Capítulo 50.

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POV Adam

Sentir a Sheila tan entregada hace que algo palpite dentro de mí. Sí sé que es mi mate y que ella lo es todo para mí, pero no pensaba que se fuera a entregar de esta forma, sin reservas, de una forma tan pura.

Me alejo un poco de su coño, que me tiene completamente eclipsado, y no puedo evitar relamer mis labios. El sabor de Sheila es salado, pero adictivo, me llama a estar entre sus piernas saboreándola todo el día.

Salgo de mis pensamientos y me doy cuenta que mi adorada mate está metida debajo de una sábana. Supongo que estará pensando en lo que acabamos de hacer, pero por un momento, la posibilidad de que se arrepienta me hace acercarme.

—¿Está todo bien? —no puedo evitar preguntar sentándome a su lado.

Sheila asiente levemente mirando fijamente mi sábana gris como si fuera lo más interesante del mundo. Por lo que nos has contado esta ha sido su primera experiencia sexual, puede que se sienta avergonzada, aunque no deba.

—Tienes que hablar con nosotros, Sheila —las palabras del druida me hacen darme cuenta de que está aquí, por un momento me había olvidado de él.

—Todo es confuso —murmura abrazándose a sí misma.

Me acerco a ella para abrazarla, y el druida hace lo mismo mientras acaricia sus piernas por encima de la sábana.

—¿Qué es confuso? —pregunto curioso.

—Se supone que vosotros también tendríais que haber disfrutado, pero tengo la sensación de que he sido la única —mientras habla no nos mira a ninguno de los dos.

—¿Lo dices porque ninguno de los dos se ha corrido? — la pregunta de Kayden me hace fruncir el ceño.

Sheila asiente levemente, ahora lo entiendo todo. Sheila piensa que no nos ha satisfecho, que ella se ha corrido y nosotros no, que inocente. Para mí haberme podido comer su coño ha sido mejor que cualquier paja que me haya podido hacer.

—Sheila, correrme no quiere decir que disfrute más o menos, o Kayden —murmuro.

Sheila frunce el ceño confundida, como si no esperase esta respuesta. No entiendo que es lo que está pensado de lo que ha pasado, pero seguro que está confundida.

—¿Os gustó? —La inseguridad se muestra en su voz me rompe el corazón.

—Por supuesto —hablamos Kayden y yo a la vez.

Sheila nos mira extrañada, y yo sonrío. Kayden también sonríe, aunque no deja de mirar a Sheila. Es raro estar en la misma cama que un druida, y saber que ambos podemos convivir juntos, pero con Sheila entre nosotros me parece mucho más cómodo.

—Quiero dormir un poco con vosotros —murmura la pelirroja entre nosotros.

—Por supuesto —habla Kayden antes de tumbarse en la cama.

Sheila se apoya en el pecho del druida dándome la espalda, y yo aprovecho para tumbarme y abrazarla por la cintura. No sé que estará pensando, pero supongo que cosas agradables por que en poco tiempo noto como su respiración se calma, indicando que se ha quedado dormida.

—¿Crees que esté prepara para dejar que nos toque? —la pregunta de Kayden me hace levantarme para mirarle.

—No lo creo, estaba muy nerviosa hoy, creo que tenemos que darle más tiempo —contesto asegurándome de que Sheila esté dormida.


POV Sheila

Las manos de Carintia trazan un círculo en el aire, provocando que las ramas tomen esa forma a nuestro alrededor y vayan creciendo hasta formar una especie de iglú de hojas.

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora