-||Tempestad ||- #BNHA. [Aizawa Shota x Oc]

⚓Capítulo 43⚓

La mujer fue sincera en cada relato, contándole lo que tuvo que hacer unos años atrás para salvar su pellejo... prácticamente.
En medio de su diálogo, no pudo evitar quebrarse, confesando que se sentía de una manera tan deshonrosa y si habláramos en términos vulgares, se sentía una ramera, bueno, estar semi borracha aún la hace sentirse más liberada en hablar.
Le dijo sobre que tuvo que hacerlo con alguien que...bueno, no es una buena persona socialmente, no dijo el nombre pues tal vez el pelinegro lo conoce y quiera capturarlo. Pero debía admitir que en esos momentos, cada cosa que salía de su boca, sentía una suave caricia en su cintura, teniendo toda la atención del pelinegro que escucha en silencio.

Secó sus lágrimas con los dedos sin cuidado alguno y respiró hondo para así poner su azulada mirada en el techo, ¿y ahora qué sucederá?...
Lo más probable es que el contrario la aborrezca, la vea como una mujer sin honores, alguien que no vale la pena amar realmente...

Esos fueron los pensamientos de la pelirroja al momento de volver a lagriemar.

Pero, sus cristalinas gotas saladas detuvieron su salida al sentir un abrazo un tanto fuerte y sobre todo, la calidez del pecho del contrario que se había mantenido en silencio escuchándola.

-Ruby... deja de insultarte... eso no es cierto. -le mira con tranquilidad-

-Claro que lo es! Prácticamente soy una pu-

-Que no lo eres, maldición. -gruñe un poco mientras la acomoda entre sus brazos- Escúchame bien porque será la única vez que lo diré. Eres poderosa, una mujer empoderada, independiente, la más valiente que he conocido y la más molesta desde que nos conocimos. -le acaricia la mejilla y luego un mechón de cabello- Eres fantástica en todos los sentidos, incluso cerraste la boca al grandote de Endeavor. Oh vamos, hace unos días te encargaste de salvar a unos civiles, llevaste un barco que quien sabe cuantas toneladas tiene sobre los edificios gracias a una enorme ola controlada por ti y permitiste que esas personas volvieran a ver a sus familiares y amigos. No eres nada de lo que dijiste sobre tu persona, eres una mujer ejemplar y créeme, haz hecho cosas grandiosas, tanto en mar y en tierra.

-E-Entiendo que tengas esos pensamientos sobre mí... pero eso no cambia el hecho de que yo me haya...

-Eso lo podemos solucionar de una manera muy fácil señorita Umi. Solo hay que hacer borrón y dejar en claro quién es el único que puede profanar el templo sagrado de la capitana más ruda de los siete mares.

-E-Eh?.

Solo la noche es testigo de lo que sucedió en aquel camarote luego de aquella pequeña plática, milagro del señor que la tripulación sea de sueño pesado -incluido Luis que duerme sobre Blue como si este fuera su colchón- y no escucharon la voz de su capitán ser entrecortado varias veces por cierto pelinegro en su habitación.

No pasaron muchos días para ya estar en los pasillos de la academia, portando su característico traje con su cinturón donde sus dos pistolas cuelgan despampanantes, además de su sombrero.
Pasando a un lado de Sniper, Ruby lo observo con indiferencia mientras que el contrario hace lo mismo, pues no confía en la pelirroja y su teoría es que ella enseña a los alumnos a ser unos bandalos, que pensamientos tan equivocados los del héroe.

Ignorándolo, se detuvo frente a la puerta de su salón correspondiente, aún no sabe que es lo que la hace volver, si ya ha reparado a Mary, ya nada la ata a ese lugar... o eso cree.
Abrió la puerta con lentitud e ingresó, captando enseguida el silencio que se generó apenas ella se abrió paso; los alumnos estaban estáticos en sus lugares, pues parecía que veían a un fantasma ingresar al salón.

-¡Umi-sensei!.

El grito de una de las alumnas fue el detonante para que una avalancha de estudiantes se acerquen a ella lloriqueando o reclamando la locura que habia hecho.

¿Que son? ¿Las chismosas de barrio? ¿Como demonios se enteraron de lo que pasó en Hosu?.

Suavemente les fue palmando la cabeza a cada uno para tranquilizarlos, diciéndoles que no se había ido al más allá sino que se quedó en el más acá. Su vista se enfocó en el único alumno que se encontraba aún sentado, observado aquella escena con algo de burla, pues la capitana parecía una zarigüeya con sus crías pegadas a ella.

-Hola mamá zarigüeya~ -dice burlón el único pelimorado del salón-

-Ja! Que gracioso -su sarcasmo se hace presente para luego acercarse después de pedir que la soltaran- Un pajarito...me dijo por allí que aspiras el departamento de héroes y que estas haciendo práctica con cierto héroe que conozco, y me hace dudar ¿eres su hijo perdido o que? Los dos son idénticos-rie un poco- bueno, excepto el cabello, solo el color, lo demás está casi igual.

-Y si eso es lo que estoy haciendo, ¿qué hará? No...quiere que sea parte de ese grupo? 

-Todo lo contrario -sonrie- quiero apoyarte y que sigas recorriendo el camino que elegiste. -se inclina un poco y pone sus manos en los hombros del muchacho- Hitoshi, eres un chico talentoso, todos ustedes lo son. Me han demostrado de lo que son capaces de hacer y eres el primero que ha abierto sus alas para intentar volar alto. Eso es una espléndida noticia para mí, es como un regalo de despedida.

-Regalo de despedida? -la mayoría habla al mismo tiempo mirando extrañados a la mujer-

Sonriendo con suavidad, la mujer dio una suave palmada en la cabeza a Hitoshi para luego comenzar a caminar hacia el escritorio, pidiendo a sus alumnos que tomaran asiento pues tenia algo importante que decirles.

-En términos de que ya cumplí lo que tenia que hacer... -junta sus manos palma con palma- Este es mi último día aquí, muchachos.

El grito que pegaron los estudiantes hizo que los demás salones fueran capaces de escucharlos, incluso el pequeño director que pasaba por allí, susurrando "no griten". Sonriendo levemente, mantenía las  manos a los lados de su cabeza como en señal de rendición ya que se había sobresaltado con la expresión que tuvieron sus pequeñas perlas con patitas.

-Umi-sensei, no se vaya por favor, usted es la mejor profesora que hemos tenido y es la única que... no perdió la esperanza con nosotros... por favor no se vaya...

-Por favor Umi-sensei...

Mirándolos con algo de tristeza, suspiró un poco y les sonrió, ocultando sus ganas de quedarse en ese lugar, aunque quisiera...las responsabilidades que tiene con el barco y además de que la persona que buscan está cada vez más cerca, hace que se le dificulte tener otro trabajo más.

Es momento de que deje que sus pequeñas perlas brillen con hermosura ante el mundo del heroísmo.