Capítulo 19.

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POV Adam.

Juro por la Diosa que he intentado mantenerme neutro y dejar que ella decida a quien quiere en su vida, pero no podía permitir que pensara que la iba a rechazar. ¿Acaso está loca? Nunca se me pasaría por la cabeza rechazarla aunque tenga a un vampiro detrás de ella.

Cuando la he besado he sentido una corriente por todo mi cuerpo que me ha hecho contener un gruñido de puro placer, sus labios son mucho más suaves de lo que pensé en un primer momento y se amoldan de una forma perfecta a los míos. Me separo de ella para poner mi frente contra la suya y observar sus preciosos ojos verdes y aspirar su aroma todo lo que puedo.

–Nunca en tu vida vuelvas a pensar que te voy a rechazar Sheila, ¿acaso has perdido el juicio? – pregunto mirándola a los ojos, y es justo ahora que me doy cuenta de que ella se ha quedado mirándome como si hubiera visto un fantasma.

–No me lo puedo creer, soy un asco de persona, soy lo peor que existe en este mundo, no me puedo creer que te haya devuelto el beso después de lo que ha pasado en casa de Will – murmura dando unos pasos hacia atrás asustada, como si hubiera cometido el peor de los errores.

–Sheila, ¿qué pasó en casa de Will? – pregunto intrigado, no sé qué demonios habrá pasado con ese ser pero su reacción no me gusta para nada.

–Eh, sólo pasó que – se queda callada de golpe y eso sólo puede significar una cosa, está hablando con su loba o con su parte vampírica o simplemente tiene miedo de decirme qué demonios pasó en casa de ese vampiro.

Cole, es un buen momento para que te comuniques con Kara y me digas qué está pasando por la cabeza de mi mate antes de que me vuelva loco”.

Le hablo a Cole que está extrañamente tranquilo después del beso.

Kara está muy complacida por el beso y ahora está gruñendo a nuestra mate por su respuesta, por apartarse de esa manera y eso. Algo pasó en casa del vampiro pero Kara no quiere hablar del tema conmigo”.

Habla Cole gruñendo justo al final, mierda, debo de saber lo que pasó con el vampiro antes de que me dé un ataque de celos por imaginar cosas.

POV Sheila

El contacto de los labios de sobre los míos fue la mejor forma de hacer que me callara, sin embargo no puedo dejar de pensar que he engañado a Will y que no he sido sincera del todo con él. No puedo dejar de pensar en el calor de sus labios contra los míos, como me dio tiempo para que me echara atrás y como acepto como le devolví el beso. Sin duda besar a Will y besar a Adam son sensaciones completamente distintas.

No entiendo cómo se puede ser tan idiota como lo eres tú. Le has hecho mucho daño a Cole insensible”.

Me reprocha Kara por haberme apartado de esa forma de Adam después del beso, parece ser que para ella no es nada raro besar a Will y al día siguiente besar a Adam, ella parece contenta.

–Sheila, no quiero que me malinterpretes, pero lo que sea que haya pasado en casa de Will no hace que tu no tengas que entrenar para aprender a controlar a tu loba. Debemos llegar al área de entrenamiento – habla mientras se acerca a mí y me toma de la mano y me guía hacia el bosque.

Adam empieza a moverse por el bosque como si conociese el camino perfectamente, hecho que me hace confiar en él. No creo que después de decirme que no me va a rechazar y besarme, vaya a hacerme nada malo. Cuando llevamos andando unos 5 minutos andando llegamos a una esplanada enorme, rodeada de bosque en el que hay 10 chicos entrenando cuerpo a cuerpo.

En cuanto los chicos se dan cuenta de que Adam y yo hemos llegado paran de entrenar y se quedan mirándonos a Adam y a mí haciéndome parar bruscamente de andar.

–Adam, ¿por qué se han quedado mirándonos así? – pregunto con un poco de miedo.

–Tranquila Sheila, no te preocupes. Se han quedado mirándonos por que son guerreros de mi manada, y se han sorprendido porque es la primera vez que vengo al campo de entrenamiento acompañado de una chica – dice girándose para mirarme y tomarme de las manos; – y más aún que sea una chica con un olor tan especial como lo es el tuyo – me dice mirándome a los ojos.

–Un olor tan especial, ¿seguro que no quieres decir un olor raro que nadie entiende? – pregunto mirándole a los ojos para darme cuenta de si me miente o no.

–Por supuesto que no, tu olor es mi olor favorito, a pesar de que huelas a vampiro y a magia. Pero lo más importante de tu olor es tu olor a bosque con tierra mojada y el más dulce de los jazmines Sheila. Ese es el olor que tiene tu loba para mí y te puedo asegurar que es el olor más embriagante que he tenido el placer de oler – termina de hablar tomándome de la cintura y acercándose hacia mí.

Justo cuando pienso que me va a besar, un chico salta encima Adam provocando que Adam me empuje y ambos caigamos al suelo. Yo debajo de Adam, lo que provoca que me sonroje fuertemente.

–Por la Diosa Luna Samuel, ¿qué cable se ha desconectado de tu cerebro para que hagas semejante estupidez? – gruñe Adam levantándose del suelo y con lo que parece ser furia en su mirada; – has provocado que tire al suelo a Sheila, a TU LUNA. No creas que no vas a pagar por ello – le gruñe para inmediatamente tenderme su mano para ayudarme a levantarme del suelo; – ¿estás bien? – me pregunta justo cuando me acabo de levantar y aún no he soltado su mano.

–Discúlpame Adam, pero debes de entender que es la primera vez que vienes al campo de entrenamiento acompañado. Todos la esperábamos ayer –le dice a Adam conteniendo una carcajada; – ¿qué pasó Luna? – me pregunta mirándome.

–Pues no pasó nada malo, sólo que por ciertas circunstancias no vinimos ayer, pero hay sí – hablo seria.

–Kara va a entrenar hoy con nosotros, o mejor dicho CONMIGO por que no dejare que ninguno de vosotros la toque – habla la voz de Cole e inmediatamente después tira de mi brazo para llevarme a una zona del campo en la que hay unos sacos de tierra.

No he terminado de observar bien que hay a mi alrededor cuando siento que alguien, o mejor dicho algo respira en mi cuello provocando que me gire asustada. Cuando me giro lo que veo me hace contener un jadeo: un lobo cuya cabeza llega a mi cuello, negro como la noche, con unos ojos rojos completamente y que me mira como si yo fuera un tesoro. Es Adam, o mejor dicho es Cole.

Inmediatamente me tenso como una cuerda y doy dos pasos hacia atrás chocando con el aliento de lo que creo que es otro lobo, cuando me giro veo que en efecto es otro lobo, algo más que pequeño que Cole y de un color marrón oscuro y con dos grandes manchas blancas, una que va desde su nariz a la mitad de su cabeza y la otra que le recorre por debajo.

De repente escucho un gruñido que creo que es furioso por parte de Cole y cuando me giro me doy cuenta del por qué: me he quedado mirando el lobo de Samuel más tiempo que el suyo. Mierda, ¿qué se supone que deba de hacer ahora?

Recuerda a quien le perteneces, Sheila” siento la voz de Cole en mi cabeza. No se que hacer, pero ahora tengo miedo, no sólo a los lobos, sino a lo que mi reacción pueda provocar.

–¿Cómo se supone que haga eso? – pregunto mirando a Cole asustada.

Acércate a mí, Sheila” siento que la voz de Cole vuelve a hablarme pero el lobo está completamente inexpresivo.

Con paso lento me acerco a Cole/Adam. Cuando estoy justo a su lado paso la mano por su pelaje, dándome cuenta de lo caliente que está y de como se ha calmado sólo con mi toque.

–¿Estás más tranquilo ahora? – pregunto con algo de miedo por su reacción.

Mientras no pares de acariciarnos así estaremos tranquilos como si fuéramos un cachorro con su madre” escucho la voz ronca de Cole en mi cabeza y unos leven ronroneos. No puedo evitar sonreír al verle: es un lobo enorme que está ronroneando levemente por las caricias que le estoy proporcionando.

–Como sigas acariciando a Cole de esa forma voy a empezar a pensar que lo de ser un alfa es solo una excusa para su mal carácter – habla Samuel provocando que me gire y le vea: alto y rubio de ojos verdes, no tiene un mal cuerpo pero no sé por qué no me llama la atención.

–Cole, ¿puedes dejar que Adam vuelva a salir para preguntarle unas cosas? –pregunto sabiendo lo raro que es que le esté hablando a un lobo.

–¿Todavía no le puedes hablar con la mente, Sheila? – pregunta sorprendido Samuel haciendo que me gire hacia el y vea que tiene una expresión confundida en su rostro.

–¿Hay algún problema con ello, Samuel? – le devuelvo la pregunta a la defensiva sin saber muy bien el porqué.

–Eso significa que aún no te has transformado por primera vez, lo cual implica que debes de entrenar desde 0 –habla tranquilo, como sino acabase de decirme que soy una novata, que no sé una mierda y que no sé si voy a servir para esto.


La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora