Capítulo 8: ¿Estás lista?
El fin de semana pasó de una forma extremadamente lenta. Si bien para algunos esto es maravilloso, para mí fue una pesadilla, ya que me pasé el tiempo analizando las posibles situaciones a las que me podría enfrentar a partir de ahora; de las que por supuesto ninguna me agradaba.
Por otro lado, fue un fin de semana bastante irritante con respecto a tener que soportar a la pesadilla que es mi hermana mayor, pero debo admitir que disfruté mucho, quizás demasiado, confesarle a ella y a mi madre que ya había conseguido un empleo.
Por supuesto que no dije la verdad; conociendo a Janet, vería como una estupidez el trabajo de ser niñera, y Kayla se burlaría de mí.
Así que para ellas, trabajaré en una librería ubicada en el centro de la ciudad.
También tuve que confesarle a Claire todo lo sucedido, pero me arrepiento, ¿Por qué? Bueno, no deja de hacer chistes estúpidos con respecto a que estaré en la casa de Enzo por varias horas. No tenía caso repetirle que no nos veríamos, ella ya se había montado toda una película.
—Buenos días, caramelo ácido— Frunzo el ceño al escuchar el ridículo apodo que me puso hace años. No importa cuantas veces me queje, Claire lo menciona cada vez que lo recuerda.
Y nunca me pude acostumbrar.
—No me llames así— Me cruzo de brazos y la observo llegar hasta mí—. Y buenos días.
—Vaya, qué humor— Comenta con sarcasmo—. Estaba esperándote para que entremos juntas.
Ambas estamos a unos pasos de la gran entrada del instituto, frente a las enormes rejas negras de la que éste está rodeado, y debajo de la gran placa que contiene su nombre: Instituto Lavrell. Su gran estructura es de color blanco; y es constantemente repintada debido a los graffitis que hacen algunos alumnos.
Es un colegio privado, pero me atrevo a decir que esto no lo hace mejor ni peor que ningún otro, ¿La razón? De privado solo tiene el uniforme, los profesores, y el dinero que hay que pagar de forma mensual. Pues, en pocas palabras: el instituto es un real desastre.
Los guardias que lo rodean ni siquiera prestan atención en las personas que ingresan, así que podría entrar algún asesino en serie y nadie se daría cuenta hasta que matara a alguien.
Maravillosa escuela. Nótese el sarcasmo.
—¿Estás lista?— Pregunta Claire con una sonrisa radiante, y al instante comprendo a qué se refiere.
Le regalo una mirada de molestia por su pregunta. Internamente había deseado que ella no haga ningún comentario, pero ahi está.
Por supuesto que no estoy lista. Ni siquiera sé bien qué es lo que tengo que hacer. Claro, cuidar a una niña, ¿Pero cómo?, ¿Debo jugar con ella? ¿Ayudarla con sus tareas?
Nunca fui buena con los niños. No los tolero, y por alguna razón es como si tuviera un imán para ellos. Mil veces me sucedió de estar en la calle o comprando y que algún pequeño mocoso se acerque a mí y tironee de mi ropa o algo.
Por supuesto, algunas personas solo fingirían una sonrisa. Pero no es mi caso, puesto a que, en resumen: Termino casi siempre discutiendo con los padres que no saben controlar a sus hijos.
Si bien la hermana de Enzo ya tiene ocho años, sigue siendo una niña. Niño equivale a no paciencia, y ese era mi peor miedo.
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Endulzando a Candy ©
Teen Fiction❝Lo único que Candy tiene de dulce, es el nombre❞ Detrás de esa carita de ángel se encontraba una chica con un carácter de mierda, actitud rebelde y bastante amargada. Candy era el tipo de persona con la que Enzo no quería tener problemas, y Enzo e...