Umi Ruby, una bella mujer con un poder un tanto peculiar se ve en enredos cuando debe llevar a un grupo de postulantes a héroes a un lugar de entrenamiento. Un viaje de 5 días en la que los curiosos y alocados alumnos y en especial el maestro encar...
Aizawa se quedó el resto del día en la habitación, poniendo una y otra vez la música de la cajita, esperando a que ella despertara. Observándola y orando en silencio para que ella despertara, no es nada religioso ni otra cosa por el estilo, pero en esos momentos siente la necesidad de pedir a Kami-sama que la pelirroja se recupere.
Con lentitud, apoyó su mano en el tanque y suspiró un poco, no le gustaba verla de esa forma, lo hacia sentir impotente, con una molestia en el corazón.
Por pura inercia, dio dos toques al tanque, provocando un sonido en onda que hizo reaccionar un poco a Ruby, teniendo pequeños espasmos para por último hacer un movimiento circular con su aleta. Aquello lo sorprendió y repitió su acción una vez más, sintiendo un pequeño alivio en su interior.
-Oe sirenita ...no se si me escuchas, pero quiero que abras tus ojos, ya estás siendo una perezosa. En estos días tienes que volver a la academia, eres docente y tus alumnos te han de estar esperando. Más te vale que abras los ojos... -suspira y apoya su frente contra el cristal con su mirada cerrada- Hace falta tu molesta presencia...
-Que considerado y coqueto de tu parte, Sho-kun.
Al escuchar la acuática voz de Ruby, abrió los ojos de golpe y retrocedió unos pasos hacia atrás hasta caer de sentón en el suelo, mirándola fijamente con enojo y vergüenza, pues ella lo había escuchado al parecer. La mirada azulada y la sonrisa débil de la capitana se hicieron presentes en el panorama de Shota, apoyando sus manos en el tanque, moviendo de un lado a otro su aleta.
-¿Que sucede? ¿Te comió la lengua un pez gato? -rie un poco tratando de moverse pero siente un dolor molesto- ¿qué fue lo que me pasó?...
-Segun dijo tu contramaestre... usaste un movimiento que te tienen prohibido. -le mira- y a juzgar por lo que vi en la grabación que la academia tiene... eso casi te mata... ¿qué fue lo que intentaste hacer?.
Ruby se mantuvo en silencio, mirando sus branquias que poseen una coloración roja a causa de una especie de irritación u golpe, lo había utilizado, al igual que su padre lo había hecho. Lo observo a través del cristal y un pequeño escalofrío recorrió todo su cuerpo sal sentir la mirada penetrante del contrario. Riendo nerviosa, dio media vuelta y se rasca la nuca esperando no ver la expresión de Aizawa.
-Es...mi última habilidad...si vidas corren en peligro... una vida por muchas -rie nerviosa-
Pero su risa fue reemplazada por un chillido al escuchar como una silla es puesta con fuerza frente al tanque, además de escuchar el rechinido de que él ha tomado asiento.
-Habla, Ruby.
La voz ronca y seria del héroe hizo que su cuerpo experimente un escalofrío extraño pero divertido, además de que la voz autoritaria de él la hace volver loca.
-Yes Daddy~
-Ruby hablo en serio. -se cruza de brazos mirándola fijamente-
-Aaaash, le quitas lo divertido a la vida. - da media vuelta y lo mira- Espero que escuches, no quiero que luego me digas que lo repita.
Aclarandose la garganta, procedió a hablar sobre aquella habilidad, el de la "Diosa de las olas", explicando sobre lo peligrosa que es y que solo se debe ser usada para una extrema emergencia.
Y lo que había hecho lo fue.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Durante la noche, la tripulación se mantiene dormida alrededor del tanque, permaneciendo aún con la promesa de no dejar sola a la capitana. Ella bostezó y parpadeó un poco, observando a la tripulación entera durmiendo. Nadó hasta estar a la altura de los durmientes y observó a la pareja "secreta", sonriendo con suavidad al verlos dormir tomados de las manos.
-Necesito hacerles la boda... -susurra suavemente la capitana mientras observa a los demas- Han hecho tantas cosas por mi que no se como agradecerles... Desde que están conmigo... no han parado de cuidarme a pesar de que se lo he pedido... me consienten mucho -rie un poco con pequeñas lágrimas que se mezclan en el agua- Espero poder conseguirles una vida buena... ya es tiempo de que tengan paz... -mira a la pareja y sonrie- y felicidad eterna.
La puerta de la habitación se abrió y se mostró a Aizawa sacándose sus lentes especiales, mirando a la pelirroja que ya no se encontraba dormida. Aizawa se acercó mirándola con tranquilidad apoyando su mano en el cristal; ella con un pequeño sonrojo en las mejillas, apoyó su mano en donde la del pelinegro se encuentra, mirándolo directamente a los ojos, sintiendo su corazón acelerarse cada vez más rápido.
Aquello es visto por el único testigo recién despierto.
Jack.
Él es el único que sabe el amor que Ruby tiene por aquel pelinegro pero ha tratado de alejar ese sentimiento por años, queriendo evitar de esa manera que salga lastimado o calumniado por su culpa, sabe que la reputación de ellos están por los suelos -auqnue aún no sabe si aquello ha mejorado con el casi sacrificio que hizo su capitán-, lo menos que quiere ella es que el pelinegro pierda su puesto o manche el nombre de él por andar con una mujer pirata. Pero, si la causa de la sonrisa y mirada enamorada de la pelirroja es ese hombre, lo mejor que puede hacer es apoyarla, todos ellos la van a apoyar y ayudar a cumplir lo que desea, además de terminar con la última misión extrema del Fantasma Carmesí. Acomodándose para seguir durmiendo, cierra los ojos con la imagen de aquellos dos mirándose a los ojos con un sentimiento oculto en el aire. Ruby se siente caer en la oscura mirada del contrario y él en la acuática vista de ella, sintiéndose en un mar de tranquilidad que solo las noches le otorga.
Pero no solo Jack observa aquello con atención, sino que también unos amarillentos y rojizos ojos miran la escena a través de una burbuja, sonriendo en grande.
-Vaya...así que realmente la sirenita se ha enamorado~ -sonrie- enamorada de un vagabundo al parecer... pero ella va a obedecer sin rechistar, sabe lo que realmente tiene que hacer... puede que ahora tenga un buen momento -sonrie mirando la esfera de mundo que tiene ante ella-