POV Sheila.
El trayecto a la manada es en completo silencio. Kayla no dice nada, así que si le molesta acompañarnos no lo se. Tampoco es que Adam le haya dado a elegir, se lo ha ordenado sin más.
Me siento dolida por la acusación que ha hecho mi madre. Es una situación dura, ella siempre ha estado a mi lado sin importar nada más, pero ahora que he descubierto que ella me ha estado ocultando siempre mi verdadera naturaleza. No entiendo sus razones, por que no las sé, pero aún así no creo que sean suficientes.
—¿Estás bien? —le pregunto a Adam, no puedo evitar sentirme culpable.
—Hace falta mucho más para hacerme un daño real —me contesta, parece sincero.
—Lo siento —murmuro, —cuando he escuchado tu grito he ido corriendo lo más rápido que he podido —intento justificarme.
—Los druidas saben lo que les duele a los lobos que intenten entrar en su mente, tu madre es un poco hija de puta —gruñe Kayla.
—Kayla, ¿por qué no te adelantas y avisas a Samuel? —pregunta Adam suspirando.
Su hermana asiente y se va casi corriendo. Sus palabras rondan en mi cabeza. Ella había querido hacerle un daño real a Adam, sabía lo que eso le iba a provocar, y aun así lo ha hecho. Nunca había pensado que mi madre fuese capaz de hacer algo así.
—No ha sido tu culpa, Sheila. Tu madre es una mujer adulta, ha tomado su decisión, tú no has tenido nada que ver en ello —habla Adam quedándose parado justo delante de mí.
—He tenido que ver en esa decisión —murmuro.
—No, tú la has intentado para en cuanto has visto que me estaba haciendo daño —me rebate.
Suspiro, pero siento que la culpabilidad me invade de igual forma
—¿Por qué crees que es tu culpa, Sheila? ¿Por ser su hija? Eso no es una razón válida, tampoco lo podrías haber evitado por que ni siquiera estabas ahí y, por último, a mi me no me importa lo más mínimo esto. Sé a lo que estoy expuesto al tratar con druidas y ser un lobo —la voz de Adam es firme y sincera.
—No puedo evitar sentirme culpable —murmuro.
—Tu castigo por esta afrenta será ir andando hasta la manada —dice burlonamente para seguir andando.
—Eso ya lo iba a hacer de todas formas —contesto.
—Pensaba llevarte en brazos —dice para encogerse de hombros.
Bufo y le sigo, no se toma esto enserio, pero tendré que encontrar la manera.
El trayecto vuelve a ser silencioso, pero ahora no es un silencio incómodo. Poco a poco empiezo a escuchar los sonidos del bosque, y empiezo a sentir esa tensión que hay entre Adam y yo. Me recreo en sentir esa tensión, y saber que es algo que sólo sabemos nosotros.
"Deberíamos de marcarnos de une vez"
Me gruñe Kara, pero es como si estuviera tranquila.
—¿Estaremos solos en tu casa? —pregunto curiosa.
Adam se tensa pero asiente. ¿Por qué se tensaría por esta pregunta? Una oleada de calor frío me recorre entera provocando que Adam se quede quieto como una estatua.
—Demonios no, no hay ninguna mujer en mi vida, exceptuando a Kayla.
—Entonces no entiendo por que te has tensado.
—No estaremos nunca 100% solos, siempre habrá guardias vigilando los perímetros de la casa, y alguno que otro en sus habitaciones —me explica, parece sincero.

ESTÁS LEYENDO
La guardiana (1)
FantasíaLa actual guardiana del mundo humano debe ceder su puesto a su sucesora: Sheila. Sheila cree que es una chica normal, ha vivido sus casi 20 años yendo a la escuela y con un interés especial por lo sobrenatural y la mitología sin saber por qué. Su m...