-||Tempestad ||- #BNHA. [Aizawa Shota x Oc]

⚓Capítulo 44⚓

Luego de una charla emotiva, los alumnos la abrazaron con lágrimas, pues ella tenía razón, desde un principio había dicho que solo sería temporal hasta que se arreglara los trámites para quien será su profesor o profesora permanentemente.
Como última clase, los llevó al gimnasio Gamma, donde se llevará a cabo un entrenamiento especial con ella. En cada pelea que tenia con los alumnos, los iba guiando en movimientos o tácticas perfectas para usar contra un villano, además de darle un buen uso a sus poderes.

No quería irse, se lo había dicho a Aizawa pero el peso enorme de ser capitana es algo que no puede dejar, sería como dejar a medias la promesa que le habia hecho a su padre y a su madre.

Además, si dejase a Mary... es como dejar atrás a quien la ha traído a ese mundo; ese barco representan tantas cosas que no podría simplemente soltarlo, tiene miedo a que si lo hace, el mar, su tripulación, todo, sea olvidado con el tiempo y no pueda regresar.
Pero... no va a negar que ha pasado bellos y locos momentos en tierra firme, al igual que desde que ingresó a la Yuuei para ser guía de jóvenes aspirantes, los cuales han avanzado bastante.

Sin darse cuenta, todos los alumnos que estuvo guiando en estos últimos días la observan con preocupación, pues de sus ojos estaban saliendo lágrimas gruesas y silenciosas. Extrañada se llevó las manos a las mejillas y observó sus dedos húmedos, ¿realmente estaba llorando? ¿Por qué su corazón le duele dejarlos?.

-Umi-sensei... -el delegado del curso se acerca preocuado- ¿Se e-encuentra bien?.

-Yo... no lo sé... -responde la pelirroja mirando y sintiendo sus lágrimas salir-

Sin importar el estado en que se encontraban, sucios o no, se acercaron a ella para abrazarla, sabiendo enseguida que algo no anda bien con la capitana Umi.
Cerró sus ojos con fuerza y con sus brazos hizo el esfuerzo de abrazar a la mayor parte de aquellos alumnos, le dolía bastante su corazón, como si le dijera en susurros que no dejase aquel trabajo.

Tal vez su madre en esos momentos se encuentra diciéndole que hacer pero estar entre las peligrosas manos de Eris la obliga a ignorar aquello.

Una de las alumnas, curiosa observo la cajita musical que cuelga en el cinturón de la mujer en una bolsita de red. Su pregunta de ¿qué es esto?, hizo que Ruby se secara las lágrimas y tomara el objeto entre sus manos, diciendo que es un hermoso recuerdo de su mamá.
Con lentitud se fue sentando en el suelo al igual que los alumnos alrededor de ella, viendo como le da cuerda a esa cajita. Cuando ya dio vuelta suficiente a la pequeña manivela, la melodía comenzó a sonar, haciendo que los jóvenes se sintieran atraídos por la música; Ruby con delicadeza acaricia el objeto para luego mirar a los alumnos que con pequeñas sonrisas en sus labios mantienen sus miradas en lo que tiene entre sus manos.

-Umi-sensei, ¿cómo era su madre?.

Aquella pregunta hizo que se sorprenda, pues hasta ahora nadie le habia preguntado como era aquella mujer a la que alguna vez llamó mami. Sacó su sombrero para posicionarlo a su lado, respirando hondo para así mirar a los chicos que disfrutan de la melodía.

-Mi madre..., era una mujer hermosa. Sus cabellos eran como el cielo azul que está sobre nosotros y sus ojos como el azul del mar, además de tener una piel tan suave como la seda más fina. Ella era rescatista en las playas, además de ser buzo, le encantaba demasiado el mar y deseaba con todas sus fuerzas vivir en un lugar donde pudiese estar cerca de el. También deseó tener un poder que le permitiera manipular el agua...aunque lastimosamente no tuvo lo que quiso.

-¿Que clase de poder tuvo? -uno de los alumnos alza la mano-

-El poder que tuvo se llamaba "Encantamiento eterno". Es un poder que... con solo las palabras correctas, podía encantar cualquier cosa, ya sea viva o inanimada. -respira hondo y sonrie- Cuando conoció a mi padre, se enamoraron a primera vista, se conocieron en la noche de luna llena que anunciaba la llegada del invierno. Él daba un paseo por la playa al igual que ella y como si hubiese sido cosa del destino, ambos se encontraron cara a cara, viéndose directamente a los ojos. En un principio los dos fueron amigos; mi padre venia cada mes a ver a mi madre en su forma de tritón  ya que vivía en una isla... en la isla de los olvidados. No se quedaba por mucho tiempo, solo por tres o cuatro días. Aunque en esos tiempos, los dos aprovechaban para tener sus citas y tal, hasta que un día, mi padre le propuso matrimonio. Ella no podía creerlo pero no se negó, aceptó al instante... amaba a mi padre y él a mi madre... -sonrie suavemente- Se casaron en el barco, adornado de flores y caracolas, eso es lo que ella me contó, además de que la tripulación estaba complemente vestida de traje. -rie un poco sabiendo que a Jack no le gusta para nada usar un traje negro- Ella decidió dejar tierra firme para iniciar su vida en el mar, los dos eran felices... y en unos meses más tarde... ya estaba yo -rie-  creciendo en su vientre. Según me contaba, mi padre me presumía incluso cuando aún no nacía, se lo presumía hasta a una gaviota. Pero traer a un bebé en el barco es un tanto peligroso, además de que el balanceo que ocurre a causa de las olas, podía ocasionar que cayese de la cuna o que hubiese caído algo sobre mí. Así que, allí fue cuando mi madre usó su poder para protegerme, encantando el barco Mary, dándole vida para que me cuidase mientras se navegaba. Así...cuando por fin llegué al mundo, mi padre y la tripulación hicieron una fiesta en la isla en el que todos los habitantes estuvieron invitados, celebrando mi llegada, además de que recibió muchas felicitaciones-rie un poco y acaricia su sombrero- No tengo los cabellos de mi madre pero si su amor por el mar, sus deseos de estar allí y ver las estrellas en la noche reflejarse en las aguas es un espectáculo único. Es como si pudieses estar a tan solo unos metros de tocar una estrella y tomarla entre tus manos. También el silencio que hay, sin luces de la ciudad ni contaminación lumínica, te permite ver las nebulosas gigantes...-los mira y sonrie sonrojada- Lo siento, cuando hablo del océano...mi boca no deja de hablar. Volviendo al tema del que hablamos...el barco Mary, la tripulación, está cajita, mi sombrero y estas pistolas, son mis más grande tesoro. El tesoro más preciado que ellos dos me dejaron.

Sonriendo en grande con un pequeño sonrojo en las mejillas, los alumnos sonrieron al igual que ella, acercándose una vez más para abrazarla, terminando de escuchar la melodía.

La extrañarán bastante.

Y ella...a sus pequeñas perlas.

En la tarde, mientras salía de la academia, detuvo sus pasos en la entrada/salida del lugar, dio vuelta y enfocó su mirada en la edificación, soltando un suspiro triste para después desviar la mirada, comenzando a irse con el sombrero inclinado hacia adelante, cubriendo de esa manera su rostro de los transeúntes que la observan curiosos.

Antes de salir había pasado por la oficina del director y este le habia pedido que se quedara, pues quería que sea la profesora permanente del departamento de estudios generales... se tuvo que negar, antes de que su corazón aceptara.

Esa bruja... si tan solo no se hubiese mentido en sus vidas.

Dando unos pasos más, sintió como caía en algo parecido a un agujero dentro de una bola de agua gigante, no estaba mojada, solo se veía como si estuviera bajo del líquido.
Mirando a los lados, suspiró sabiendo de quién se trata y se dejó flotar, viendo por el rabillo de su ojo la enorme imagen de la diosa hacerse presente, mirándola con una sonrisa burlona en sus labios mientras que con sus dedos la toca en piquetes.

Aquí vamos de nuevo...

Lamento si mis capítulos están siendo aburridos o hay diálogos largos... solo hago mi mayor esfuerzo en que les agrade:(...y bueno, si les gusta...

Háganmelo saber porfavor...😔