Capítulo 37: El almuerzo
Maldigo en voz baja al comprender que no tengo más opción que soportar la presencia de Enzo sin morir en el intento.
Cuando accedí a venir a la casa de Félix, nunca imaginé que él también invitaría a Aisha y Enzo a venir, y de haberlo sabido antes, estoy segura de que hubiera fingido estar enferma solo para poder seguir evitando al culpable de mi horrible noche.
Parecía una broma de mal gusto.
¿Justo hoy mi padre tenía hacer un trámite importante? Nunca creí que diría esto, pero analizando la situación en la que me encuentro, hubiera preferido quedarme con él.
De todos modos, sabía que esto pasaría; No podía evitar a Enzo por el resto de mi vida, era consciente de que tarde o temprano lo volvería a ver.
El problema es que no creí que fuera tan pronto.
No estoy nada preparada para esto, y el hecho de tener en este instante la vista clavada sobre el césped solo para no verlo, lo confirma.
Maldición.
¿Cómo se supone que haré para estar cerca suyo sin recordar una y otra vez el maldito beso?
Creí que estando aquí iba a olvidarme del tema, pero me equivoqué. Al parecer, no basta con quedarme despierta toda la noche enredándome entre los mismos tediosos pensamientos una y otra vez por su culpa, ahora también tengo que verlo a la cara.
¿Este es mi karma por odiar a todo el mundo?
En seguida me pongo alerta en el momento en el que comienzo a sentir unas pisadas acercarse a Félix y a mí, haciendo que solo logre ponerme más nerviosa.
Viene hacia acá...
Rápidamente trago saliva e intento serenarme; no quiero lucir como un cachorro asustado y nervioso ante él. Solo debo saludarlo como si nada pasara y luego intentar mantenerme lo más lejos posible.
Lamentablemente mis manos no ayudan en nada ya que se encuentran sudadas, y estoy segura de que mi rostro grita a los cuatro vientos «Quiero salir corriendo de aquí», pero aún así trato de disimular.
Félix y el innombrable se saludan a tan solo unos centímetros de mí e intercambian algunas palabras que ni siquiera me molesto en escuchar. Yo permanezco de pie, dudosa, aguantando mis ganas de huir.
En ese momento, los ojos café de Enzo se cruzan con los míos, haciendo que todo con lo que me había mentalizado hace tan solo unos segundos atrás no tenga sentido. Podría jurar que mi corazón va a salirse de mi pecho.
—Hola —Intento saludar de forma normal, pero mas bien me sale un hilo de voz.
Excelente, ni siquiera puedo decirle un simple «Hola» de manera natural.
¿Qué es lo que me espera, entonces?
De forma veloz, opto por acercarme más hacia él para darle el típico beso en la mejilla como saludo, pero Enzo se me adelanta, realizando esa acción de antemano.
Siento un hormigueo al sentir el contacto de sus labios sobre mi mejilla; casi podría asegurar que quema.
A este paso me voy a morir, estoy segura.
Realmente me siento ridícula. A diferencia mía, él luce tranquilo, ¿Por qué yo no puedo sentirme igual?
Creí que, tal vez, también se encontraría incómodo de verme, pero parece que no es así. Luce como si para él nada hubiera sucedido ayer.
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Endulzando a Candy ©
Teen Fiction❝Lo único que Candy tiene de dulce, es el nombre❞ Detrás de esa carita de ángel se encontraba una chica con un carácter de mierda, actitud rebelde y bastante amargada. Candy era el tipo de persona con la que Enzo no quería tener problemas, y Enzo e...