La guardiana (1)

Capítulo 30.

POV Sheila

–¿Probar tu sangre? –pregunto espantada.

–Tranquila Sheila– dice mientras se acerca a mí; –es completamente normal que tengas ganas de probar mi sangre, hemos iniciado el vínculo y es algo que tu cuerpo te pide.

–No quiero probar tu sangre, William –digo a la defensiva.

Justo cuando termino hablar siento que la garganta me arde mucho más que antes e inconscientemente me la sujeto con las manos. Arde demasiado, es como si tuviera fuego dentro de mi garganta.

“Necesitas y necesito su sangre, Sheila. Es algo completamente normal”.

La voz ahogada de Kar me alerta.

–Sheila, no estás bien. Si me voy ahora vas a pasarlo muy mal, pero si me quedo y te resistes va a ser aún peor. ¿Qué hago, Sheila? –William me habla porque le escucho, pero no sé dónde está por que el dolor es tan grande que no puedo mantener los ojos abiertos.

–Kar me exige tu sangre, William. Pero tengo miedo de lo que eso puede desencadenar entre nosotros –hablo como puedo, es como si mi garganta se estuviera cerrando ante la necesidad de la sangre de Will.

–Sheila, ¿estás aceptando tomar mi sangre? –la pregunta y la voz temblorosa de Will me ponen los pelos de punta.

–Sí, Will.

Inmediatamente siento que el olor dulce que sentí desde que le vi se hace mucho más dulce y lo siento justo en mi nariz.

–Tienes que beber antes de que se cierre la herida, Sheila–la recomendación de Will es lo que necesito para abrir los ojos.

Cuando abro los ojos veo a Will muy cerca de mí y con una pequeña herida en su muñeca de la que caen unas gotas de sangre y que huele como el caramelo más dulce que haya podido oler en toda mi vida. Me acerco a su muñeca y le doy un beso justo antes de poner mi boca en la herida y chupar la sangre que sale muy débilmente.

–Tienes que sorber sin morderme, Sheila –Will me dice que hacer y yo le hago caso.

La sangre de Will empieza a entrar más en mi boca y su sabor es demasiado dulce y empalagoso que quiero dejar de tomarla, pero a la vez hay algo que me llama a que no pare de tomar de ese dulce manjar.

–Basta Sheila –Will retira su muñeca de mi cara y me mira los labios; –eres la imagen más erótica que existe ahora mismo, Sheila. Con mi sangre cayendo por tus labios hinchados después de haber tomado lo que nos une desde hoy–su voz es notablemente ronca y sus ojos se han puesto rojos.

–¿Qué va a pasar ahora, William? –pregunto refiriéndome al tema del vínculo.

–Vas a empezar a sentir cómo me siento cuando no estamos juntos, vas a empezar a poder utilizar los poderes propios que vas a tener como vampira y como mi compañera. Pero lo más importante, es que vamos a poder completar nuestra unión –Will me mira a los ojos y en ellos veo la sinceridad en sus palabras.

–¿Voy a tener más poderes? – pregunto con curiosidad.

–Por supuesto Sheila, a partir de ahora tu audición y tu visión van a mejorar de forma exponencial y tu fuerza va a ser mucho mayor. Pero esto no va a ser gratis Sheila, vas a tener que consumir sangre de forma habitual –me dice mirando mis labios.

Inconscientemente me paso la lengua por los labios y me quito el exceso de sangre en ellos, veo la sonrisa de Will y como sus ojos se oscurecen rápidamente. En un segundo me ha acorralado contra una pared y está oliendo mi cuello con desesperación.