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JunHui sonrió, más al abrir sus ojos pudo comprobar que lo único que su daga había atravesado era el aire. 

—¿Cómo?-dijo anonadado, volteándose con rapidez. 

El joven de la máscara dorada permanecía inmóvil observándole desde algunos centímetros atrás. No pudo evitar emocionarse al ver que alguien había sido capaz de esquivar uno de sus movimientos y, con una sonrisa aún más amplia en su rostro, dirigió sus pasos de vuelta hacia The8.

—Eres bastante bueno.-confesó volviendo a propinar un ataque, que fue esquivado al igual que la vez anterior.—Pero tal vez no lo suficiente.-por primera vez consiguió rozar al peligris, rasgando un pedazo de tela de las prendas que vestía.

El contrario se detuvo en seco y contempló discretamente a su alrededor, más específicamente donde se encontraba Woozi. Había podido observar la sangrante herida en su hombro y aunque sabía que eso no sería una gran desventaja para él, no podía perder el tiempo jugando con un chico de los Wolsig. Las luces estaban a punto de volver a encenderse, y cuando los agentes se percatasen de la desaparición de la Serendibite las cosas se tornarían demasiado complejas para escapar.

—No deberías desconcentrarte cuando estás peleando contra alguien, chaval.-reprochó algo molesto Jun, cruzando ambos brazos sobre su pecho.

"¿Y este de qué va?"-pensó MingHao algo extrañado. 

Fue en cuestión de segundos que dejó de divisarle durante algunos instantes para, posteriormente, encontrarle justo a su lado susurrando en su oído.

—Aquel que pierde la noción del tiempo termina siendo eclipsado por la luna.-dijo antes de enterrar la hoja de la daga en el costado de MingHao.

—¡The8!-vociferó Woozi desde la lejanía.

—Vaya, parece que tu pequeñín va a terminar desangrado si no vas a rescatarle.-burló el pelinegro.—Será mejor que te rindas, tus momentos de gloria terminan aquí. 

El más bajito suspiró furioso y, en un rápido y ágil movimiento se libró del pelinegro, para aproximarse a MingHao.

—Oh, ¿te apetece seguir jugando?-preguntó emocionado Jun al verle acercarse a él. Desenterró la daga de la piel del joven chino y limpió la sangre restante sobre la máscara de este, no sin antes susurrar: "Tarde o temprano el sol terminará apagándose."

—Púdrete en el infierno, Moon.-maldijo Woozi esquivándole y agarrando a MingHao, apartándose unos metros de JunHui tras ello. 

—¡Ah! ¡Sabes mi nombre! Entonces, eso significa que somos amigos, ¿no?

—Moriría antes de ser amigo de alguien de los Wolsig. 

—Woozi, las luces van a encenderse en menos de treinta segundos, salid de ahí.-la voz de WonWoo resonó a través del auricular.

—Mierda.-el menor contempló a sus alrededores. No había otra escapatoria que saltar de la cornisa, y sin duda esa no era una opción factible.

—¡Woozi! ¡Por aquí!-una voz muy conocida para el peliblanco lo sorprendió. Joshua se encontraba en una de las cornisas de la azotea. 

—Woah, esto parece una caja de sorpresas. Cada vez salen regalos más inesperados.-sonrió Jun dirigiendo su vista hacia el peliazul que acababa de cometer su aparición.

—Oye, S.coups, ¿me encargo de ellos?-preguntó Jun, mas las sonoras pisadas de personas subiendo por las escaleras los interrumpieron.—Vaya, otro día será. No me olvidéis, y tú menos "solecito". Espero que la próxima vez que nos veamos deslumbres tanto que seas capaz de opacar a la luna.-sonrió bajo la máscara antes de desaparecer entre la oscuridad, seguido de S.coups. 

Love Killa [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora