Capítulo 10 | Estrés con nombre y apellido

2.6K 301 57
                                    

Capítulo 10: Estrés con nombre y apellido.

ENZO

Corro a la mayor velocidad posible evitando que los del equipo contrario puedan quitarme el balón. No oigo nada a mi alrededor, solo intento concentrarme en lo que estoy haciendo.

A unos metros veo el arco, y sin pensar pateo, haciendo un gol. Me siento un poco orgulloso de mí, hasta que giro y me encuentro con los rostros enojados de mis compañeros de equipo.

—¿Qué?— Pregunto extrañado.

¿Hice algo mal?

—Acabas de meter un gol en tu propio arco, campeón— Escupe Ryan—. ¡Terminamos por hoy, idiotas!

Los del equipo de fútbol me observan con curiosidad y algunos con enojo. Todos se dispersan y caminan para el lado de las duchas. Yo me apresuro a hacer lo mismo, sino llegaré tarde al trabajo.

Antes de ingresar, suspiro y paso mi mano por mi rostro en señal de frustración. Últimamente, es uno de los gestos que más repito.

Estoy más que seguro que eso se debe a mi estrés. Y mi estrés tiene nombre y apellido.

—¿Qué te está sucediendo? Pareces muy distraído— Alec, mi mejor amigo, se acerca a mí con una sonrisa burlona en su rostro y se sienta a mi lado en los asientos del vestuario.

—Desde que inició el entrenamiento, el único gol que has metido ha sido en el arco de tu propio equipo— Continúa—. Sin mencionar que jugaste horrible todo el partido. Tienes suerte de que solo sea un juego entre nosotros, sino te lincharían— Suelta una risa.

Decido no responder y le regalo una mirada de molestia, seguido de beber el agua de mi botella bajo su mirada. Por su sonrisa, deduzco que tiene algo que decirme, y que ese algo va a ser estúpido.

—¿Estás así por algo en especial?— Comienza—. ¿Por una... Candy?— Muestra una sonrisa maliciosa.

—No. Solamente estoy preocupado por mi hermana.

—Cuya niñera es...— Alza una ceja—. Últimamente no dejas de pensar en cosas que estén relacionadas con Candy, eh.

Entrecierro los ojos en su dirección.

—¿Y cómo no hacerlo? No tengo auto hace varios días, tuve que mentirle a mi padre, y además hoy me pegó una patada en las pelotas— Alec estalla en carcajadas tras lo último—. Estoy intentando tenerle paciencia pero me está costando más de lo normal, y eso que soy alguien con mucha paciencia.

—Entiendo. ¿Pero, no crees que eso es sexy? Quizás por esa es la razón por la cual estás tan estresado, porque sabes que no podrías nunca...

—No— Lo corto—. Estoy estresado porque necesito tener mi maldito auto de nuevo y porque el trabajo me tiene agotado.

Difícilmente se puede hablar de algo con Alec sin que haga bromas al respecto o que desvie el tema a un lado sexual.

Aún así sigo un poco avergonzado por el partido de hoy, sin importar que solo haya sido una práctica. Últimamente no logro concentrarme en absoluto, y si quiero llegar a ser capitán del equipo antes de que termine el año, no puedo cometer el estúpido error de meter goles en mi propio arco, realmente necesito concentración.

Endulzando a Candy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora