POV Sheila
Desde que he visto a William entrar por la puerta me he dado cuenta de algo, debe de saber que tengo 2 compañeros más y que no pienso negarme a dos de ellos solo por uno. Si la Diosa Luna o diosa de la creación me ha dicho que necesito de los 3 para sobrevivir y, sobretodo que son los únicos en los que puedo confiar, debo creerla.
Cuando estamos a punto de entrar en mi habitación, me giro hacia él y le tomo de la mano. Y entonces pasa, esa corriente eléctrica que me recorre el cuerpo y esa sensación se necesidad de él me abarca por completo.
Nos sentamos en el pequeño sofá que hay debajo de la habitación y le miro a los ojos. Sus increíbles ojos tan azules que casi podrían llegar a ser transparentes.
-No es que me queje de pasar tiempo contigo Sheila pero, ¿para qué me has pedido que te acompañe a tu habitación? – me pregunta mirándome a los ojos, lo que provoca que me sonroje ante la situación y como podría entenderla.
-No es nada de lo que sea que estés pensando, William – le respondo sonrojada y mirando por la ventana; – quería que vinieras para contarte algo que probablemente no te guste por tu naturaleza, que se puede ver influenciada por tu forma de ser y…. – me interrumpe riéndose a lo que yo frunzo el ceño.
-Sheila, será mejor que me digas lo que me tienes que decir, por que no creo que sea tan malo – habla con comodidad. ¿Sabrá lo que estoy pensando?
“No está en nuestra cabeza, Sheila, sólo está utilizando la intuición sobre lo que sea que le quieres decir”.
Me responde Kar.
-¿Sabes lo que soy, William? – le pregunto.
-¿A parte de una pelirroja excesivamente guapa a la que le queda demasiado bien el rojo? – me responde provocando que me sonroje otra vez, – si Sheila, se lo que eres, se que eres la primera trihíbrida que existe – termina hablando serio.
-Y, ¿tu sabes que tanto mi parte loba como mi parte bruja o hechicera tienen también una pareja destinada? – hablo provocando que su cara sea seria completamente.
-¿Me estas rechazando, Sheila? – pregunta provocando que me arrepienta completamente de lo que estaba diciendo.
-¡No! No te estoy rechazando William, solo te estoy diciendo que tengo otras parejas destinadas y, quisiera saber si – mierda, ¿como se supone que le digo lo que quiero decir a continuación sin que me tome por una cualquiera? – quiero saber si tú, ¿tú estarías dispuesto a que estuviésemos los 4 en la relación? – pregunto escondiéndome detrás de mis manos.
Cuando levanto la mirada para verlo veo que sus increíbles ojos azules ahora son rojo sangre, igual de vibrantes que la ropa que llevo puesta y que su sonrisa ha desaparecido para dejar sus colmillos al descubierto. Debería de darme miedo, pero no lo hace, sé que no me hará daño, o al menos eso espero.
-Sheila – habla con una voz mucho más profunda que su voz “normal”, provocando que un escalofrío me recorra todo el cuerpo – ¿me estás diciendo que tengo que permitir que estés con un lobo y con un brujo? ¿Sabes siquiera lo que me estás pidiendo? – pregunta mirándome a los ojos.
-Sé que debe de ser duro para ti… - me interrumpe acribillándome con esa mirada roja tan vibrante.
-Deber ser duro, ¿no te haces una idea de lo que puede llegar a suceder? – frunzo el ceño dejándole saber que no a que se refiere; – me refiero a la Unión Sheila, una marca de un lobo y un vampiro pueden llegar a causarte la muerte, si además le sumamos la de un brujo – se calla mirándome.
Mierda, me la diosa me dijo que debía estar con los 3, que no puedo separarme por un largo tiempo de ellos por que eso me debilitaría y me dolería. ¿Cuánto de necesaria puede ser esa marca?
“La marca no es necesaria para que vivas, pero si no estás marcada no te unirás con ellos. Es algo así como si estás de novia toda la vida sin casarte nunca. Sin mencionar que si no estás marcada no puedes tener hijos”.
Me habla Kar informándome de lo necesaria que es la marca.
-William, tu lo has dicho antes, yo soy la primera trihíbrida que existe, debo ser lo suficientemente poderosa como para poder llevar las 3 marcas y vivir – hablo mirándome, pero cuando me doy cuenta el esta mirando por la ventana y cuando se gira hacia mí me doy cuenta de que sus ojos han vuelto a ser de un azul claro y vibrante y sus colmillos han desaparecido.
-Necesito tiempo para aceptar lo que me estás pidiendo Sheila – habla acercándose hacia mi.
-¿Ahora me estás rechazando tu a mí? – pregunto dolida, a lo que el me responde negando con la cabeza y acercando sus labios a los míos.
-Nunca, jamás en la vida te rechazaría Sheila. Eso no lo vuelvas ni a pensar, solo necesito unos días para entender lo que me estas pidiendo – habla cerca de mis labios, obligándome a levantar la cabeza para mirarle a los ojos.
-Pero mi abuela dijo que tu entrenarías a mi parte vampírica – hablo con miedo a que me deja sola en algo que no conozco.
-Mañana vendrá sobre esta hora un buen amigo, el será la persona perfecta para entrenarte y cuando yo lo entienda del todo volveré. Dame unos 5 días como máximo – me pide a la vez que me acaricia la mejilla con sus dedos.
Siento como se acerca cada vez a mis labios y los besa suavemente. Le respondo encantada y paso mis manos por sus brazos hasta que nos separamos.
Cuando nos separamos el desaparece por la puerta de mi habitación y yo me dejo caer en la cama llorando por que se haya ido de mi habitación de esa forma.
No entiendo por qué es tan difícil entender que no puedo rechazar a ninguno de los 3, qué los necesito a los 3, porque cada uno fortalece una parte de mí. Emito un sonoro suspiro y alguien toca la puerta de mi habitación.
-¿Quién? – pregunto sin ganas de levantarme.
-Hija, soy yo, pero no vengo sola, ¿puedo pasar con Sarah? – pregunta mi madre desde el otro lado de la puerta.
-Si mamá, podéis pasar – hablo sin muchas ganas, la verdad es que no entiendo por qué estoy así.
“Es tu unión con William, ambos os habéis aceptado pero ahora hay un pequeño rechazo. Eso te dejará sin fuerzas y sin ganas de hacer nada. A mí también me ha debilitado mucho”.
Me habla Kar con una voz apenada y muy suave.
-¿Qué demonios te ha hecho el vampirito, Shey? – me pregunta Sarah acercándose a mi con rapidez.
-No me ha hecho nada Sarah, más bien creo que yo le he hecho daño a él – murmuro empezando a sentirme culpable.
-Hija, ¿quieres contarnos lo que ha pasado? Todo parecía ir bien cuando él ha llegado antes – habla mi madre sentándose a un lado de mi cama.
Sarah pega un brinco y se abraza a mi como un koala y eso me hace reír.
-Le he dicho una cosa importante para mí, pero creo que o él no la ha entendido o se ha enfadado conmigo por decírselo – hablo levemente devolviéndole el abrazo a Sarah.
-No es por dejarte de mentirosa Sheila, pero deberías de saber que uno de mis dones es la empatía. Tú ahora mismo estás sufriendo el rechazo, el arrepentimiento y te sientes terriblemente sola. ¿Qué demonios ha pasado Shey? – me pregunta abrazándome un poco más fuerte y haciendo que emita un pequeño suspiro.
-No es tan fácil hablar del tema Sarah – hablo intentando separarme de ella, cosa que no consigo.
-¿Por qué es un tema personal? Sheila, y también tengo algo personal que contarte – me dice levantando un poco la cabeza de encima de mí.
-Porque tengo miedo de que me juzgues Sarah, lo que pasa es que es no es tan sencillo – hablo separándome ahora de ella.
-Me gusta una chica, bueno, no sólo me gusta, me encanta. Estoy enamorada de ella y he estado rehuyendo a mi hermano durante más de 3 meses por tener miedo a hablar del tema con él. Sheila, yo le tenia miedo a la reacción de mi hermano y cuando se lo dije, el sólo levantó una ceja y me dijo que no era para tanto. ¿Sabes lo mal que lo pasé? – habla Sarah temblando y cuando la miro a la cara me doy cuenta de que se esta mordiendo el labio con bastante fuerza.
