia mí – a descansar, mañana a las 12 vendrá William para que habléis y te cuente como funcionan exactamente las almas.
Dando por terminada la conversación, gira sobre su propio eje y se va. Mi madre me da una mirada reprobatoria, pero gira y sigue el mismo camino que su madre. Kayden por otro lado susurra un hasta mañana y se lanza por la ventana.
No sé qué sea Kayden, pero espero que no se haya hecho daño. Una vez con mi soledad envolviéndome, respiro hondo y me dejo llevar por un sueño que no sabia cuanto necesitaba hasta ahora.Espero que leáis y que disfrutéis de la lectura de este capítulo. Cuando el libro llegue a 50 lecturas subiré un maratón. Ahora mismo tiene 32 lecturas y, quiero dar las gracias❤️. Además, estamos en el puesto 121 de #druidas.
Agradezco sus votos y comentarios con mi amor eterno❤️.
Capítulo 1745 palabras.
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La guardiana (1)
FantasíaLa actual guardiana del mundo humano debe ceder su puesto a su sucesora: Sheila. Sheila cree que es una chica normal, ha vivido sus casi 20 años yendo a la escuela y con un interés especial por lo sobrenatural y la mitología sin saber por qué. Su m...