POV Sheila
Una vez que entramos en la sala la puerta se cierra de golpe, pego un bote y choco con William que suelta una sonora carcajada.
-Tranquila Sheila – dice dando un paso atrás – tu corazón late a toda prisa, ¿está todo bien? – me pregunta curiosamente.
-Eh si, es que estoy nerviosa, muy nerviosa y – no puedo terminar de hablar por que me interrumpe.
-Relájate Sheila, conmigo no te va a pasar nada malo – me dice seguro.
Suspiro sonoramente – abajo dijiste que me ibas a traer a tu biblioteca, pero esto sólo es una sala oscura y no veo nada – digo cambiando de tema.
-Eso es por que esta sala se ilumina de una forma especial, no te muevas – susurra en mi oído. Estaba en frente de mí, ¿cómo se movió tan rápido? ¿Qué parte de lo que sé sobre los vampiros es verdad y qué parte no?
Tal y como dijo, a los poco segundos todo mi alrededor se ilumina poco a poco y puedo apreciar como estoy rodeada de estanterías llenas de libros, es una biblioteca enorme. Me giro para ver donde está William y lo encuentro al lado de la puerta en una especie de cerradura igual a la de la puerta y veo que su dedo sangra. Supongo que la luz se enciende de la misma forma, lo que no entiendo es el porqué.
-Tu cabeza va a estallar de tantas preguntas que tienes en ella. Yo te puedo responder todas las que me competan y parte del resto – dice mientras se acerca a mí. Cuando esta justo en frente de mí, levanta su mano y me acaricia la mejilla suavemente.
“Me encanta que nos toque así, pero debes de preguntarle”.
Me dice Kar con una voz melosa.
-Eh, William – digo a la vez que sujeto su mano y le miro a los ojos. Son demasiado azules, son el mismísimo cielo. – Creo que tengo que preguntarte, pero...
-Shhhh – me manda a callar paseando su dedo índice por mis labios y olvido por completo lo que le quería preguntar.
Su caricia se siente como si una corriente me recorriese todo el cuerpo, especialmente en la zona en la que me esta acariciando. Se acerca un poco más y eleva su cabeza para dejar un suave beso en mi frente, luego da un paso atrás y me coge la mano y me guía hasta un sofá.
-Ahora sí, puedes preguntarme lo que quieras – dice acariciándome la mano.
-¿Qué hacen los vampiros? – pregunto evitando mirarle a los ojos para no perderme en la conversación.
-Pues depende del vampiro, unos trabajan, otros viven como pueden, otro son demasiado presumidos o viejos… - lo interrumpo, eso ko era lo que quería sabe.
-Me refiero a poderes, los poderes de los vampiros – digo concretando la pregunta.
Esboza una sonrisa – depende de los años que tengan, todos tenemos súper fuerza y velocidad, podemos leer las mentes de nuestras almas y manipular la voluntad de los humanos. Cuando vas cumpliendo años pueden desarrollarse otros dones.
-¿Podéis salir al sol? – pregunto mirándole.
-Depende de la edad, normalmente hasta los 300 años no, pero de ahí en adelante sin ningún problema – dice mirándome a los ojos.
-O sea, que tu tienes más de 300 años – supongo devolviéndole la mirada.
-Unos cuantos más de hecho- dice mirándome, ¿qué diablos significa unos cuantos más? Oigo qué se ríe y le miro – tengo 550 años, Sheila.
Ahora es mi turno de reír, me río como si me hubiesen contado el mejor chiste de mi vida. William me mira neutral, es verdad. ¿Cómo voy a ser su alma si me saca 530 años literalmente?
-Es cierto que te saco 530 años Sheila, pero me quedé estático a los 28 – dice leyendo mis pensamientos – pero tranquila, se que tienes más preguntas.
-¿Cómo sabes que soy tu alma? – pregunto mirando nuestras manos que encajan perfectamente.
-Esa es muy fácil, tu sangre huele tan dulce, es como una mezcla de caramelo con azúcar y dulce de leche. Tan dulce, tan empalagosa, tan perfecta – explica mirando ahora mi cuello. – pero tranquila, no tomaré una gota de tu sangre sin tu permiso.
-¿Bebes sangre humana? – hago una pregunta tonta.
Esboza una sonrisa – debería responder que sí, pero la verdad es que no, tomo sangre de hechicera, concretamente la de Adeline, la hechicera que está con tu abuela, tu madre y el druida que os acompaña – dice tranquilo.
-¿Qué diferencia hay… - me interrumpe, lo está convirtiendo en costumbre y lo odio.
-Es más dulce que la de humano y más poderosa – explica sencillamente – aunque, ahora que te he encontrado debería tomar de tu sangre para poder estar completamente fuerte – termina bajando la voz.
-¿Pero puedes seguir tomando la suya? – pregunto evitando por donde iba la pregunta.
-Una cosa es poder y otra cosa es querer, Sheila. Podría seguir alimentándome de ella, pero quiero la tuya – levanto la mirada hacia mí – antes de que pienses que te he buscado solo por eso, dejé decirte que no. De ti quiero algo mucho más importante que tu sangre quiero tu corazón, tu amor. Entiende que tu sangre es sólo un complemento – eleva su otra mano hacia mi mejilla y la acaricia con suavidad.
¿Qué se supone que debo responder a eso? Acabo de descubrir una parte nueva de mi, bueno, 2: Kar me pide estar con William y la parte enfadada con Adam.
-Sheila, quiero que sigas haciéndome preguntas, se que tienes más y estás aquí para resolverlas – habla William llamando mi atención.
-No se si sea real pero, ¿podemos separarnos? – pregunto mirándole, el dolor cruza su mirada – quiero decir, ¿podemos estar separados sin que nos afecte? – intento cambiar mi pregunta, pero el daño ya está hecho y ahora me siento culpable, no quiero separarme de él.
-Sí, podemos separarnos si que eso nos afecte, sólo sería necesario que cada poco tiempo yo tomara un poco de tu sangre para que no debilitase, claro, si la he probado. Si lo que me estás preguntando es si puedes irte ahora mismo y que no nos afecte sí – habla bajo, como si le doliese hablar y, por como ha cambiado su cara, creo que así es.
Bajo la mirada, puedo vivir sin él sin que me afectase, pero no estoy segura de querer hacerlo.
-William yo vine a Werewok a estudiar, entiendo que eso no sea lo que – me interrumpe con una carcajada que duele, por que es demasiado triste.
-Sheila, ¿de verdad estás preocupada por que yo afecte en tus estudios? ¿Es eso por lo que te quieres alejar de mí? – pregunta relajando su semblante dolido.
-¿Puedo responder a esa pregunta después? – intento cambiar de tema.
-Por supuesto, pero responderás a esa pregunta Sheila – habla notablemente más relajado.
-¿A qué huelo? – William sonríe de forma pícara, por lo que afino más la pregunta. - ¿A qué especies huelo?
William cierra los ojos y toma una respiración profunda.
-Hueles al olor característico de mi alma, a un lobo muy fuerte, siento que tu loba acaba de despertar y; huelo a magia pura, a la magia de las – lo interrumpo al darme cuenta de lo que pasa.
-Druidas, soy una druida con una parte vampírica y una de mujer lobo – confirmo mirándole a los ojos.
Me devuelve la mirada y, siento como miles de insectos revolotean en mi estómago, siento que nos vamos acercando cada vez más. Nuestros alientos se mezclan, sus ojos me hipnotizan, sus manos acunan mis mejillas. Estamos demasiado cerca y cierro los ojos cuando siento que posa sus labios sobre los míos.Último capítulo del maratón, espero que lo disfrutéis.
Agradezco sus votos y comentarios con mi amor eterno❤️.
Capítulo con 1253 palabras.

ESTÁS LEYENDO
La guardiana (1)
FantasyLa actual guardiana del mundo humano debe ceder su puesto a su sucesora: Sheila. Sheila cree que es una chica normal, ha vivido sus casi 20 años yendo a la escuela y con un interés especial por lo sobrenatural y la mitología sin saber por qué. Su m...