Capítulo 39: Advertencias
ENZO
Suelto un suspiro de exasperación en cuanto veo que la vieja máquina expendedora de la cafetería se niega a entregarme de forma veloz la botella de agua que acabo de pagar.
Supongo que tendré que esperar un poco más.
Mientras lo hago, opto por recostar la mitad de mi cuerpo sobre una columna cercana. Después de este receso, todavía me quedan dos clases más y luego probablemente tenga entrenamiento con el equipo de fútbol del instituto, lo que significa que aún falta bastante tiempo para poder largarme a mi casa.
Con cansancio, paso una mano por mi cabello y dejo escapar un suspiro pesado. Estoy haciendo lo posible para que no se note, pero estos días ni siquiera pude lograr dormir del todo bien. Es cuestión de tiempo para que eso comience a afectar mi rendimiento.
Distraído, mi vista se dirige hacia la gran ventana ubicada a tan solo un metro de donde me encuentro. A través de ella se puede ver al pequeño parque que hay aquí al lado.
Como es la hora del receso, la mayor parte de los alumnos prefieren permanecer aquí en la cafetería —Sobre todo en los días calurosos—, pero aún así, hay otros que prefieren quedarse allí afuera.
Especialmente una chica.
Sin poder evitarlo, doy unos pasos para acercarme a la ventana y la busco con la mirada. No tardo demasiado en encontrarla, de todas formas, siempre está sentada o recostada debajo del mismo árbol.
Mis ojos se posan sobre ella y comienzo a analizar cada uno de sus movimientos; Con una clara expresión de molestia, Candy Dobbs parece estar luchando para poder peinar su largo y oscuro cabello. En seguida suelto una pequeña risa; su cabello está igual de perfecto que siempre, ¿Por qué siquiera está peleando con él?
Noto que lleva puestos unos audífonos blancos, por lo que supongo que, como hace habitualmente, se encuentra escuchando música.
Unos segundos después, parece haber decidido dejar su pelo en paz, por lo que pasa a tener una mirada de tranquilidad que pocas veces alguien tiene la oportunidad de ver.
Me gustaría golpearme en este mismo instante. No solo por estar observándola, sino también porque a pesar de que ya pasaron varios días, aún no puedo olvidar el momento en el que sus labios estuvieron sobre los míos.
Tengo la ligera sospecha de que esa es la razón por la cual me cuesta dormir. A diferencia de otros besos con otras chicas, esta vez siento que me metí en un problema.
Besé a la persona más odiosa de todo el instituto; exactamente la misma persona que hace tiempo atrás dibujó un horrible caramelo gigante en mi auto.
¿Enloquecí? Probablemente.
Pero no hay manera de que pueda negarlo o mentirme a mí mismo: el estúpido beso me gustó, y lo disfruté demasiado.
Soy un imbécil.
Todo fue culpa de mis impulsos y ahora solo me queda intentar hacer como si nada pasara, porque es evidente que ambos estamos arrepentidos de lo que pasó.
Ella tiene razón: Fue un error y nada más.
Pero aún sabiendo eso... No puedo olvidarlo. Creí que sería sencillo, pero me equivoqué.
No sé qué carajos pasa conmigo.
Ni siquiera puedo controlarme cuando me habla; tengo que luchar contra mí mismo para aguantarme y no mirar sus labios.
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Endulzando a Candy ©
Teen Fiction❝Lo único que Candy tiene de dulce, es el nombre❞ Detrás de esa carita de ángel se encontraba una chica con un carácter de mierda, actitud rebelde y bastante amargada. Candy era el tipo de persona con la que Enzo no quería tener problemas, y Enzo e...