Capítulo 36.

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POV Adam.

¿Un beso en la mejilla es todo lo que significo para ella? No entiendo nada. Salgo de la habitación para irme a la manada. Todo lo que está pasándome con Sheila me tiene un poco distraído de mis obligaciones como alfa.

Salgo de la casa y veo que el druida está solo.

–¿Has dormido con ella? –me pregunta de golpe.

–Sí, ¿tienes algún problema con eso? –pregunto mirándole a la cara.

–Para nada, pero ahora entiendo por qué me ha evitado esta mañana –dice seco y se da a vuelta para ir a la parte de atrás.

Algo como esto debería de hacerme sentir bien, que yo les lleve la delantera a todos, pero por alguna razón me siento mal. Es cómo si hubiera hecho algo malo, pero dormir con Sheila era lo que necesitaba después de saber que probablemente la marque a la fuerza cuando se una con el vampiro.

Sé que Cole se va a desesperar y no le voy a poder controlar y todo va a ser una mierda, pero también necesito que entiendan que no es fácil para mí. Tuve que ver morir de soledad a mi primer lobo, y cuando llegó Cole fue devastador. No pude controlarle hasta que era demasiado tarde.

Pensando en cómo de horrible fue esa época de mi vida me encamino a la manada para ir a la reunión mañanera de las fronteras. La verdad es que no tenemos problemas con los vampiros gracias a los acuerdos de paz que firmó mi padre con William, así que lo único que me preocupa ahora es Wyatt. Más aún después de que Sheila hablara de él.

Noto a Cole inquieto dentro de mí y me transformo para dejarlo salir un poco. Noto que nos huesos cambian cuando estoy completamente transformado corro hacia la manada. Cuando estoy a unos metros de llegar oigo algo que me hace pararme de repente.

–No podemos seguir escondiéndonos de todo el mundo Kayla –es una voz de chica.

–Ya lo sé Sarah, pero no puedo hablar con mi hermano hasta que no tenga una forma de marcarte sin que entres en la manada –la voz de mi hermana es angustiosa. ¿Ha hablado de marcar a otra chica?

–Vamos a encontrar la forma, pero no te prometo que –escucho un gruñido de mi hermana.

–No te vas a fijar en nadie más teniéndome a mí, Sarah. Sabes que te amo como nunca he amado a nadie, y sabes que me encantaría decirle a los 4 vientos que te amo, pero necesitamos encontrar una solución –las palabras de mi hermana son como si me hubieran dado un golpe.

¿Mi hermana ama a una chica? ¿Cómo es posible que haya pasado eso sin que yo me dé cuenta? Asombrado por la capacidad de mentirme que tiene mi hermana voy corriendo a la entrada de la manada. Una vez dentro los guardias me saludan y yo voy corriendo a mi casa a vestirme para ir a la reunión.

Cuando me he vestido entro en la sala y veo a Samuel mirarme raro, es normal que me mire así porque desde que conocí a Sheila no he venido a ninguna, se las encargué a él, pero ha llegado el momento de que vuelva a hacerme cargo de mi manada.

–Sé que os sorprende verme por aquí de nuevo, pero he vuelto y espero que eso no haga que nadie se sienta incómodo –digo para iniciar la reunión.

–Esta noche no ha habido ningún movimiento, no se siente el aroma de Wyatt por ningún lado– las palabras de mis hombres me hacen fruncir el ceño.

La guardiana (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora