-||Tempestad ||- #BNHA. [Aizawa Shota x Oc]

⚓Capítulo 27⚓

Mr.Compress se hizo presente frente a la mujer la cual casi deja caer su cajita. Con rabia se secó las lágrimas y alzó la mirada, no quería que ningún hombre la viera llorar, pues demostraría que es débil a pesar de su fuerza.
El hombre no dijo nada, solo la observo fijamente para luego tomarla del mentón y secarle las lágrimas que traicionan a la capitana con salir otra vez.

-No volveré. -dice sin más- Esta es la última vez que vendré aquí y si nos encontramos allá afuera -mira hacia la ciudad al igual que Ruby- Somos unos desconocidos, villano y antihéroe. Si peleamos, así será, pero, si vuelvo aquí, no será porque quiero una noche, sino porque quiero ser escuchado por alguien de confianza.

-¿Por qué yo? -le mira fijamente la pelirroja- Trabajo para héroes, podría decírselo a uno de ellos.

-Sé que no lo harás, porque eres tú. -le mira y se aleja de ella por unos segundos- Conozco a varios villanos ...bueno, dejaron de ser villanos, que tu ayudaste, y ahora tienen familias e hijos. Me dijeron que algún día que necesites ayuda, vendrán a ti pase lo que pase. Y lo mismo va por mi.

Sorprendida, le observó a los ojos y sonrió suavemente antes de observar nuevamente su caja musical, sentía un peso menos en ella, pero eso aún no cambia la idea de que no se siente digna de nadie, ni siquiera para el amor de su vida.
El hombre ingresó nuevamente para poder vestirse mientras que la mujer va a la cocina para hacer algo.
Mr.Compress una vez listo, se acercó a la cocina y una bolsa de papel con algo adentro se le fue puesto delante, sorprendiendolo un poco por lo ofrecido.

-No es mucho pero quería agradecerte por... permitirme esa libertad. -desvia la mirada y sonrie leve- Y...si quieres ser escuchado, seré todo oídos entonces.

El hombre, sonriendo se colocó su máscara y agarró lo que Ruby le ofreció para luego hacer una reverencia como despedida. La capitana lo acompañó hasta el balcón nuevamente y este, parándose en el borde, observó una vez a la capitana y suspiró un poco.

-Lamento todo lo que te hice pasar. Quería...sentirme un villano pero contigo no puedo serlo. -se rasca la nuca- si el tiempo me permite, amigos espero que podamos ser.

-Amigos, eh...? -sonrie leve mientras se apoya por el borde del balcón- lo tendré en cuenta.

Riendo un poco, el hombre se lanzó al vacío bajo la atenta mirada de la mujer, viéndolo saltar de edificio en edificio.
Con una suave sonrisa alzó la mirada al cielo, viendo la luna llena en todo su esplendor para después respirar el aire fresco que la noche le permite llenar sus pulmones.

- Gracias, Atsuhiro Sako-kun. -sonrie suavemente mientras cierra su caja musical-

La semana de entrenamientos fue ardua para los del departamento general, algunos ya no podían más pero con los ánimos de la capitana, siguieron adelante hasta que el día tan esperado por todos en el país llegó.
Los alumnos estaban nervioso, pero Ruby estaba ahí para apoyarles y amenazando disimuladamente con un entrenamiento más arduo.

Por breves segundos salió de la habitación de espera de sus alumnos y fue a la máquina expendedora que había visto antes de venir, sacó una moneda, la lanzó y atrapó para después escuchar una pequeña conversación en una sala.

Sonriendo de lado, se acercó a la puerta y de una patada la abrió, asustando a quienes estaban adentro.

-Ay por qué las caras largas? -sonrie mientras se pone las manos en la cintura-

-Umi-san!!! -gritaron las chicas antes de acercarse rápidamente para abrazarla-

-Al parecer me extrañaron. -sonrie mientras les abraza- Y ustedes no me van a saludar? -mira a los chicos de la clase 1-A- no sean maricas y vengan con su capitana.

Algunos chicos se acercaron para abrazarla incluido Mineta que se abrazó a la pierna de la pelirroja sonriendo como tonto.
Ruby al ver la negativa de cierto explosivo y bicolor, se acercó primero al cenizo, para así abrazarlo apegandolo a su pecho mientras este se queja por los mil demonios.

Riendo, acarició suavemente la cabeza de este en una zona determinada, haciendo que el perro rabioso que tiene abrazado ahora, se tranquilice bastante, sorprendiendo a sus compañeros, ¿acaso la capitana domó a Katsuki con solo un rasca rasca en la cabeza?.

Su siguiente víctima fue el bicolor que intentaba salir de la sala de espera, pero la capitana lo agarró y abrazó de la misma forma, incomodandolo un poco pero al mismo tiempo, su mente le decía que necesitaba un abrazo en esos momentos.
Su piel se le erizó cuando el susurro de la capitana llegó a sus oídos como una especie de encanto.

-Lo que sea que te diga esa mierda en llamas, no le hagas caso, tiene más músculos que cerebro~.

Riendo levemente, por los parlantes se le fue llamando a los alumnos, así que rápidamente fue a la puerta y se despidió de ellos, diciendo que los vería desde las gradas.
Antes de salir de la habitación, Uraraka se acercó y la tomó de la mano con suavidad para llamarle la atención.

-Sucede algo, pequeña? -se da vuelta y la observa curiosa-

-Queria saber... ¿por qué eligió estar con el departamento de estudios generales? Pensé que tal vez... estaría enseñándonos...

-Mmh~ bueno... -sonrie y se inclina un poco para mirarla con una sonrisa con su dedo índice frente a sus labios- A veces hay que ayudar un poco más a quienes pueden hacer un buen show~ no solo ustedes son importantes, cariño.

Dándole un toque en la nariz, comenzó a caminar lejos de allí para ir a la zona de las gradas, donde su tripulación la espera para ser parte del público.
Pasando entre las personas, tomo asiento en medio de sus subordinados, observando fijamente a todos los participantes que van ingresando y el público se va alocando.

Acomodándose en su asiento, alzó los pulgares a modo de apoyo para su grupo que observa a su profesora, ahora más animados de verla allí con la tripulación que los ha ayudado bastante a entrenar.

No importa si ganan o pierden, el orgullo que siente por ese grupo jamás se irá, se sentirá muy feliz al ver el esfuerzo de sus pequeñas perlas de mar.