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Los cálidos rayos del sol iluminaban tenuemente la ciudad en las tempranas horas. SeungKwan permanecía de pie en medio del parking del instituto mientras deslizaba su dedo sobre la pantalla del teléfono una y otra vez sin ninguna finalidad. 

Días atrás el centro había enviado un mensaje a los tutores informándoles sobre una salida, programada fuera del horario lectivo, de tres días y dos noches a Busan, una de las seis ciudades metropolitanas que forman parte de Corea del sur conocida como "La capital del mar". 

Al principio el joven pelirrojo se rehusó a asistir a aquella excursión pero WonWoo le insistió el ir dado a que el chico bajo el pseudónimo "Dino" se había incorporado de nuevo al instituto. Tal vez podría descubrir algo más acerca de él e incluso desvelar la identidad de algún miembro más de los Wolsig. 

Aunque había un problema que sin duda le dificultaría el relacionarse con Chan, y ese problema tenía nombre: Chwe Hansol. 

Desde varias semanas atrás el joven americano había estado observándole descaradamente en casi todo momento pero nunca se acercó a hablarle, es más, siquiera había escuchado su voz una sola vez desde que el curso inició. Tan solo sabía cosas triviales, tales como su nacionalidad o la profesión de sus padres y esto se debía a lo poco que sus compañeros conocían de él. Porque sí, él no era el único que no había escuchado la voz del joven ni una sola vez. 

Desde que llegó a Seúl Hansol no se había preocupado por relaciones de amistad o similares y, por lo que había averiguado, el joven Chan era su único amigo. 

WonWoo Hyung

¿Ya habéis salido de Seúl? 

Yo voy camino al apartamento de JiHoon, ese pequeñajo me va a escuchar. 

Kwannie
No seas malo con él hyung, seguro hay algún motivo por el que no pudo venir ayer.

WonWoo Hyung 

Llevas razón, JiHoon nunca nos deja tirados. 

Pero estoy algo preocupado, hay algo que no me cuenta. 

Kwannie 

Seguro son imaginaciones tuyas Hyung. 

Tengo que irme, hablamos luego. 


El joven pelirrojo apagó su teléfono algo incómodo. Parecía como si tuviese una alarma implantada que lo avisase cada vez que el americano andaba cerca, o más bien, que este lo observaba. Porque en efecto, tal y como pensó, Hansol había estado mirándole desde el momento que llegó al parking, ya varios minutos atrás.

"¿Debería acercarme a hablar con él?"-pensó. 

Si quería relacionarse con Chan no le quedaba otra que socializar con el americano y aunque aquello no le llenase de entusiasmo no había otra opción. 

Inhaló una gran bocanada de aire antes de comenzar a caminar en dirección al pelinegro, quien al verle aproximarse desvió la vista avergonzado. 

—¡Hola!-dijo esbozando una amplia sonrisa, la cual que no tardó en tornarse incómoda y pesada de mantener. Pese a haberse acercado a hablarle el menor no le había respondido, es más, siquiera le había mirado. 

"¿Se la pasa horas y horas acosándome con la mirada desde la lejanía y ahora que me acerco me ignora? Esto es humillante."-pensó tratando de mantener la compostura. ¿Qué le pasaba a ese chico? 

—Hola.-respondió finalmente en un tono casi inaudible.

SeungKwan recuperó cierto atisbo de esperanza al escucharle y decidió continuar la conversación lo máximo posible. 

—Pese a que estamos en la misma clase nunca he hablado contigo, es raro ¿no crees?-el joven pelirrojo emitió una dulce carcajada que provocó que el corazón de Hansol diera un vuelco. 

Porque aunque sonase surrealista Hansol Vernon Chwe, miembro de una de las mafias más poderosas del país, estaba completamente enamorado de un joven de su clase que siquiera sabía de su existencia, pese a haber coincidido en el mismo curso por más de cinco años consecutivos. Desde el primer día que vio al pequeño SeungKwan había quedado cautivado por su carisma, personalidad y belleza pero nunca había sido lo suficientemente confiado como para hablarle. Es por eso que simplemente lo observaba discretamente, o al menos eso pensaba él, desde hacía cinco años. 

El que SeungKwan se encontrara frente a él tratando de entablar una conversación lo había dejado congelado, hasta el punto de que siquiera era capaz de responder al instante. 

—Tienes razón.-dijo de nuevo en ese tono casi inaudible para el mayor. 

—Tu nombre es Hansol, ¿cierto?-el pelinegro asintió a modo de respuesta.—Es un nombre bonito, aunque poco común. Creo recordar que eres mestizo, ¿hace cuánto vives en Corea?

"Tal y como creía, nunca se dio cuenta de mi existencia."-pensó el menor. 

—Hace cinco años que nos mudamos aquí.-respondió pero, a diferencia del resto de veces, esta vez entabló contacto visual con el mayor. 

—Ah, ya veo.-el joven pelirrojo retiró con rapidez la mirada. Sin duda el sentir aquellos ojos miel sobre él nunca le había supuesto un problema pero el tenerlos tan cerca había causado que un nerviosismo se instalara en su pecho sin razón aparente.

—¡Hansol!-un joven castaño se aproximaba hacia ellos con una amplia sonrisa en su rostro.—¡Oh! Si mal no recuerdo eres SeungKwan, ¿no?

—Así es.-esbozó una sonrisa y saludó reiteradas veces con su mano.

—¿Eres amigo de Hansol?-el pelinegro le fulminó con la mirada. Conocía a Chan más que a nadie y sabía que el menor no tenía buenas intenciones, sobre todo por la pícara sonrisa que mostraba en su rostro desde el momento en el que vio a SeungKwan. 

—Bueno, no exactamente.-respondió algo nervioso. No estaba seguro de qué decir y claramente el contarle sus verdaderas intenciones no eran una opción válida.—Pero podríamos ser amigos si él quiere.-trató de quedar bien, aunque aquellas palabras fueron firmar su propia sentencia de muerte.  

—¿En serio?-preguntó emocionado el castaño.—Entonces, ¿qué te parece sentarte junto a él en el bus? 

Ambos chicos dijeron "¡¿Qué!?" al unísono con una notoria mueca de sorpresa.

Hansol fulminó aún más a su amigo con la mirada y trató de decirle que se detuviera con la mirada pero el menor le estaba ignorando.

—Yo me sentaré con ChangKyun, no te preocupes por eso.-golpeó dos veces la espalda del americano y le guiñó discretamente uno de sus ojos.—¡Ánimo!-susurró en su oído antes de despedirse de SeungKwan y dirigir sus pasos hacia el grupo de jóvenes algunos metros más adelante.

"Esto va a ser un desastre."-pensó SeungKwan antes de esbozar una falsa sonrisa hacia el menor.

"-pensó SeungKwan antes de esbozar una falsa sonrisa hacia el menor

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Love Killa [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora