Capítulo 35.

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POV Sheila.

Siento que alguien me abraza por la cintura y me pega a un pecho duro cuando empiezo a despertarme. Antes de abrir los ojos frunzo el ceño: anoche me dormí sola y ahora me despierto acompañada, ¿qué ha pasado?

–Sheila, mantente tranquila y quieta, por lo que más quieras estate quieta– la voz ronca de Adam me hace abrir los ojos de golpe.

–Adam, ¿se puede saber qué coño haces en mi cama? Como Emérita te vea aquí vamos a tener un problema, y de los gordos –digo mirando a la puerta.

–Está en la planta de abajo hablando con mi hermana, no subirá ella, sino la rubia– habla y me aprieta un poco más contra él.

Inevitablemente algo se activa dentro de mí con ese gesto y me pongo roja como un tomate. ¿La razón? Adam tiene un físico portentoso y que me esté abrazando por la espalda es totalmente sexy, pero que hable con la voz ronca después de haber estado durmiendo toda la noche lo es mucho más.

Déjate de tonterías y disfruta del tacto de nuestro mate. Entiende que él también te necesita de la misma forma que yo lo hago. No seas egoísta”

No puedo evitar bufar al escuchar las palabras de Kara.

–¿Ha pasado algo?

–Kara está insultándome –contesto dándome la vuelta para mirarle a la cara.

Me giro y lo veo: está sin camiseta con la cabeza apoyada en la almohada y con los ojos cerrados.

–No te había dicho que no te movieras, Sheila– habla sin abrir los ojos.

–Es que me estaba sintiendo incómoda hablando contigo y no viéndote la cara.

–Yo estoy hablando contigo y ni siquiera que abierto los ojos, no pasa nada, Sheila–contesta mientras acomoda su mano en mi cintura.

Revoloteo los ojos y me intento levantar de la cama pero Adam me sujeta de la cabeza para que no me mueva.

–Adam, déjame levantarme por favor, que cuando venga Sarah y te vea en la cama va a empezar a hacer preguntas a las que no sé responder. ¿Qué haces en mi cama, Adam? –pregunto mirando al techo.

–Necesitaba tenerte cerca– murmura pegando su boca a mi cuello.

–Adam, en cualquier momento va a entrar Sarah por esa puerta y no quiero tener que darle explicaciones que ni siquiera yo sé –contesto mirando a la puerta con miedo a Sarah.

–No creo que esa bruja sea tan peligrosa como la mencionas– es todo lo que dice.

Frunzo el ceño y ahora lo miro enfadada con él, –Sarah no es peligrosa, sólo es pesada, demasiado, y con el tema de las relaciones de parejas destinadas o novios más. Levanta de mi cama, Adam– lo único que consigo es que abra los ojos y me mire divertido.

–No te preocupes Sheila, tu corazón se ha acelerado y Kara ha empezado a molestar a Cole, pero que conste que me gustaría despertar a tu lado todas las mañanas –habla mientras empieza a estirarse para levantarse de la cama.

Lo veo estirarse en la cama y veo como tensa y destensa los músculos y me pongo roja. Adam tiene un físico hecho por los dioses, me encantaría que me abrazase para sentir sus músculos contra mí. Siento que mis mejillas se ponen rojas y me doy la vuelta para no mirarle. Es innegable la atracción física que siento hacia Adam, pero hay algo de él que no me cuadra, siento como si me ocultara algo.

–¿Por qué te has dado la vuelta? –la pregunta de Adam me hace sonreír.

–No te quería molestar.

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora