⚓Capítulo 22⚓

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La capitana estaba en silencio, frente a ella estaba su amigo de la infancia, y él tampoco decía nada, aún permanece en shock.
¿Cuantos años habían pasado desde la última vez que se vieron?. Los cabellos rojos que antes estaban atados en dos colitas, ahora solo se encuentran sueltos y se ve que tiene rastros de haber estado atado en trenza. La niña regordeta que lloraba cuando le decían lo fea y subidita de peso que estaba, ahora es una mujer de buen cuerpo y un rostro que enamoraría a cualquiera.

Miró la muñeca de la chica y notó una vieja y maltratada pulsera de hilos rojos y amarillos en este. Sus ojos dorados se abrieron en grande y comenzó a acercarse a ella para darle un abrazo para demostrarle cuanto la había extrañado, pero Ruby retrocedió, haciendo que su acción de reencuentro se detenga, observándola con curiosidad y levemente con dolor ¿acaso ahora es un extraño?.

-Ru-Ru? -le mira el héroe- soy yo, Keigo. -sonrie mientras extiende los brazos-

-Lo sé... solo que... -se acaricia un brazo y mantiene gacha la mirada extendiendo un dedo para dar la señal a su tripulación para que se vaya- han pasado años y no creo que ahora me vieras como una amiga, más bien seguro me ves como una desconocida total.

-¡Pero que dices!. -rie un poco- No eres una desconocida para mí, eres Ruby, mi amiga Ru-Ru, ¿recuerdas como te decía? -feliz y  sonriente da un paso más- Ru-Ru, volviste, sigues siendo la-

-Cambie, Keigo. -lo mira a los ojos- Cambie bastante desde ese día en que me fui. Ahora soy la capitana del barco de mi padre, y guía protectora de la tripulación. -el alado se mantiene en silencio- Hice muchas cosas que te darían motivos suficientes para perseguirme y meterme a la cárcel, como cierto héroe que conozco. -desvia la mirada- deje de ser Ru-Ru. Mi nombre es Ruby, Umi Ruby, capitana del barco el fantasma carmesí, purgadores de quienes amenazan la paz y tranquilidad de las aguas de los siete mares.

Keigo la observó con asombro, era cierto lo que la mujer frente a él dice, esa no es su amiga Ru-Ru, su sonrisa no parece sincera, su mirada está casi apagada y sobre todo, ahora mismo, desconfía al ver como toma dos pistolas de cañón, las mismas que alguna vez vio en el camarote del padre de ella, el Capitán Umi, las cuales en el pasado, fueron las armas más rápidas de los siete mares y que ahora, se encuentra en tierra firme, en manos de alguien que jamás imaginó que las utilizaría.

-Me alegro de verte aquí, Keigo. Al parecer cumpliste tu promesa de ser héroe. Yo rompí la mía. ¿Sabes cual era no?.

-Jamás me abandonarías.

-Exacto. -envaina sus pistolas en su cinturón- Esa promesa ya se rompió, así que ahora solo somos simples desconocidos.

Cuando la pelirroja estaba por marcharse, pero una mano firme la tomó del brazo y la hizo girar para ver al rubio frente a ella con una mirada de tristeza.

-Ruby, al menos déjame verte otra vez. Quiero recuperar a mi-es interrumpido-

-No. -lo mira a los ojos y luego se deshace del agarre alejándose- Porque la próxima vez que nos veamos, no querrás verme como amiga, querras capturarme para entregarme a las autoridades.

Retrocediendo, Keigo quedó estático en su lugar mientras que la pelirroja se acerca al borde, se quita una vez más el sombrero para hacer una reverencia y por último, lanzarse al vacío.
El héroe al ver aquello, se acercó rápidamente al borde y se asomó para ver si aquello realmente había pasado, pero nada.

No había rastro alguno de la pelirroja.

Se había evaporado como agua al sol.

Llegando al hotel donde su tripulación descansa, sacó la tarjeta para poder tener permiso de abrir la puerta

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Llegando al hotel donde su tripulación descansa, sacó la tarjeta para poder tener permiso de abrir la puerta. Esta se abrió apenas la tarjeta pasó por completo por el sensor y ella pudo ingresar. Extrañamente las luces del salón principal estaba a oscuras, ni siquiera estaba la recepcionista, solo las luces de los dos botones del ascensor brillaban de manera parpadeante.

Sus pasos se detuvieron y sintió pisar algo con sus botas; lentamente fue agachando la mirada y pudo notar un "charco" de arena con algunos caracoles pequeños en el. ¿Y esta arena?.
Cuando movió un poco lo que estaba bajo sus pies, esto se apegó a ella como una trampa, estirandola con fuerza por medio de un recién generado agujero.

Se siente caer, pero la arena no le permite ver, hasta que queda suspendida en el aire. Curiosa se observó como pudo y nuevamente la gravedad la dominó, haciendo que impactara contra una superficie de arena al parecer de desierto. Frente a ella, unas ruinas antiguas se alzan, ya solo quedaban el suelo y algunos pilares no enteros. Sus ojos azules se posaron en medio de lo que sería el suelo, notando un trono ocupado por aquella diosa que había aparecido luego de que el calamar gigante la llevó al fondo del mar.

-Ruby~ Ruby~ Ruby~ -dice la diosa mientras se pone de pie y se acerca moviendo un poco las caderas- Mírate, trabajando para quienes le dieron la espalda a tu padre -rie burlona- ¿Tan bajo caíste?.

-Te equivocas. Lo hago para reparar a Mary, es un dineral. -se pone de pie y se sacude el cuerpo- E-Escucha, sé que estas impaciente, pero recién estamos teniendo pistas de quién podría ser una mano derecha de la persona que buscas, pero por favor entiende, es alguien difícil de hallar.

-No no no, no lo entiendo, Ruby. -sonrie mientras se pone una mano en la cabeza- No tienes tiempo suficiente, cariño, y créeme que cuando tu tiempo se acabe, voy a interferir, haciéndote tu vida un infierno. -sonrie mirando a la capitana- No quiero que me falles como lo hizo tu padre, quiero a ese All for one en la palma de mi mano al inicio del verano. Te doy ese tiempo, si no lo cumples, voy a degollarte y a usar tu cráneo como mi copa personal. Ah, y tú tripulación? Será parte de mi ejército.

A un lado de ellas, la arena bajo a causa del viento que comenzó a soplar con fuerza, revelando filas y filas de esqueletos enteros portando armas y armaduras.
Ruby tragó duro y observo una vez más a la diosa, haciendo una reverencia..

-Se lo llevaré, se lo prometo, pero por favor, no atormente a mi tripulación, le prometo que traeré a ese sujeto.  -se arrodilla, sintiendo como se humilla y destruye su honor al hacer aquello- por favor... sea paciente.

-Paciencia es lo que me falta ahora. Pero esta bien, te daré el tiempo que quieres. Ahora, lárgate.

Un chasquido se escuchó y en donde estaba la pelirroja se abrió un agujero, llevándosela, sintiendo la arena adentrarse por su boca, ahogandola realmente.
Sus ojos azules se movieron de un lado a otros buscando algo con que liberarse de aquello pero afortunadamente cuando sentía sus pulmones oprimirse a causa de que le falta el oxígeno, el agujero se abrió nuevamente y ella cayó prácticamente del techo de la recepción, impactando su cuerpo en la alfombra roja que cubre el suelo del lugar.
Poco a poco se apoyó con los brazos y abrió la boca, dejando salir una enorme cantidad de arena, comenzando a toser y buscar llenar sus pulmones con el valioso oxígeno.

Con los ojos levemente llorosos por vomitar la arena, observa el suelo mientras hace sus manos en puño, sintiéndose humillada.
No importa cuando ni donde, va a encontrar a ese villano que tanto desea Eris y se lo llevara, no importa si eso significa que deberá traicionar incluso a sus alumnos.

Los únicos inocentes en este embrollo.

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-||Tempestad ||- #BNHA. [Aizawa Shota x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora