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MingHao contemplaba fijamente la entrada del pequeño local con la esperanza de que el chino apareciera tras ella pero, de nuevo, todas sus súplicas fueron en vano. Desde el día en el que descubrió la identidad de Jun el castaño se desvaneció completamente, sin dejar ningún tipo de rastro. Sus mensajes y llamadas siquiera lograban conectarse con el teléfono del chino y, por más que le preguntase a Yanan, este nunca sabía dónde se encontraba. 

—¿Pensando en Jun?-burló su primo mientras depositaba una taza de té caliente frente al peligris. 

—Sí.-respondió desanimado agarrando la pequeña vajilla humeante. Yanan lo observó con lástima y acarició su hombro reiteradas veces. 

—¿Os habéis peleado?-el peligris negó a modo de respuesta.—¿Entonces? 

—Desapareció,  simplemente se fue sin siquiera decirme adiós.-reprochó molesto.—Ya no responde mis mensajes ni atiende a mis llamadas. ¿Crees que le habrá pasado algo? 

Yanan permaneció en silencio durante algunos instantes, dudando si era buena idea o no el contarle la verdad a MingHao. Porque sí, el sabía perfectamente dónde estaba Jun y podía asegurar que el joven estaba en buen estado físico, aunque sus ánimos brillaban por su ausencia. Quería volver a ver la sonrisa de su primo y su mejor amigo a toda costa pero no podía hacer nada si mantenía su silencio. 

—Él está bien.-enunció finalmente levantándose del sofá. MingHao alzó su vista con cierto atisbo de esperanza y la clavó sobre el joven chino. 

—¿Sabes dónde está?-planteó ilusionado. Yanan no pudo evitar sucumbir a la mueca que se había apoderado del rostro de su primo y, a regañadientes, respondió. 

—Claro que sé donde está, es mi mejor amigo.

—Yanan...-comenzó a hablar mas fue interrumpido por el nombrado.

—No, Hao, ni se te ocurra seguir por ese camino.-volteó y dirigió sus pasos hacia la barra del local. 

—¡Por favor! ¡Tengo que hablar con él! Te prometo que te lo devolveré, haré todo lo que me pidas, pero te lo suplico, dime donde está.-el chino hizo caso omiso a las palabras del peligris y cubrió sus oídos mientras murmuraba sonidos ininteligibles.—¡Yanan!-MingHao lo siguió y lo agarró del hombro, sacudiéndole con fuerza.—¡Por favor! ¡Trabajaré por una semana en la cafetería gratuitamente si quieres! No, mejor aún, ¡durante un mes! A cambio solo quiero que me digas dónde está.

Yanan volteó interesado tras escuchar la propuesta de su primo y, con una pícara sonrisa, ladeó la cabeza.

—¿Durante un mes completo sin tener que pagarte?-el peligris asintió enérgicamente, arrepintiéndose instantes después de su propia proposición.—Trato hecho. Está en su casa, te mandaré su dirección.-palmeó un par de veces el hombro del joven antes de marchar hacia el interior dando pequeños saltos de euforia. 

"Quien diría que el mismísimo Xú MingHao terminaría rogando por un chico".-suspiró y un mensaje saltó en la pantalla de su teléfono. 

Yanan 

Calle: ####### 

Portal: ##

Piso: #

La semana que viene empiezas con tu cargo, ¡no lo olvides! ;)

"Serás cabrón".

[...]

MingHao contemplaba con un notorio nerviosismo la puerta del apartamento de Jun mientras trataba de calmar el errático pulso de su corazón. Había contemplado tres opciones posibles mientras se dirigía a la dirección indicada: la primera, Jun no se encontraba en casa; la segunda, Jun lo veía y le dejaba pasar; la tercera y más probable, Jun cerraba la puerta justo tras verle.

Love Killa [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora