⚓Capítulo 6⚓

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Dándole bastante cuerda a la cajita musical, la melodía comenzó, haciendo que por unos instantes Aizawa observara a la mujer para luego seguir con su trabajo de coser la herida de bala que ella tiene.
Respiró hondo y comenzó con su relato, con la música de la caja como acompañante.

[⚓Hace ya bastante tiempo atrás, cuando te conocí y me salvaste de aquellos traficantes de especies, mi madre y mi padre quedaron muy agradecidos contigo. Siempre me daban permiso de ir a la bahía para ver si te encontraba para jugar, pero un día simplemente, me dijeron no.
No entendía que estaba sucediendo, era la primera vez que veía a mis padres tan tristes y serios, como si algo los molestara.

Pensé que yo era la causante de esa molestia, pero no lo era, jamás lo supe.

Acudí a la escuela por unos días, semanas creo yo, jugaba con mis compañeros, reía, dibujaba, hacía de todo. Hasta que en medio de una clase, mi padre entró de golpe al salón, vestido con su traje de cuero negro y sombrero de pirata.

-Ruby, debemos irnos. -eso fue lo único que me dijo-

No me dio tiempo para responder, tomó mis cosas, las guardó en mi mochila y me cargó en brazos, cubriéndome con una manta como si deseara que nadie me viera.
Corrió lo más rápido que pudo apenas puso un pie fuera de la escuela, mirando de vez en cuando hacia atrás.

Cuando llegamos al barco, mi madre se acercó a y me alzó en brazos, pidiéndome que me mantenga en el camarote de ellos. Esa día, cuando el sol cayó, escuché la voz de una mujer, pidiendo algo, no entendí muy bien, tenía miedo, también Mary vibraba de miedo ante la presencia de esa mujer.

Oculta bajo una mesa me quedé, y mi madre ingresó al camarote, llorando, buscándome desesperada hasta que me hice presente. Cuando me vio, me abrazó y me pidió disculpas una y otra vez; no entendí mucho y las cosas se tranquilizaron al día siguiente.

O bueno, eso creía, pues mi padre comenzó a entrenarme arduamente hasta el cansancio, hasta incluso hacerme suplicar detener el entrenamiento ya que no podía seguir moviéndome, ya no tenía fuerza en mi aleta o en mi cuerpo.
Mi padre podría ser cruel o incluso una persona sin alma cuando se trataba de entrenar... pero lo hacía por alguna razón. Y con los años fui mejorando..., 5 años que fueron puros entrenamientos y estudio, hasta ese fatídico día.

Un hermoso día de baile y banquete por mi cumpleaños se transformó en un día oscuro; tres barcos enemigos nos rodearon y amenazaron con matar a todos si no entregaban al rubí del mar. Yo era el rubí del mar, la única niña, hija de piratas con un poder sin igual que podría darles mucho dinero por mi captura. 

Mis padres se negaron al igual que la tripulación, haciendo que una pelea empezara entre ellos. Me pidieron que huyera pero no lo hice, pues no los quería dejar.

Debí haber obedecido.

Mi madre me tomó de la mano y corriendo me metió dentro del camarote para luego ocultarme en un compartimiento que ni siquiera la tripulación sabía de su existencia.
Con lágrimas en sus ojos, me cubrió con una manta y depósito un beso en mi frente, entregándome su cajita musical, el que tanto amaba hacer sonar cuando me cantaba a la hora de dormir luego de haber tenido una pesadilla.

-||Tempestad ||- #BNHA. [Aizawa Shota x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora