Capítulo 25.

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Maratón 3/4

POV Adam.

Cuando salgo de la habitación de Sheila me transformo lo más rápido que puedo y corro por el bosque para llegar lo antes posible a mi manada. Es imposible que se haya unido al vampiro sin ni siquiera pensar en lo que eso provoca.

Pero lo que más duele es que ella haya elegido a William y no lo dijera. Por un momento pensé que tendría una oportunidad de estar con ella y de quererla, hasta pensé en establecerme junto al druida para ello, pero no, ella eligió al vampiro.

Siento la furia de Cole mezclada con la mía, pero sobre todo siento el dolor. El dolor de su rechazo, algo que pensé que nunca iba a tener que sufrir. Siempre pensé que nada más encontrar a mi mate lucharía por lo que fuera necesario, pero nunca pensé que mi mate no me dejase ni la opción de luchar por ella.

–¡Adam! –oigo el grito de Sam, –¡maldita sea, Adam, sal de tu cabeza y ven aquí! –me ordena, pero no me muevo ni un milímetro; –¡es Sheila, Adam, Sheila está aquí y está mal! –escuchar su nombre duele, pero hago caso y me levanto –¡Muévete de una vez! –cuando llego veo a Sheila desmayada en los brazos de Samuel.

–¿Qué demonios le ha pasado a tu luna, Samuel? –le pregunto cuando llego al lado de mi mate.

–Llegó aquí buscando hablar conmigo, eso fue lo que les dijo a los guardianes del límite –me dice dejándola encima de mi cama.

No puedo ocultar la satisfacción que me da ver a Sheila en mi cama, pero el hecho de verla inconsciente me duele en el alma.

“Cole, ¿qué demonios le ha pasado?”
Le pregunto a mi lobo lo más tranquilo que puedo cuando estoy viendo a mi mate desmayada.

“No te va a gustar la respuesta, Adam”

Es lo único que dice para cerrar el link. ¡Mierda! ¿Ahora cómo demonios sabré que le ha pasado?

–Samuel, manda a alguien a qué busque al vampiro y que lo traigan aquí –digo lo más calmado que puedo, pero al ver que no se mueve le grito: –¡Ahora mismo, Samuel!

–Adam, voy a acatar tu orden. Pero primero te voy a dar un consejo, a Sheila no la pasa nada relacionado con el vampiro, está así por ti–me dice justo antes de salir de la habitación para acatar mi orden.

¿En qué momento yo he hecho algo para hacerle daño a mi mate? No la he hecho absolutamente nada, es ella la que ha elegido estar con el vampiro sin dejarme luchar por su amor.

“Definitivamente necesitas que alguien te dé una hostia a tiempo, Adam”

Oigo una voz furiosa hablarme dentro de mi cabeza. ¿No será…?

–¿Quién te crees que eres para hablarme así? –gruño en respuesta.

“La persona junto a la cual vas a pasar el resto de tu vida, asique relájate de una vez”

Me contesta la voz con el mismo tono furioso.

–Identifícate– hablo mirando a Sheila.

“Estoy en tu cabeza y la única persona que está aquí es tu mate. Piensa un poco”

Me contesta rápidamente.

–Eres Kara– digo mirando a Sheila.

–¿Qué demonios le has hecho a nuestra hembra, loca? –contesta Cole mientras yo estoy en estado de shock.

“Necesitaba estar junto a ti, pero sólo sentía el rechazo. Sheila está destrozada así que drené su energía para que tuviera que venir a la manada”

Contesta ahora más tranquila.

–Loba loca, ¿cómo se te ocurre hacer algo así? –gruñe Cole.

–Basta, los dos –hablo intentando entender las cosas; –Kara, tú has provocado que mi mate esté inconsciente, ¿por qué? –pregunto mientras me acerco a Sheila.

“Necesitaba estar junto a mi mate, tanto tiempo con el vampiro y con el druida me estaba doliendo. ¡No le has dicho lo que la distancia provoca a los lobos internos!”

Me recrimina la loba de Sheila.

–Pues no, no quería presionarla. Quería poder luchar por ella –hablo mientras le acaricio la mejilla; – ver cómo su amor crecía poco a poco y de manera natural. Pero ahora todo está perdido, ella ha elegido al vampiro–hablo mientras sigo acariciándola cómo a mi propiedad más preciada.

“Eres un estúpido”

Me recrimina Kara ahora furiosa.

–¿No querer obligarla a que me quisiera me hace estúpido? –pregunto sarcásticamente.

“Sí, no te has dado cuenta de nada. Ella no ha elegido a ninguno, parece que ha elegido a los 3”

Dice ahora un poco más tranquila.

–¿Cómo que a los 3? –pregunto confundido.

Está claro que el druida dijo que no iba a renunciar a ella y que podía compartirla, pero yo no podría hacer eso, ella sería la Luna de la manada más grande del continente y la futura Guardiana. ¿Esperaba dirigir a la Comunidad y ser reina de los vampiros también?