-Sarah, ¿por qué se lo ocultaste a tu hermano? – pregunto con un poco de miedo.
-Pues muy sencillo Sheila, por lo mismo que tu no me quieres contar lo que ha pasado con William. Por miedo a que me juzgues – me dice empezando a tranquilizarse.
-Yo me voy a ir, entiendo si Sheila prefiere que no me entere de este tema. Pero hija, debes saber que yo también tengo algo que contarte, sentimentalmente hablando – habla mi madre justo antes de acercarse a darme un beso en la frente y salir por la puerta de mi habitación.
-Sheila, llevamos siendo amigas mucho tiempo y siempre nos hemos contado todo, ¿qué puede ser tan malo para que creas que te voy a juzgar de una mala manera? - me pregunta mucho más tranquila.
-Tengo a 3 parejas destinadas y no quiero quedarme sólo con uno de ellos, cada uno me hace sentir una cosa distinta y –no puedo terminar por que Sarah me interrumpe.
-¿Enserio eso por lo que estás tan preocupada, Shey? - me pregunta Sarah asombrada.
-¿Te parece poco? Bien, todavía tengo más cosas que contar que no entiendo y que seguro que te parecen una completa locura. Primero no soy humana, soy una mezcla de vampiro, mujer lobo y hechicera. Tengo 2 voces en mi cabeza que tengo la impresión de que se pelean entre ellas. Mi abuela esta enfadada conmigo y no entiendo el porqué. Ah, y por ultimo, mi alma se ha ido enfadado cuando le he dicho que no puedo elegir entre él, Adam y Kayden. ¿Te parece poco todo eso Sarah? - pregunto al borde de que me dé un ataque de ansiedad.
Miro a Sara y la veo sentada en el borde de mi cama mirándome con los ojos muy abiertos, como si no se esperara mi ataque de sinceridad. Me fijo en ella y no puedo evitar fijarme en su aspecto: un conjunto verde que la identifica como una hechicera con control total sobre sus poderes que le queda genial con sus ojos marrones profundos y con su pelo rubio que le llega por los hombros. No puedo evitar suspirar por todo lo que pasa a mi alrededor.
-¿Estás más tranquila ahora Sheila? - me pregunta en su ya acostumbrado tono tranquilo.
-Algo – hablo extrañada por que no se haya sorprendido por todo lo que he dicho en un momento.
Sarah esboza un sonrisa y después me mira; - se lo que estás pensado Sheila, ¿Por qué actúo como si no me importase lo que me acabas de contar? No me malinterpretes amiga, me interesa y mucho lo que me acabas de contar. Lo que pasa es que hay cosas que yo ya sabía desde hace tiempo – habla tranquila.
-Si lo sabías desde hace tiempo, ¿Por qué nunca me dijiste nada? - pregunto un poco enfadada.
-No era mi secreto Shey, era el de tú madre y el de tú abuela – me contesta como si estuviésemos hablando de un tema completamente normal.
-Lo sé Sarah, pero tú lo sabías y no me dijiste nada, ¿hay algo más que no me quieras contar? – pregunto a sabiendas de la respuesta que no puedo ni pensar.
-Solo puedo decirte que algo pasará dentro de algo menos de 2 semanas, pero no te puedo decir el qué, lo sir to Sheila – me dice con un tono apenado, no me lo puede contar.
-Algo pasará pero no se el qué. Todo el mundo parece conocerme como si fuese alguien importante – hablo intentando sonsacarla algo.
-Yo no te puedo decir nada Sheila, así que no lo intentes – me dice frustrado así mis intentos de saber algo y saliendo de mi habitación.
Gruño y me dispongo a ponerme el pijama para descansar y aceptar el rechazo de William y el que tendré mañana por parte de Adam y Kayden.
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La guardiana (1)
FantasyLa actual guardiana del mundo humano debe ceder su puesto a su sucesora: Sheila. Sheila cree que es una chica normal, ha vivido sus casi 20 años yendo a la escuela y con un interés especial por lo sobrenatural y la mitología sin saber por qué. Su m...