POV Sheila
–Después de este momento de amigas para siempre, habla –dice separándose de nuestro abrazo.
–Realmente no estoy muy segura de poder contarte quién es Kassandra, porque ni yo misma se muy bien qué o quién es– hablo un poco confusa.
–Lo que sepas, más lo que yo pueda decirte hará mucho. Y si no, siempre podemos bajar a la biblioteca a investigar –habla tan tranquila.
–¿Biblioteca? –pregunto confundida.
–Sí, la biblioteca de tu abuela, ¿de dónde crees que sacó el libro que te dio? –me pregunta.
–No pensé que de una biblioteca, nunca me dijo que tuviera una –digo extrañada.
–Técnicamente no es suya, solo lo es temporal –dice mientras cambia la mirada.
–¿Puedes ayudarme a encontrar la biblioteca? –pregunto curiosa.
–La entrada está restringida, Shey. Sólo ciertas personas pueden entrar y temo decirte que yo no puedo entrar –habla un poco apenada.
–¿Quién más aparte de mi abuela puede entrar? –pregunto curiosa.
–Kayden y tu madre, que yo sepa–me responde seria.
No puedo evitar fruncir el ceño, ¿por qué está así solo por hablar de la biblioteca de mi abuela? Siento que me está ocultando algo, o que no la dejan pasar por alguna razón.
–¿Qué te pasa, Sarah? –pregunto con el ceño fruncido.
–¿Quién es Kassandra? –pregunta cambiando de tema.
–No lo sé muy bien, ella me dijo que era la Diosa Luna y creadora de los seres sobrenaturales, pero no estoy muy segura–contesto con un gesto raro.
–¡¿Hablaste con la Diosa?!– exclama mirándome como si estuviese loca.
–Ella dijo eso, pero no creo que fuera la Diosa. Se supone que se sacrificó, ¿no? –pregunto confusa.
–Sheila, dime que cuando hablas con ella no te desmayas o pierdes la conciencia –me pide mirándome a los ojos.
–Creo que sí. O sea no sé cómo pasa, pero solo sé que ella me lleva a una especie de prado enorme en el que sólo estamos ella y yo–hablo recordando un poco sobre la última vez que la vi.
–Sheila, ella te lleva al mundo de los sueños–dice mirándome asombrada.
–¿Qué demonios es el mundo de los sueños? –pregunto asombrada.
–Es el mundo que está entre el mundo real y el mundo de los muertos. Sólo las guardianas y la Diosa pueden entrar y salir de él, además claro, de llevar a personas a él–me explica mirándome cómo si estuviera hablando de algo maravilloso; –Sheila, o esa chica es la Guardiana del mundo sobrenatural o de verdad es la Diosa. No sé qué es peor–termina mirándome con una miranda asombrada.
–¿Cómo sé cuál es? –pregunto con el ceño fruncido– por que esa mujer sabe todo lo que le pregunto, hasta sabe de las marcas de las distintas especies a sus parejas.
–Puede que sea la Diosa, Shey. Es muy peligroso. Muchos querrían tener un contacto cercano con la Diosa para poder utilizarla. Qué ella te haya elegido a ti como comunicación con el mundo humano es curioso– me contesta sincera.
–¿Cómo es la unión de los druidas? –pregunto queriendo cambiar de tema.
Sarah me mira sonriente–pues es muy diferente a la de los vampiros con su ceremonia, o a los lobos con su mordida. Es crear un vínculo de magia, por lo que tiene que ser en una corriente especial, además de que obviamente una vez se ha vinculado la magia se vinculan las personas –habla emocionada.
–¿Así es siempre?
–Todas las uniones entre druidas, hechiceras o brujas que conozco sí. Supongo que debe de haber una forma especial para las uniones cuando son para diferentes especies. Pero de momento nunca se ha dado el caso de que nadie tenga una pareja destinada de otra especie que haya sido aceptada–dice bajando su tono de voz poco a poco.
–¿Tu chica es bruja, hechicera o druida? –pregunto mirándola a los ojos.
–No Shey, por eso te digo que nunca se ha aceptado. La manada de ella tendría que aceptarme y eso es prácticamente imposible, de la misma forma que ella tendría que ser presentada en la Comunidad y eso tampoco pasará. Nosotras estamos condenadas a saber que estamos destinadas a estar siempre juntas, pero no podemos unir nuestro amor– dice justo antes de que unas lágrimas caigan de sus preciosos ojos.
No puedo evitar lanzarme a abrazarla. No dejo de pensar en cuantas cosas horribles habrá tenido que pasar sola, cuanto habrá sufrido y no habrá podido tener ni siquiera un abrazo por parte mía. Inevitablemente un sentimiento de culpabilidad se asienta en mí y no puedo evitar abrazarla aún más fuerte.
De repente siento que Sarah me empuja lejos de ella y caigo contra el suelo. Levanto la cabeza para mirarla con una pregunta grabada en la mente pero ella se me adelanta.
–Estabas absorbiendo mi magia, Shey. Lo siento pero si no hubiera hecho eso seguramente habrías estado a punto de matarme sin saberlo –me explica con angustia en la voz; –¿qué demonios estabas pensando? –me pregunta con curiosidad.
–En nada, sólo pensaba en cuánto habrás tenido que pasar sola y me arrepentí de no haber estado ahí para ayudarte –me explico lo mejor que puedo.
–Nueva norma entonces, cuando estés tocando a alguien mágico que no sea tu pareja nada de sentimientos fuertes, Shey –dice esbozando una sonrisa que me hace fruncir el ceño.
–¿Por qué? –pregunto algo confusa.
–¿Mi hermano no te ha dicho que la magia está unida a nuestras emociones? –pregunta provocando que asienta con la cabeza; –ahí tienes tu explicación Shey. Es mejor que controles tus emociones cuando no estés con tus parejas destinadas, por tu propia protección. Nunca sabes de quién es la magia que estás absorbiendo y te puede provocar alucinaciones y la muerte –me explica tranquila.
–¿Entonces no te voy a poder abrazar nunca más? –pregunto con un puchero en los labios.
–Por supuesto que sí, Shey. Sólo tienes que aprender a controlar tus emociones y no pasará nada–me contesta sonriente.
–¿Dónde decías que estaba la biblioteca de Emérita? –pregunto para cambiar de tema.
–Vamos a meternos en problemas, eso mola Shey –se baja de un salto de mi cama para cogerme de la mano y arrastrarme al pasillo.
Una vez que estamos en el pasillo me sigue llevando hasta la planta baja y gira antes de llegar a la cocina. Entramos en el pasillo que lleva al despacho de mi abuela, pero Sarah tira de mí para ponerme de frente a una puerta. El cartel pone que el despacho es de Kayden y frunzo el ceño.
–¿Me estás llevando al despacho de tu hermano? –pregunto mirándola.
–¿Quién te crees que nos va a abrir la puerta de la biblioteca? –me devuelve la pregunta.
–¿Se lo vamos a pedir? –pregunto inocente.
–Nada de eso, Shey. Te voy a lanzar a sus brazos para que nos deje entrar sin preguntas.
Me quedo callada asimilando lo que quiere hacer: básicamente me quiere utilizar sexualmente para que su hermano nos abra una puerta. ¿Qué clase de amiga hace eso? Sarah, evidentemente.
–Espera Sarah –la cojo de la muñeca justo cuando va a llamar a la puerta.
–¿Qué?
–Es que tu hermano y yo, bueno no sé muy bien como decir esto pero, eh–me interrumpe antes de que siga divagando.
–Dilo de una vez, Shey–me insta con la mirada.
–Tu hermano y yo aún no nos hemos besado–digo mirando al suelo y siento que mis mejillas se ponen rojas.
–Genial, entonces ya va siendo hora de que compartas saliva con mi hermano –dice como si no fuera importante.
–Espera, Sarah– vuelvo a detenerla y ella me mira enfadada.
–¿Qué pasa ahora, Shey?
–¿Y si no le gusta cómo beso? –pregunto insegura.
Sarah suspira sonoramente y me mira; –si no le gusta entonces mi hermano es más idiota de lo que ya creí que era. Deja de pensar en lo que puede salir mal–dice para girarse y llamar a la puerta.
Escucho un ruido dentro del despacho que hace que Sarah y yo nos miremos con cara rara.
–Un momento–escuchamos la voz de Kayden, justo antes de que abra la puerta; –¿qué quieres, Sarah?
En ese momento, siento un tirón de mi mano y lo único que veo es la cara de Kayden acercándose hacia mí y lo siguiente que siento son los labios de Kayden impactar contra los míos.Agradezco sus votos y comentarios 💕
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La guardiana (1)
FantasíaLa actual guardiana del mundo humano debe ceder su puesto a su sucesora: Sheila. Sheila cree que es una chica normal, ha vivido sus casi 20 años yendo a la escuela y con un interés especial por lo sobrenatural y la mitología sin saber por qué. Su m...