Capítulo 29.

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POV Adam.

Tener que alegarme de Sheila es duro. Cuando la he tenido que dar alguna contestación seca me he sentido como el mayor hijo de puta que existe. Sé perfectamente que a ella le duele y mucho, pero es algo necesario. Necesito que ella deje de necesitar estar cerca de mí para que ella sea feliz. Sé que conmigo no va a ser feliz cuando ella ha quiere estar con el vampiro y con el druida.

–Eres la peor escoria que existe, Adam –la voz de mi hermana me saca de mi mente.

–Gracias hermana–respondo sarcásticamente.

–¿En qué momento de tu vida piensas que alejarte de tu mate es una buena opción? –me pregunta poniéndose delante de mí.

–Ha iniciado el vínculo con el vampiro, Kayla, y sabes que a mí me duele quererla y saber que en ningún momento voy a poder marcarla –suelto enfadado y brusco.

–Lucha por ella, Adam. No te rindas –intenta animarme.

–Alejarme antes de que quererla más de lo que ya la quiero es lo mejor que puedo hacer – respondo sinceramente.

–Está más que claro que hacer eso es una tontería, Adam. Ella tiene 3 parejas destinadas, una que complementa a cada una de las especies que la componen –la voz de mi hermana impacta contra mí con una verdad enorme; –hermanito, está claro que quieres a esa loba, pero son tus celos los que te están nublando. Vas a tener que aprender a controlarte y hacerle entender a Cole que es normal que ella quiera estar tanto contigo, como William o con Kayden.

Me callo y las palabras de mi hermana se repiten en mi mente sin parar, tengo que aprender a controlarme cuando ella esté con los otros para que ella quiera estar conmigo y no sólo por que su loba se lo exige. Yo quiero estar con ella por que es tan preciosa y su personalidad, la forma en la que se preocupa por todo el mundo es abrumadora.

–Kayla, ¿hay algo que no me hayas contado? –pregunto con curiosidad.

–No puedo estar con mi mate de la forma en la que me gustaría Adam, y ver que tú tienes esa oportunidad y la estas desperdiciando sólo por el miedo es doloroso para mi –una lágrima cae de su ojo derecho y mi corazón se parte.

–¿Por qué no puedes estar con tu mate, Kayla? –pregunto sólo eso para no acribillarla con preguntas.

El tema de que mi hermana tenga a alguien con quien compartir su vida no me hace mucha gracia. Siempre he tenido pendiente que ella iba a tener a alguien, pero el hecho de que me diga que no puede estar con esa persona duele.

–Por que es una chica, Adam.
–¡¿Qué?! –grito.

–Es una chica rubia, con los ojos azules y preciosa, Adam. Para mi huele a chocolate con leche dulce. Y lo más placentero que he podido hacer con ella ha sido abrazarla por que es de otra especie–dice y sale de la habitación.


POV Sheila.

Los labios de Kayden me besan por primera vez y siento todas las mariposas posibles en mi estómago. Inevitablemente me acerco a él provocando que me coja de la cintura y me pegue por completo a él.

Las palmas de Sarah resuenan por la habitación haciéndome dar un paso atrás y separarnos de golpe.

–Solo os hacia falta que alguien os diera un pequeño empujón, literalmente –habla mientras sigue dando palmas hasta que sale del despacho cerrando la puerta.

–Mi hermana siempre ha sido muy intensa, Sheila– habla Kayden mientras me mira a los ojos; –aunque he de ser sincero, la voy a tener que dar muchas gracias por haberte empujado a mis brazos en mi despacho –sonríe mirándome.

–Eh yo esto, sinceramente no sé que decir–digo mientras siento que me estoy poniendo roja a gran velocidad.

–No te pongas nerviosa Sheila, puedes pensar que sólo ha sido un beso –sonríe mientras me mira.

–¿Por qué estás tan tranquilo? –pregunto mirando al suelo.

–Porque yo no me arrepiento de ese beso, Sheila–la sinceridad en sus palabras es abrumante.

–Yo tampoco me arrepiento, Kayden.

–No lo parece, Sheila, no lo parece. Pero no te preocupes, voy a hacer que dejes de sentirte así –dice justo antes de abalanzarse sobre mí y besarme.

Los labios de Kayden impactan contra los míos y sus manos se dirigen a mi cintura y me atraen hacia él. Nuestros labios se mueven acompasados mientras me abraza cada vez mucho más fuerte y entonces lo siento: su lengua rodea mis labios pidiendo permiso para entrar. Se lo concedo y nuestras lenguas juegan juntas mientras sus manos van bajando poco a poco hasta llegar al principio de mi culo. Me separo inmediatamente.

–Para para para, para por favor –digo mirando al suelo sin mirarle a los ojos.

–Sheila, no es para tanto. Esto ha sido un beso entre dos personas que nos sentimos atraídos mutuamente y que somos parejas destinadas. ¿Te arrepientes, Sheila? –pregunta de nuevo.

Me doy la vuelta para no mirarle y me fijo en la puerta: el lobo del libro que me dio mi abuela.

–¿Quién es ese lobo, Kayden? –pregunto mirando el lobo.

–Pues que yo sepa no es una persona, es la forma en loba de la Diosa Luna.

–¿De Kassandra? –las palabras salen de mi boca antes de que pueda pensarlo.

–¿Kassandra? ¿Quién demonios es Kassandra, Sheila? –pregunta un poco enfadado.

–Nadie, Kayden– digo mirando de nuevo al lobo; –ya hablaremos de lo que ha pasado antes, Kayden – digo justo antes de salir del despacho.

Subo corriendo a mi habitación y cojo el libro. Si el lobo de la portada es Kassandra, seguro que en el libro puedo tener más información de quién es Kassandra.

–Sheila, deberías de estar entrenando, ¿por qué no estás entrenando? –la voz de mi abuela me hace levantar la cabeza como un resorte y mirarla.

–Tengo curiosidad por saber quién es la persona que se esconde detrás de este lobo. ¿Quién es? –pregunto mirándola a los ojos.

–Es la forma no humana de la Diosa, Sheila. ¿Por qué la pregunta? –me responde mirándome extrañada.

–¿Existe una manera de poder conectarse con ella? –pregunto interesada.

–No la hay, Sheila. Tener conexión directa con la Diosa es algo imposible que muchos buscan pero que sólo uno consiguió. Así que, ¿por qué la pregunta Sheila? –vuelve a preguntarme con cara rara.

–¿Quién lo consiguió? –pregunto curiosa.

–Jean Wyatt, y se arriesgó a mucho sólo por poder acceder al mundo de los sueños durante un minuto. ¿Qué se te está pasando por la mente y por qué este interés? –pregunta mirándome a los ojos.

–Es sólo que me ha llamado mucha la atención las imágenes del lobo, es demasiado majestuoso y me impactó desde la primera vez que la vi– contesto sinceramente.

–Sheila, vete a entrenar de una vez y deja el tema de la Diosa Luna y cómo conectarte con ella. Los riesgos de llegar al mundo de los sueños son demasiado altos y tú no estás preparada para algo tan duro–dice justo antes de desaparecer de la puerta de mi habitación.

Bufo sonoramente y me cambio la camiseta por otra del mismo color que me queda un poco más ancha. Salgo de la habitación y me encamino hacia la entrada de la casa/Escuela y veo a William esperarme.

Su pelo rubio llama mi atención, pero lo que más me hace dudar es el repentino ardor que siento en mi garganta, como si me acabara de tomar una copa. Justo después me asalta un repentino olor dulce como de caramelo con leche.

–William, ¿por qué hueles a caramelo con leche y me arde tanto la garganta desde que te he visto? –pregunto inconscientemente.

–Son las ganas de probar la sangre de tu pareja destinada con la que has iniciado el vínculo de unión, Sheila.

Agradezco sus votos y comentarios 💕

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora