Capítulo 7.

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POV Sheila.

Me remuevo en la superficie cómoda de mi cama, espera, yo estaba en la calle con mucho viento a mi alrededor, ¿cómo llegué hasta aquí? Siento que alguien me observa y abro levemente los ojos y veo al chico de los tatuajes, que todavía está sin camiseta.

-¿Qué haces mi habitación? Y, lo más importante, ¿por qué demonios no llevas una camiseta puesta? – pregunto nerviosa y empezando a asustarme.

-Primero, no te preocupes ni te asustes, no te quiero hacer daño. Segundo me llamo Adam, yo soy el que te sujetó cuando…

-¿Cuando qué? ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy aquí? – lo interrumpo acribillándolo a preguntas.

Suelta un leve suspiro y sonríe – Voy a empezar por decirte, que soy un hombre lobo – dice tan tranquilo, como si fuera lo más normal del mundo. Lo miro como si estuviera loco y pego un salto de la cama. Salgo por la puerta de mi habitación como si mi vida dependiese de ello, que podría hacerlo perfectamente. Bajo las escaleras hasta llegar a mi abuela y hago más maduro y serio que existe: esconderme detrás de ella.

-Abuela, hay un loco en mi habitación, dice que es un hombre lobo – digo intentado no ahogarme.

“No es un loco, no insultes así a nuestro mate. Que hayas reaccionado así lo ha puesto triste. Vuele con el y abrázale, quiero estar con Cole”.

Me gruñe enfadada una voz dentro de mí.

-Abuela, otra voz en mi cabeza, y esta está enfadada – le digo a mi abuela. – me da miedo abuela, quiero que todo esto pare, no se lo que es, pero páralo ya por favor.

Me vuelvo un mar de lágrimas, no puedo parar de llorar, siento muchas cosas dentro de mí: angustia por no saber nada de lo que está pasando aquí, desesperación porque Kar me pide estar con William, miedo por que esta voz me exige estar con Adam, y sobretodo terror, no se qué me pasó antes en la calle, pero tengo demasiado miedo.

-Cielo, Sheila mi niña, no te preocupes – me dice mi abuela dándome uno de sus abrazos tranquilizadores.

-Hija, tienes algo que saber, algo muy importante que te hemos ocultado por tu propio bien – dice mi madre viniendo hacia mi abuela y yo. Pasé tan rápido por el salón que ni la vi.

-Exacto, pero es una conversación privada, yo me voy a mi casa. Que Sarah me avise si es necesario para llevarlas a Denali – habla Kayden, al que tampoco había visto – ah, y haré lo posible por llevarme a Adam, aunque no prometo no romperle nada si no me hace caso por las buenas – dicho eso Kayden desaparece del salón y luego oímos el grito de Adam.

Cuando parece que todo está calmado, un enorme lobo negro de 2 metros baja por las escaleras corriendo hacia mí. Me vuelvo a colocar detrás de mi abuela y ella está tranquila, como si no fuese a morir devorada por una bestia.

-Adam, estás asustando a mi nieta y eso no me gusta – le habla mi abuela al lobo – lárgate de mi casa y vuelve cuando puedas controlar a Cole – espeta enfadada. ¿Es que mi abuela no le teme a la muerte y por eso la tienta así?

El lobo suelta una especie de lloriqueo y camina hacia atrás. Saco la cabeza de detrás de mi abuela y lo que veo me parte el alma: el lobo se va cabizbajo hacia la puerta abierta por Kayden y sale llorando.

-Bien, mamá es hora de empezar, volví intentar contactarme con William y lo único que me dijo fue que estaba por la vieja mansión de su familia en Denali – le dice mi madre a mi abuela, esta asiente y se gira hacia mí.

-De acuerdo, voy a por el libro, de camino a esa dichosa mansión hablaremos de los vampiros – dice mi abuela yéndose hacia el despacho.

-Mamá, necesito saber algo, yo, estoy tan confundida, no puedo dejar de sentirme culpable por todo esto, no se que…

-Tranquila hija, esto es algo que debimos contarte en su momento, no ahora que solo nos quedan 13 días, pero lo asimilaras bien y serás la chica fuerte e invencible que yo conozco – me dice mi madre mientras me abraza y me peina el pelo con las manos.

Suena la puerta y mi madre va a ver quién es, y un Kayden tranquilo aparece.

-Vaya, me voy a tranquilizar a un lobo salvaje y cuando aparezco esto parece un funeral, ¿ha pasado algo malo? – pregunta alternando miradas entre mi madre y yo. Yo bajo la mirada indicando así que no quiero hablar, y mi madre lo entiende.

-Tranquilo Kayden, no ha pasado nada malo, es solo que a Sheila se le han juntado demasiadas emociones – dice mi madre con total tranquilidad.

Envidio e mucho eso de mi madre y mi abuela, nunca las he visto enfadada, nerviosas ni nada, solo tranquilas, como si no hubiese nada malo a su alrededor. Yo no puedo, todo me afecta mucho, lo siento mucho.

-Vámonos a esa mansión de una vez – dice mi abuela con el libro las manos. Suspiro y me pongo en pie.

-Antes de irnos, quiero preguntar algo, ¿qué sois vosotras y tu? – pregunto mirando a mi abuela, mi madre y por último a Kayden.

-Yo soy un druida – dice Kayden mirándome a los ojos.

-Yo soy una hechicera – me dice mi madre mientras yo cierro los ojos.

-¿Por qué yo no lo soy? – le pregunto a mi madre.

-Sí que lo eres Sheila, pero esa parte de ti no está activa – dice mi abuela.

-Creo que deberíamos yendo hacia la dichosa mansión, son más de las tres de la tarde y, alguien se va a cabrear como le hagamos esperar más – dice Kayden empezando a mover las llaves del coche.

Suspiro y salgo de la casa sin esperar a nadie más. ¿Qué les pasa, piensan que no se de que me hablan? Mi abuela me ha dado mucha información de este tema.

Se lo que son las hechiceras, son las brujas que han terminado toda su formación y controlan sus poderes a la perfección. Los druidas en cambio, son personas que controlan los elementos naturales, pero para poder llegar a controlarlos, deben terminar primero su formación como hechiceros. Sólo unos cuantos hechiceros y hechiceras pueden llegar a ser druidas, son muy escasos.

Al poco salen mi abuela, mi madre y Kayden de la casa y se encaminan al coche en el que vinimos la otra noche. Mi abuela sube en el asiento del copiloto y mi madre atrás conmigo.

Una vez que entramos en el camino dentro del bosque, me permito hacer un recordatorio de todo lo que ha pasado desde ayer: soy el alma de William que en un vampiro y, al tocarlo lo reconocí como tal y activó mi parte vampírica; tengo una parte vampírica; soy la compañera de Kayden quien es un druida; soy la mate de Adam quien es un hombre lobo y al tocarme activó mi parte de mujer loba; y por último, tengo una parte de loba.

Creo que ahora es cuando pienso que me he vuelto loca, pero luego recuerdo que he hablado con mi parte vampírica y, con mi parte loba y se me pasa. Ahora que lo pienso, ¿hablaré con la parte loba igual que con Kar?

-Abuela, ¿puedo hablar con mi parte loba? – pregunto con miedo a la respuesta.

-Podrías si te hubieses transformado alguna vez, lo cuál no ha pasado y es mejor que no pase de momento – me explica mi abuela -¿Por qué quieres saberlo cielo? – me pregunta mi abuela.

-Es sólo curiosidad abuela, como puedo hablar con Kar, me preguntaba si con ella también – respondo sincera.

-Tal vez dentro de unas 3 o 4 semanas puedas transformarte y hablar con ella cielo, ahora es demasiado peligroso – me dice mi abuela girándose en el asiento para mirarme a los ojos.

-Vale, supongo que debo dejar que me guíes hasta que me expliques exactamente de qué va todo esto – asiento levemente después de responderla.

A los pocos minutos llegamos a una mansión, que supongo que es la de William por lo que ha dicho mi abuela. ¿Ella lo conoce? No tengo idea, espero enterarme ahora. Me bajo del coche en cuento Kayden lo aparca y los miro para meterles prisa y que bajen.

-No hace falta que estés tan ansiosa, seguramente oyó el coche hace rato, y te pudo oler hace rato también – me dice Kayden un poco enfadado al bajarse del coche por la forma en que lo estaba mirando.

Suspiro sonoramente y cuando mi abuela y mi madre se bajan del coche nos dirigimos a la entrada. Es una mansión de 3 plantas, y la entrada es un gran muro blanco con columnas a ambos lados de la gran puerta negra.

Cuando estamos por llegar, una chica rubia con unos ojos súper azules casi transparentes, nos abre la puerta. Cuando entramos, me mira raro, como si me estuviera examinando. Frunzo el ceño.

-El señor William solo espera a una vampira que se llama Sheila, no a una cosa rara, a una hechicera, a un druida y a – no termina la frase, la potente voz de William la interrumpe, aunque no lo veamos.

-Déjalos pasar Adeline, solo vienen a vigilar que no le haga daño a Sheila – termina y de pronto aparece junto a la chica, la tal Adeline.

-¿Cómo has – no termino la frase por que me interrumpe.

-Es ocultación básica, ¿no la has probado nunca? – pregunta con voz curiosa.

-Sheila no es una vampira al completo, sólo una parte de ella lo es – lo interrumpe mi abuela. – Emérita White – se presenta mi abuela dándole la mano.

-William Blood – responde William de la misma forma – si me permiten, me gustaría estar un tiempo a solas con Sheila.

-¿Puedo saber la razón? – pregunta mi madre dudosa.

William sonríe de lado y mira a mi madre – es mi alma, me gustaría conocerla y hablar con ella, si ella quiere claro – se gira hacia mí - ¿quieres pasar tiempo conmigo y conocerme, Sheila?

-Eh, si claro, además hay cosas que no entiendo y – no me deja terminar y me interrumpe con una sonrisa.

-Estaré encantado de resolver todas y cada una de tus dudas Sheila – da un paso hacia mí y me mira dudoso antes de coger mi mano. Asiento dándole permiso y cuando coge mi mano siento una corriente eléctrica por todo mi cuerpo y sonrío.

Pueden dar una vuelta por la casa o esperar en el jardín, lo que prefieran – habla William mientras se acerca un poco más a mí – nosotros estaremos en mi biblioteca privada.

Dicho eso, vamos tomados de la mano viendo la maravillosa mansión. Los pasillos son completamente blancos con alfombras en color azul suave, todo perfectamente colocado. Subimos las escaleras que son de mármol blanco. Cuando llegamos al final de las escaleras, veo una puerta negra, sin cerradura, sólo un pequeño recipiente.

-Tranquila Sheila, solo funciona con mi sangre – dice William tranquilo – espero que te guste la sangre, o por lo menos la mía – termina sonriendo a la vez que saca sus colmillos y acerca su dedo índice a su boca, lo pincha con su colmillo y deja un par de gotas en el extraño recipiente. A los 2 minutos la puerta se abre hacia atrás.

Una vez que entre en esa biblioteca, toda mi vida cambiará, lo que no sé es si para bien o para mal.

Segundo capítulo del maratón, más tarde subiré el tercero.
Agradezco sus votos y comentarios con mi amor eterno❤️.
Capítulo con 1920 palabras.

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora