Capítulo 44 | El campamento | Parte uno

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Capítulo 44: El campamento | Parte uno

Aprieto mis labios pensativa y me recuesto sobre mi cama mientras releo por milésima vez el mensaje que me envió el padre de Enzo en agradecimiento por haber cuidado de su hija. El último día que estuve con ella, él trabajó una hora más, por lo que no pudo despedirme.

Ha pasado casi una semana desde que este mensaje fue enviado, y por lo tanto, también casi una semana desde que dejé de ser niñera de Alessia.

Estos días fueron extraños para mí. Ya había olvidado lo que era permanecer en mi casa durante las tardes, y no puedo mentir, es algo demasiado aburrido, tanto, que hasta decidí estudiar para pasar el rato.

Sumado a eso, al estar más tiempo aquí, mis peleas con Kayla incrementaron, y recordé por qué las dos no podemos vivir bajo el mismo techo: Mi hermana mayor es insoportable.

Nunca creí que preferiría cuidar de Alessia antes que estar aquí. Desde que me fui, me intriga pensar en cómo estará llevándose con su niñera nueva, pero es una duda con la que voy a quedarme, ya que, por supuesto, no voy a preguntarle a Enzo.

Oficialmente, ninguno de los dos tenemos nada que ver el uno con el otro, y pude confirmarlo esta semana en el instituto, ya que solo pude verlo algunas veces en el comienzo de los recesos —Puesto a que su salón está al lado del mío—, pero nada más. Intento no darle importancia.

De una vez por todas, basta de Enzo Kast.

Ya ni siquiera tenemos razones para volver a hablarnos; ahora que no le debo nada, tal como supuse, somos dos desconocidos otra vez.

Es una etapa cerrada, creo.

Suelto un suspiro y decido salir del chat en el que está el mensaje de su padre. No comprendo por qué lo releo tanto... No quiero admitirlo del todo pero, pienso que puede que se deba a que extraño un poco a la mocosa.

Al menos ella era más tolerable que Kayla.

Estoy a punto de depositar mi teléfono celular sobre la pequeña mesa ubicada al lado de mi cama, pero el sonido de una notificación entrante detiene mi acción.

Al instante verifico de qué se trata, encontrándome con un mensaje de Claire.

19:44
[Claire]: Ya tengo todo listo para mañana, solo me faltan las ganas de ir.

Hago una mueca al leer lo que escribió, recordando a qué se refiere.

Por un momento, casi lo olvido.

Todos los años, el instituto organiza un campamento para los dos últimos cursos. Este se realiza durante un fin de semana, y es, en pocas palabras, una especie de «Convivencia» para que todos puedan socializar, y a su vez, tener un recuerdo bonito antes de tener que despedirse de la escuela.

Si bien para algunos esto puede parecer divertido y una oportunidad para pasar más tiempo con sus amigos, yo, por mi parte, lo considero una completa pesadilla.

Tener que estar con mis compañeros y con los alumnos de la otra división al aire libre en un estúpido campamento es una idea que me resulta horrible. El simple hecho de imaginarme allí me parece tortuoso.

Es absolutamente todo lo que odio: Estar con personas, no dormir en una cama, tener que ser parte de actividades, y para colmo, todo al aire libre.

Es por eso que, en cuanto anunciaron que se realizaría, me atreví a rogarle a mi madre que me dejara faltar. Al principio, creí que se negaría y que me obligaría a ir igual, —Ya que estuvo molesta conmigo cuando le dije que me habían «Despedido» de mi empleo en la cafetería—, sin embargo, al final, y debido a que mis insistencias terminaron por hartarla, ella me dio permiso para no ir.

Endulzando a Candy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora