-||Tempestad ||- #BNHA. [Aizawa Shota x Oc]

⚓Capítulo 9⚓

Umi y Endeavor se mataban con la mirada, no se llevarían para nada bien después de lo que sucedió en la playa.
Soltando un bufido, se colocó bien su cinturón comenzando a dar grandes zancadas hacia el frente, ignorando al flameante héroe que por poco no estallaba de enojo por la falta de respeto de la mujer.

Actuando como guía, la capitana Umi los lleva al bosque, donde existe un terreno el cual era utilizado por su tripulación y pescadores para entrenar su físico, fortaleciéndose de cuerpo y kosei, en su mayoría acuáticos.
Llegando al lugar, se podía apreciar varios tipos de pruebas de equilibrio, fuerza y rapidez, algunos alumnos se emocionaron bastante, su curiosidad por saber cuales eran la utilidad de aquellas máquinas rústicas era enorme.

-Muy bien, pepinos de agua dulce, bienvenidos a la zona de entrenamiento de la isla. Aquí fortalecerán su agilidad en movimiento, fuerza y equilibrio. No digo que logren llegar a un perfecto nivel de ello, pero con solo mejorar un 10 % será un esfuerzo del que sí podrán estar orgullosos. -sonrie poniéndose las manos en la cintura-

- ¿Solo 10%? Eso no es nada, ni siquiera podrán vencer a sus contrincantes de segundo año. -ríe el héroe número dos- siempre hay que ir hasta el límite.

- Nadie pidió tu opinión, mierda flameante, las ordenes las doy yo, ¿oíste? Mientras seas un viajero que debo velar por su seguridad, harás todo lo que yo diga y cuando lo diga, obedecerás sin rechistar. -la pelirroja se acerca y apoya su mano en el pecho del héroe, haciendo que este se sonrojara levemente, aún sin saber si es por enojo o vergüenza- Aizawa está a cargo de sus alumnos y yo de guiarlos, tu solo viniste para custodiar su seguridad en todo momento. Ahora, cierra el pico y traga tu habladuría en tu boca, o voy a metértelo por donde el sol no te llega.

Algunos alumnos rápidamente se cubrieron la retaguardia mientras que las chicas sonreían con brillitos de admiración hacia la capitana.
Ruby miró de reojo a el pelinegro, notando que este también la mira fijamente, sintiendo sus piernas temblarle levemente y su corazón comenzó a latir con fuerza, ¿qué demonios le pasa?.
Sacudiendo su cabeza de un lado a otro, comenzó a explicar el uso de las maquinarias de entrenamiento, advirtiendo que no se sobrepasaran o terminarían muy adoloridos a tal punto que desearían estar mejor muertos que vivos para continuar al día siguiente.

A menos de que alguno no haga caso a la advertencia, estaría lista con un ungüento que la médica de la isla prepara a aquellos que terminan adoloridos hasta el alma.

Caminó en dirección a unas hamacas colgadas en algunos árboles, quitándose su cinturón para colgarlo en una rama cercana, así pudiéndose acostar usando su sombrero como tapa ojos, acomodándose tranquilamente para dormitar.

Le es relajante escuchar como los alumnos comienzan su serie de ejercicios con un trote lento.

¡Ja! No se imaginan lo que les espera.

Mientras los alumnos entrenan bajo la vigilancia de maestro y héroe, nuestra protagonista se encuentra en un sueño profundo..., bastante profundo como el mar.

Endeavor tenía una vena en la frente a punto de reventar por el enojo que siente, viendo a la mujer " haraganeando" en la hamaca. Sus pasos se volvieron firmes al empezar a ir en dirección a la pelirroja que duerme profundamente aunque su sentido de alerta se encuentra al 100 % activo.
A cada paso que da, el Todoroki mayor va dejando un rastro de sus llamas, estaba decidido a quemar la hamaca para hacerla trabajar, si supiera que apenas el día de ayer había dormido verdaderamente.

Cuando su mano estuvo a punto de tomar la tela de la "cama" colgante, un cañón de pistola ya se encontraba apuntando su cabeza, siendo cargado y preparando el gatillo para disparar.
Sus ojos azules se abrieron en grande, mirando el cañón del arma para luego fijarse en la mujer que poco a poco va levantando su sombrero, mirándolo seriamente.

-¿Que pretendes, escoria terrestre de mal augurio?.

-Hago que trabajes, estúpida mujer. -gruñe enojado- Y deja de apuntarme, puedes matar a alguien con esto.

-Nah, descuida, ni está cargada. Mira -se pone de pie y alza el brazo bien en alto, apretando el gatillo provocando un disparo- Oh, ups, esta es la que sí está cargada, mi error -sonrie acomodándose el sombrero, acercándose a él- para la próxima, me aseguraré de que ambas estén cargadas, si vuelves a joderme el sueño.

-¿Quieres pelea mujer?. -dice enojado al escuchar la provocación de la pelirroja-

-Si lo héroe te queda... -detiene sus pasos y observa al hombre- Aunque no creo que tengas las...perlas para enfrentarte a mi.

-Decidamos esto aquí y ahora.

Los alumnos detuvieron sus ejercicios al ver como héroe y capitana suben a una tarima de madera de unos 8 metros de largo y 10 metros de ancho. Se quitó su sombrero y lo lanzó hacia Mina, quien con gusto lo atrapó, colocándoselo.
Endeavor la observó fijamente con su ceño fruncido presente, posicionándose para pelear, la mujer simplemente se cruzó de brazos, mirándolo como si fuera una escoria.

Eso lo hace enojar bastante.

-Adelante, ataca primero, linterna de queroseno.

Gruñendo, encendió sus puños con furia, lanzado una gran llamarada en direccion a Ruby. Ella simplemente dobló la espalda hacia atrás hasta que tocara el suelo, para luego impulsarse volviendo a colocarse de pie de un solo movimiento. Soltando una risa leve, dio dos golpes a la tarima con el tacón de su bota y rápidamente el sonido de algo metálico venir extremadamente rápido hizo que los alumnos, maestro y contrincante se agacharan, observando luego como un tridente yace en las manos de la pelirroja.
Al tener el arma, la hizo girar frente suyo, pasándolo por detrás para luego apuntar al hombre con el; las llamas volvieron a ir en su dirección pero como solo el giro rápido del tridente, genera una especie de escudo de agua que apaga las llamas asesinas de un héroe enojado.
Cuando las llamas dejaron de venir, ella atacó con su tridente, haciéndolo girar sobre su cabeza aunque luego lo bajó con fuerza en dirección a las piernas del héroe, haciendo que este observara y retrocediera. 
Al ver que el hombre baja la mirada, se impulsó con su arma, dándole una patada en el pecho al héroe, haciendo que cayera de bruces al suelo de la plataforma.
Quitando su arma de donde se incrustó, hizo un giro de la muñeca derecha, haciendo girar también a su fiel acompañante de peleas dignas o humillaciones.

Apenas se iba enderezando cuando el tridente frente a él se encontraba apuntándole, generando una especie de taladro de agua que luego se deshace, casi apagando las llamas del héroe, sorprendiendose ante la agilidad de la mujer. Con elegancia, colocó su pie derecho sobre el pecho del hombre y lo hizo volver a caer al suelo, como si lo dominara.

-La pelea terminó, escoria. -lo observa con una mirada sombría y reprochadora-

Colocándose bien su cabello, lo observó una vez más antes de bajar de la tarima recibiendo halagos por parte de los alumnos, pero rápidamente fueron ahuyentados por la capitana para que volvieran a sus ejercicios correspondientes. Miró a su amigo de infancia y notó como este la miraba con los ojos en rojo y ceño fruncido.

No le había gustado para nada que humillara así al héroe, pues ahora se la tomaría con ella queriendo buscar alguna revancha o algo parecido.

Pero que equivocado es ese pensamiento.