Una nueva mafia ha resurgido de entre las sombras. La que solía ser la mafia Byeol ha regresado pero, a diferencia de las décadas anteriores, son más fuertes, más ágiles y...sus rostros están cubiertos por máscaras.
Nadie sabe la identidad de estos...
JiHoon contempló de nuevo la herida que resaltaba en su pecho. Pese al tiempo transcurrido desde el accidente aún no había cicatrizado en su totalidad, no dejándole otra opción que curarla y cambiar los vendajes que la cubrían del exterior casi a diario por sí mismo.
Desde que despertó no pudo dejar de pensar una y otra vez en los motivos por los que WonWoo hizo todo aquello. ¿Dinero? Definitivamente esa no era una opción plausible. El castaño no era alguien codicioso hasta el punto de tratar de asesinarle por cuestión de capital. ¿Tal vez estaba envuelto en problemas? JiHoon si contempló esa posibilidad, pero seguía sin entenderlo, si WonWoo estaba en disputas con otras mafias, ¿por qué no se lo dijo?
Suspiró sonoramente y salió del aseo, con el pecho descubierto y la herida aún expuesta, en busca del botiquín que le facilitaron en el hospital. Jisoo estaría a punto de llegar y no era caso de estar semi desnudo. Para su sorpresa el timbre del apartamento sonó antes de que pudiera vendar la herida así que, entre refunfuñes y quejas hacia el americano por haberse adelantado casi quince minutos, se dirigió a la puerta y la abrió, volteando automáticamente para regresar al salón.
—¿Desde cuándo llegas tan temprano, Jisoo? Siempre terminas quince minutos tarde de la hora.-se quejó de espaldas pero, al no escuchar una respuesta por parte de la persona tras la entrada volteó extrañado. Sintió que su corazón se detenía por algunos instantes al ver a SeungCheol frente a él, observándole con la mandíbula desencajada y con un pálido tono decolorando sus mejillas, en un profundo silencio.
—¿Qué estás haciendo aquí?-murmuró con un hilillo de voz.
—¿Es eso...?-quiso hablar pero el nudo en su garganta se lo había impedido. Hacía tres semanas desde el accidente con los Byeol. Desde que divisó el cuerpo de Woozi, su eterno rival, tendido en el suelo con una prominente herida de bala perforando su pecho. Eran exactamente la misma cantidad de días desde que vio por última vez a JiHoon, en la fiesta de SeokMin, y ahora, que lo encontraba de nuevo, el peliblanco mostraba una herida de bala en su pecho.
Todo aquello no podía tratarse de una simple coincidencia.
Y fue entonces cuando sintió que su mundo se venía abajo, porque no fue hasta ese mismo instantes, tantos meses después, que se percató de que la persona a la que más odiaba se escondía en el interior de la que más amaba.
[...]
Jisoo contempló el reloj fijamente. De nuevo, iba tarde, pero por primera vez sintió que su retraso estaba justificado.
Tras todo lo sucedido con JiHoon semanas atrás, JeongHan había sido un pilar fundamental para él. El mayor había estado pendiente cada instante, asegurándose de que Jisoo siempre tenía un hombro donde recostarse o alguien a quien escuchar. Por esa razón había decidido obsequiar al pelilargo de alguna forma.
Avanzó por la gran avenida con una sonrisa trazada en sus labios mientras agarraba con fuerza la pequeña caja de terciopelo que cargaba en su mano. Había sido difícil escoger algo que le gustase al rubio, de hecho ese era el principal motivo de su retraso, pero estaba rebosante de felicidad con su decisión.
Tras horas consultando con la recepcionista había llegado a la conclusión de optar por un colgante dorado con un círculo en el centro, pues desde el momento en el que la joven le comentó acerca del significado que mantenía no pudo evitar comprarlo.
Divisó en la lejanía a JeongHan y, con una radiante sonrisa en sus labios, comenzó a correr hacia él para, una vez allí, propinarle un fuerte abrazo seguido de un dulce beso.
—Vaya, me alegra ver que estás animado.-rió el rubio correspondiendo el abrazo de su novio, quien tan solo ensanchó su sonrisa.
—Toma, es para ti.-una vez se separaron alzó hacia el frente la cajita de terciopelo y la extendió hacia JeongHan, quien lo contemplaba sorprendido.
—¿Qué es esto?-preguntó mientras agarraba el obsequio.
—Ábrelo y lo verás.-el mayor hizo caso a las palabras de su novio y, al ver el precioso collar que residía en el interior de la caja, enmudeció al instante.—El círculo del Karma, simboliza la eternidad. Un círculo que se cierra sobre sí mismo y por ello representa la unidad, lo absoluto y la perfección. Tras conocerte, el círculo de mi vida logró encontrar su otro extremo y todo se tornó ideal, eres mi otra mitad Hannie, gracias a ti estoy completo.-el rubio alzó la vista con las lágrimas abordando sus ojos y se lanzó de nuevo entre los brazos de Jisoo.—¿Por qué lloras? ¿No te gusta?-burló acogiendo al joven bajo su agarre.
—¿Eres idiota? Me encanta, me gusta muchísimo.-confesó y, una vez las lágrimas cesaron, sacó el collar de la cajita y lo extendió hacia el americano.
Jisoo rió y lo agarró mientras esperaba a que el mayor apartase su larga melena, para así poder enganchar el colgante alrededor de su cuello.
—Gracias por todo, JeongHan. He podido seguir hacia adelante porque estabas conmigo.-habló mientras aseguraba el broche de la cadena. Escuchó una leve risa proveniente del rubio y no pudo evitar sonreír.
—Estaré contigo, pase lo que pase.-volteó sobre sus talones y depositó un dulce beso en los labios del peliazul.
Aunque ilusos de ellos, que realmente pensaron que todas las adversidades terminarían ahí.
(...)
El peliazul sintió un nerviosismo estancarse en su pecho al divisar el collar que semanas antes le había obsequiado a su pareja alrededor del cuello de aquel desconocido.
—¿¡Qué le has hecho a JeongHan!?
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Aclaración
Cuando en la historia aparece este símbolo "[...]" quiero indicar que ocurre un lapso de tiempo entre una secuencia y otra de la historia en el mismo periodo. Por ejemplo, "JiHoon se despidió de SeungCheol [...] Al llegar a su apartamento..." Ocurre un periodo de tiempo pero son momentos consecutivos.
Sin embargo, cuando aparece este símbolo "(...)" me refiero a que lo que se narra tras ello es una acción futura que aún no ha tenido lugar. Podríamos decir que es como un flashforward.
Tan solo quería aclararlo porque es una forma propia de indicar los cambios temporales a la hora de narrar y no quería crear confusión.