-||Tempestad ||- #BNHA. [Aizawa Shota x Oc]

⚓Capítulo 38⚓

El Nomu fue expulsado del barco y aquello dio un leve respiro a la capitana, pero eso no cambiaba la idea de que aún tiene a un barco de casi cinco toneladas -más las cargar extras- siendo llevado por la ola que controla.
Aquello de último recurso, su movimiento especial "Diosa de las olas" le estaba pasando factura, eso se nota en el sangrado que comienza a tener en los dos lados de su torso donde se encuentra sus branquias.

Soltando un grito de guerra, la gente y la tripulación observa hacia adelante, viendo la bahía frente a ellos. El agua pasó entre las embarcaciones sin dejar de ser controlado por Ruby, hasta que al estar realmente segura de la ubicación, bajo las manos y la embarcación carmesí comenzó a descender con algo de rapidez y fuerza, provocando gritos de miedo de los civiles que se aferran a lo primero que tienen a su alcance.

Mary aterrizó sin problema alguno, alzando el agua en el trayecto, el cual fue a los otros navíos mojandolos en la cubierta o partes extras de los camarotes.

La gente, con el Jesús en la boca, observaron a su alrededor pero al ver que estaban vivos, no pudieron evitar soltar un grito de alegría por estar a salvo. Pero la tripulación no estaba contenta; apenas el barco se estabilizó, corriendo fueron a lo del timón, encontrándose con una inconsciente y débil Ruby.
Jack fue el primero en acercarse y con cuidado la tomó en brazos, pero al notar la sangre en los costados de ella, supo que aquello había ido demasiado lejos.

-M-Mamá?

Luis observa con horror aquello, pues la mujer que admira había hecho algo que prácticamente la tripulación entera le tenía prohibido.
La sirena de las ambulancias se comenzó a oír a lo lejos y la gente preocupada observa a la capitana inconsciente, estaba débil por haber usado todo lo que tenía para mantener a salvo a esas personas, le deben la vida a pesar de no ser una heroína.

El vehículo de los paramédicos estacionó y la tabla por donde se puede ingresar al barco bajó, dejando que pasaran para ver que tal estaban los civiles aunque al ver a la capitana en un mal estado, lo primordial fue ella, trayendo consigo una camilla donde fue puesta para su traslado.

Luis fue el que quiso ir con ella pero Oscar lo detuvo, diciéndole que los dejara hacer su trabajo, se sentía impotente no poder hacer nada.
Detrás de ellos, Jack observa a la capitana con un pequeño miedo, recordando por breves instantes el mismo panorama pero con la diferencia de que es a Ryoko a quien ve, su antiguo capitán. Su miedo a volver a esos tiempo lo hace caer de sentón al suelo, sujetándose de la cabeza mientras suelta lagrimas gruesas y silenciosas.

No quería volver a ver el sufrimiento y dolor en sus dos capitanes, no de nuevo.
Yukio, al ser de una mirada cerrada, abrió levemente los ojos, observando a Jack en un estado de shock; nunca supo tratar con personas así pero comparte el mismo sentimiento de miedo con él, sabe lo que es pasar por malos momentos y por horribles momentos.

Después de todo son los más antiguos tripulantes.

Dos días habían pasado desde ese incidente y la tripulación entera estaba en los pasillos de espera, preocupados de saber si había alguna novedad de su capitana.
Luis era el que más intranquilo estaba, no le gustaba haberla visto en como la tienen, parecía un experimento o algo, como había visto en películas que mostraban en la tienda de televisores o en las pantallas grandes de la ciudad.

Dentro de la habitación donde Ruby se recupera, se encuentra un enorme tanque de cristal cargado hasta el tope de agua, donde finos tubos de suero se conectan al cuerpo de Ruby en su estado marino, aún sin despertar pero con una acelerada recuperación.
Su posición fetal se mantuvo desde que la pusieron allí para su profunda hidratación,  los doctores estaba asombrados de ver una estructura corporal cambiante como la de ella pero lo que más les importaba en esos momentos es que despertara pronto.

Según el contramaestre, la habilidad prohibida de Ruby solo se usa en casos extremos de emergencia, era la segunda vez que esa técnica era utilizada, se podía salvar muchas vidas, sí, pero es prácticamente una misión suicida para quien lo usa. Pues el 100 % y más del agua de su cuerpo es utilizado para el control máximo de olas salvajes sobre tierra firme.

Y la prueba de que casi la muerte se la lleva es el sangrado en las branquias.

Toda aquella valiosa información fue escuchado por los especialistas, pues ahora tendrían en cuenta aquello si se presentan más casos como ese.

Unos pasos perezoso pero preocupados se detuvieron cerca de los marineros, ellos levantaron la mirada y se encontraron con el desaliñado pelinegro que había viajado con ellos a la isla de los olvidados con sus alumnos.
Aizawa se mantenía con el ceño fruncido y con una mirada de preocupación, sosteniendo consigo un ramo de flores rojas como la sangre o los labios de ella.

-Aizawa... -Jack se pone de pie y lo observa atentamente- Ella está adentro, aunque dudo que despierte con tu presencia... -agacha la mirada- no despierta con nada. Ni siquiera con la caja musical...

Sacando de su bolsillo el objeto mencionado, se lo entregó al héroe para que haga el intento. Sin decir nada, tomó con su mano libre la cajita e ingresó a la sala donde la pelirroja se encuentra flotando en aquel tanque de agua.
Abrió levemente los ojos cuando la vio de aquella manera, ¿de verdad era necesario que la tengan así?, no lo pensó mucho y se acercó para mirarla, se veía tranquila dormitando sin necesidad de respirador ya que respira por las branquias, eso es lo que ve con cada inhalado y exhalado de la pelirroja.
Observó a un lado de él y notó un montón de flores de distintos tipos, todos mal arreglados pero de bellos colores -uno de la tripulación se encarga de traer flores silvestres del parque de enfrente- que adornan esa blanca y triste habitación.

Con cuidado fue acomodandolas junto a las que había traído, esperaba que cuando ella despertara, viera el regalo, deseaba que sea pronto.

La cajita en sus manos fue dada cuerda y pronto la melodía comenzó a sonar, Aizawa sabe lo especial que es esa cosa para ella y esta seguro que si lo escucha, se sentiría aún más tranquila de lo que ya se encuentra. Con cuidado apoyo su mano en el cristal y suspiró pesadamente, recordando su más fea memoria.

-Ay Ruby...es como aquella vez... pero con la diferencia de que ahora te estas recuperando y no luchando por tu libertad. -gruñe un poco- Idiota... Despierta pronto...

Mi pequeña sirenita.