–Kara, ¿cómo va a elegir a los 3? –pregunto confuso.

“No tengo ni idea, Adam. Te recuerdo que todavía no puedo comunicarme con ella”

–¿Cómo hago para que ella vuelva y tú vuelvas a su cabeza? O bueno, a donde sea que tengas que volver–pregunto mirando a Sheila y vuelvo a acariciarla inconscientemente.

“Necesita el contacto de su mate para recuperarse, Adam. Necesita que la abraces, que te tumbes con ella y que la quieras”

La voz de Kara me está suplicando que me acerque y le demuestre a la mujer de mi vida cuanto la quiero.

Sin pensar en las consecuencias que de seguro me raerá toda esta situación, me acuesto en la cama y abrazo por la cintura a Sheila haciendo que ella inconscientemente se acurruque contra mi pecho. Es imposible no sentir la corriente eléctrica de su cuerpo absorbiendo parte de la magia que nos mantiene con vida, es imposible no querer quedarme así para siempre.

Unas horas después.

POV Sheila.

Estoy cómodamente tumbada encima de alguien. Espera, ¿¡ESTOY DURMIENDO ENCIMA DE ALGUIEN!? Rápidamente me muevo bruscamente haciendo que la persona que está debajo de mí gruña sonoramente. Inconscientemente reconozco ese gruñido: es Adam.

–¿Qué ha pasado Adam? –pregunto ahora que veo que está medio despierto después de que me haya movido encima de él.

–Primero necesito que te mantengas tranquila, Sheila –me dice con la voz ronca.

–¿Qué ha pasado, Adam? –vuelvo a preguntar.

–No te lo voy a decir hasta que estés tranquila –me contesta acariciándome el brazo.

Me siento en la cama y bufo sonoramente. Está más que claro que no va a decir nada y eso me cabrea. ¿Qué ha podido pasar que no me quiera decir?

–Cuanto más te enfades menos te voy a decir lo que ha pasado, Sheila –canturrea mientras sigue tumbado en la cama.

Intento hacerle caso mientras respiro profundamente para calmarme. Me mantengo en completo silencio intentando dejar mi mente en blanco, dejar de pensar en nada. Siento como mis músculos se van relajando poco a poco siguiendo el consejo de Kayden.

–Ahora que te has relajado, podemos intentar hablar tranquilamente de lo que ha pasado–dice mientras se incorpora en la cama para colocarse detrás de mí abrazándome por la cintura.

–¿Hice algo malo? –pregunto un poco temerosa.

–No, tranquila Sheila. Lo que ha sucedido es algo que no ha sido culpa tuya, ha sido provocado por Kara –murmura en mi cuello mientras me acaricia la cintura.

–¿Qué ha hecho Kara? –pregunto con el ceño fruncido.

–Absorbió mucha energía y magia de tu parte druida y vampírica. Por eso sólo podías utilizar los poderes de tu loba, oías con muchísima precisión, tenías los sentimientos de tu loba a flor de piel –habla contra mi cuello, no puedo evitar sentir que una corriente esta naciendo justo donde está hablando y se dirige por todo mi cuerpo; –pero ya estás bien, ¿no?

Mierda, me he quedado en mis pensamientos y no sé que me ha dicho.

–Me lo puedes repetir, ¿por favor? –pregunto tímidamente.

¬–Sheila, ¿segura que estás bien? –me devuelve la pregunta.

–Sí, solo me he distraído. Estoy perfectamente–murmuro.

–Tara absorbió tu energía vital por que se sentía muy celosa de que no pasaras tiempo conmigo. Tu loba tomó el control de tu cuerpo para exigirte que estuvieses cerca de mí, Sheila – dice serio, mientras se aleja un poco de mí.

–¿Por qué hizo eso? –pregunto confundida.

–Sheila, los lobos necesitan estar cerca de su pareja lo máximo que sea posible. Que tú te alejaras inconscientemente de mí le afectó tu loba y ella te lo ha demostrado así – habla mientras se levanta de la cama.

¿Qué? ¿Tara me hizo eso? ¿Por qué me haría algo así?

“Kar, ¿de verdad pasó eso?”

Le pregunto a mi vampira con curiosidad.

“Sí, lo primero que hizo fue anularme a mí para que no pudiera pararla, luego atacó a tu parte druida y luego tomó el control”

La voz tranquila de Kar me hace fruncir el ceño.

–¿Qué tengo que hacer para que no me vuelva a pasar? –pregunto un poco confundida.

–No creo que la respuesta vaya a gustarte, y menos después de que hayas iniciado la unión con William –habla mirando al suelo.

–¿Qué tendría que hacer Adam? –pregunto directamente.

–Tendrías que dejar que te marcara como mía, Sheila –habla girando la cabeza para mirarme a los ojos.

Agradezco sus votos y comentarios💕

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora