Capítulo 31.

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POV Jean Wyatt

Últimamente no consigo conectarme con Kassandra cómo antes, creo que hay alguien que me está complicando las cosas y eso no me gusta un pelo. Kassandra debe de informarme obligatoriamente en el momento en el que se haga la sucesión de la vieja de Emérita. Ese será el momento apropiado para acabar de una vez con la guardiana.

Esa vieja me ha jodido la vida sólo por no vivir bajo sus creencias de rendirle pleitesía a la guardiana. Desde que empecé a destacar un poco me quiso fuera, por que sabía que yo podría dejar en ridículo a la futura guardiana. Sólo tengo que averiguar quien será la nueva encargada.

Mis contactos en el mundo de los vampiros no son claros, sé que el rey ha encontrado a su alma y no la ha presentado por la maldición. Nunca pensé que William sería un cagado que le diera miedo de esa mierda de historia de niños.

De los lobos no sé mucho, son demasiado herméticos y no sueltan prenda, en cambio, pasa todo lo contrario con las brujas en formación. Son tan torpes que se someten de forma natural a mi magia.

Esbozo una sonrisa mientras intento volver a contactar de nuevo con Kassandra pero algo me bloquea. Me empiezo a cabrear y se me pasa por la imaginación pasarme por la casa de Emérita para hacerla una visita. No soy estúpido, mientras Emérita siga siendo la guardiana no podré hacerla nada, pero cuando ese poder caiga podré cobrarme todas y cada una de las ofensas que me ha hecho esa vieja.

–Sabes que asesinar nunca es la solución, Jean–las palabras de Clark me hacen levantar la mirada y enfocarla en él.

–Sabes que tus palabras solo son ruido para mí, no deberías de preocuparte tanto enano– mi hermano no es un crío, pero esa forma de referirme a él siempre me ha resultado apropiada.

–Haz lo que te venga en gana, sólo te digo que tienes que tener cuidado. Se escucha que odias a Emérita por toda la casa. ¿Qué pasaría si alguien lo escucha y se lo dice?

–No pasaría nada por que esa vieja ya lo sabe, no sería ninguna sorpresa para esa vieja. ¿Has oído algo nuevo? –pregunto haciendo referencia a que no sé quien es la futura guardiana a la que tendré que asesinar.

–No hablan mucho del tema, sólo rezan para que sea loba o hechicera. ¿Cuándo voy a poder salir de esa manada, hermano? –la pregunta de mi hermano me hace darme cuenta de que la posición en la que está es dura, pero necesaria.

–Tienes que conseguir acercarte al alfa como sea, Clark. Dependemos de lo que sepa ese lobo cerrado de mente. ¿Qué has averiguado esta semana? –pregunto haciendo hincapié en que de momento no me ha dado nada interesante.

–El alfa ha encontrado a su mate y tiene problemas. La manada ha sufrido las consecuencias, sabes lo que pasa cuando la aceptación no es real o por las dos partes. He tenido que fingir que no tenía fuerzas y estoy harto.

Asiento a las palabras de mi hermano. El lobo está teniendo problemas con su mate, por lo que no sólo él, sino toda la manada está débil y eso puede jugar a mi favor. Del vampiro sé poco, Anna sólo viene para decirme si he averiguado algo de su pareja destinada, y cómo no se nada no puedo darle pistas falsas.

Por mis hilos conectores con la Comunidad sólo sé que la nieta de Emérita está siendo entrenada por el druida actual y que es una chiquilla particular. Por lo visto es híbrida, cosa que Emérita odia con toda su alma: la ironía es divertida al final de todo.

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora