⚓Capítulo 7⚓

2.9K 411 40
                                    

Tocando la campana del barco, las personas que se encuentran en la bahía trabajando, pescando o haciendo botes, detuvieron sus quehaceres para fijar sus vistas al frente, sonriendo a no más poder por lo que sus ojos veían.

-¡¡¡Es el fantasma carmesí!!! Han vuelto!!! -grita una mujer, emocionada por lo que ve-

Las personas comenzaron a correr hacia el muelle donde van a arribar al barco; los hombres más fuertes se acercaron rápidamente y las cuerdas de Mary fueron lanzadas para que ellos pudieran atar el barco.
Niños y ancianos emocionados se acercan también a observar el barco carmesí, mirando atentos, observaron como la pasarela fue puesta y la tripulación fue la primera en bajar con varias cajas grandes, haciendo gritar de la emoción a los civiles del lugar.
Los siguientes fueron los alumnos con sus maletas junto a su profesor, llamando la atención de las personas que esperan con fervor a la capitana; los jóvenes estudiantes se sintieron algo incómodos por todas las miradas que estaban sobre ellos, devorandolos. Pero esa atención hacia ellos duró poco cuando la capitana comenzó a bajar, haciendo que las personas emocionadas se acercaran a ella, agradeciendo que hayan vuelto.

-Capitana Umi! Es muy buen augurio volver a verla luego de un mes~ mi padre ha mejorado desde que trajo ese medicamento... pero se está acabando. -agacha la mirada triste-

-No se preocupe -sonrie y le levanta la mirada- traje más, tu padre pronto va a mejorarse.

Las personas la tomaron de las manos y comenzaron a llevársela hacia la ciudadela, los alumnos y la tripulación también fue guiada hacia donde se encuentra el pueblo.

Los transeúntes ajenos a la bahía observan a la tripulación de la capitana Umi a lo lejos ¡Habían llegado ya!.
El alcalde del lugar fue avisado y pronto estuvo allí para recibir a la pelirroja, haciendo una reverencia para luego darle un fuerte abrazo.

-Dichosos los ojos que ven al rubí del mar -sonrie en grande el anciano, haciendo reír a la mujer-

-Alcalde, pero que dice -rie llevándose una mano a la mejilla -

Detrás de ella, por breves instantes, los ojos de Aizawa brillaron en rojo mirando al viejo alcalde de esa isla. Por alguna razón no le había gustado para nada el comentario de ese tipo, le hacía hervir la sangre.
Fueron llevados a una posada, o más bien, a la mansión principal de la isla, donde siempre la pelirroja se hospeda junto a su tripulación y en esta semana, con los alumnos y maestro de la Yuuei.

Asombrados por el tamaño del lugar, los estudiantes gritan emocionados por lo que sus ojos ven, el alcalde sonrió con suavidad y abrieron las puertas dándoles paso, dejándolos pasar, dejando a primera vista un gran candelabro de cristal del siglo XVIII en perfecto estado, aún capaz de iluminar todo.

-Muy bien... -Ruby sonrie y se quita el sombrero- como estarán aquí una semana, suban a los pisos de arriba y elijan una habitación cada uno, espero que disfruten su estadía en la isla de los olvidados. Ustedes también, chicos -observa a su tripulación- se ganaron un buen descanso.

Asintiendo rápidamente, comenzando a ir hacia los pisos de arriba a pasos rápidos, haciendo reír levemente a la pelirroja, le encanta ver la emoción de felicidad en las personas.
Tranquilamente se acercó a la recepción y mostró una bolsita color marrón con un listón dorado, haciéndolo sacudir, provocando que las monedas que se encuentras dentro se escucharan. El recepcionista sonrió y con delicadeza tomó la bolsa, revisando su interior, asintiendo contento de saber que allí estaba la paga total de una semana de todos los nuevos huéspedes.

-Disfrute su estadía, capitana Umi ~

Sonriendo, dio media vuelta y comenzó a caminar hacia las escaleras del lugar, llorando internamente.

-||Tempestad ||- #BNHA. [Aizawa Shota x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora