Capítulo 14.

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POV Adam.

Cuando Sheila se ha desmayado ha provocado que Cole se descontrole y, por consecuencia, que yo me altere. La cojo en brazos y m corro lo más rápido posible hasta la entrada del hogar de Emérita.

-¡Emérita, sal corriendo de donde sea que estés, algo le ha pasado a Sheila! – grito lo más relajado que puedo atendiendo a la situación.

-Adam, ¿se puede saber por qué estas gritando de esa manera? – me reprocha mi hermana, que ha venido alertada por mi grito.

-Kayla, ahora no es momento de que me eches nada en casa, ¡¿es que no ves que mi mate esta desmayada en mis brazos?! – la grito completamente histérico.

-¿Se puede saber que diablos le ha pasado a mi nieta? – pregunta Emérita con su tono enfadado que siempre da lugar a problemas graves.

-Nada, estábamos andando hacia el lugar de entrenamiento de los lobos, y de repente se desmayó como si le faltase toda la fuerza necesaria para seguir andando – digo asustado, realmente asustado, la ultima vez que se desmayó fue porque despertó su loba.

-Esta bien Adam, no te asustes. Supongo que entiendes que lo que le ha pasado a Sheila no es normal y que cuando despierte necesitara un descanso y no podrás entrenar a su loba hoy, empezareis mañana – me dice Emérita mirándome a los ojos fijamente, intentando darme una orden. Gruño ante su intención y siento como intenta entrar en mi mente.

Siento como Cole se remueve intentando que lo deje salir para despedazar a Emérita por intentar darnos una orden cuando sabe que somos alfas, pero yo le contengo con un grito ahogado.

-Emérita, ¿has perdido el juicio? – pregunta mi hermana al sentir mi sufrimiento por contener a Cole, – para de una buena vez si no quieres que mi hermano pierda el poco control que le queda sobre Cole. Nos iremos de esta casa si es lo quieres, pero para de una vez o te buscaras un problema enorme con toda la manada – espeta mi hermana de forma fría y contundente.

Siento que Emérita deja su intención de penetrar en mi mente para darme la orden e inmediatamente un gruñido furioso sale del fondo de mi garganta dirigido hacia la guardiana.

-Emérita, ya dejamos en claro que hay ciertas acciones que no me puedes hacer desde que soy el alfa de la manada, y una de ellas es entrar en mi mente como si yo fuera un cachorro. No lo soy y así solo vas a provocar problemas, asique te aconsejo que no lo vuelvas a intentar o declararemos la guerra – digo enfadado y furioso a la guardiana y abuela de mi mate, hay ciertas acciones que no le voy a permitir.

Entrar en la cabeza de un lobo es muy complicado, tanto por las capas que tenemos par protegernos, como por nuestros lobos. Además, es tremendamente doloroso ya que nuestros lobos sienten como si los estuvieran quemando por dentro y se retuercen para que los dejemos salir y al no hacerlo, el dolor pasa al humano. Es horrible y para un alfa es el doble de doloroso y complicado, a no ser que demos permiso y rebajemos todas nuestras barreras.

-Ahora dime Emérita, ¿que era eso que necesitabas saber que no has podido preguntar? – pregunto recuperándome del dolor de cabeza y todavía enfadado.

-Solo era para saber si decías la verdad, y supongo que como no puedo comprobarlo debo creerte. Pero te advierto un cosa lobo, aun después de que mi nieta tenga el poder y sea la guardiana, yo seguiré siendo una poderosa druida – me dice mirándome enfadada.

-Por supuesto que si Emérita, solo espero que entiendas que una vez que cedas tu puesto no será tu deber meterte donde no te llaman, como mi relación con tu nieta – digo un poco sarcástico.

-Me he asegurado de que mi nieta le tema a los lobos Adam, y solo yo le puedo quitar ese temor, no te pases de listo – me intenta amenazar.

-¿Sabes que ella misma tiene una parte de loba dentro de ella? Además, me voy a asegurar de que no tema a los lobos, sino que mas bien los ame – finalizo; – ahora, te voy a dejar con ella para que se recupere de lo qué sea que le ha pasado y, en cuanto la sienta volveré para asegurarme de que esta bien, te guste a ti o no – termino dándome la vuelta y dando un portazo después de haber dejado a Sheila en uno de los sillones del salón.


POV Kayden

Cuando he notado que la discusión entre el lobo y Emérita ha terminado, me acerco para preguntar que tal se encuentra Sheila, y lo que veo me deja sin habla: una Sheila inconsciente en uno de los sillones y una Emérita a punto de perder los nervios.

-Emérita, ¿qué ha sucedido aquí para que Sheila este así? – pregunto asustado.

-No lo se Kayden, y sinceramente no se como averiguarlo. Antes de que mi nieta supiera de la existencia del mundo sobrenatural era muy fácil entrar en su mente y saber que pensaba, pero ahora que tanto su loba como su parte vampírica están despiertas, temo que si lo intento entrar ambas partes se retuerzan dentro de ella y sufra mucho – me dice una Emérita con una pena enorme en su voz y que se reflejaba perfectamente en sus ojos completamente apagados.

Bufo en mi sitio y la entiendo. La cabeza de Sheila antes debía de ser como un libro abierto ante cualquier hechicero o hechicera, sin ninguna barrera u obstáculo para entrar. Pero desde que despertaron tanto Kar como Kara, se ha debido de ir convirtiendo en un laberinto imposible de penetrar. Si ya es difícil de por si entrar en la cabeza de un lobo, en la de un hibrido debe de ser prácticamente imposible, pero si además le sumamos que es la futura guardiana y que tiene poderes de druida, ya si es imposible.

-Emérita, yo soy uno de sus compañeros de vida, probablemente me sea mas fácil entrar que a ti, si quieres puedo intentarlo – propongo intentado que la guardiana no pierda la fe.

Emérita ha sido mi mentora, la que me ha ensenado todo lo que se de la magia y del mundo sobrenatural. Sin ella estoy seguro de que todavía seguiría pensando que soy un ser peligroso y que debo morir para que el mundo sea un lugar mejor.

-Podrías intentarlo Kayden, pero si sale mal te arriesgas a que Sheila se transforme y eso no puede pasar todavía. Mi nieta no puede poder comunicarse con su loba hasta después de la sucesión – dice Emérita quedándose pensativa.

-¿Por qué dices eso, Emérita? – pregunto extrañado.

-Mi nieta no sabe que su loba es una alfa emparejada con otro alfa, esas uniones son completamente inestables y peligrosas. Además, mi nieta le teme a los lobos, que se transforme ahora hará que deje de temerlos y eso no lo puedo permitir por el momento – dice una Emérita a la que los ojos se le empiezan a poner de ese verde brillante que la caracteriza como guardiana y como una de las druidas mas poderosas que existen.

Doy un paso atrás y entiendo por que los ojos de Emérita han cogido ese color verde tan llamativo, está creando una burbuja alrededor de Sheila. La burbuja es de color verde claro, lo que indica que lo que sea que está haciendo Emérita le está afectando a sus poderes como druida.

De responde, Emérita suelta un grito y da un paso hacia atrás como si el estar cerca de Sheila la quemarse. Frunzo el ceño y abro los ojos cuando me doy cuenta de lo que acaba de pasar: Sheila ha expulsado a Emérita de su cabeza y eso es algo prácticamente imposible de hacer sin práctica.

Nuevo capítulo, espero que les guste.

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora