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Un sonoro golpe resonó en la estancia. SeungCheol contemplaba frustrado al joven quien no pudo proteger, ahora en cama y con una venda alrededor de su cabeza. 

Debió haberse negado a admitirle en la mafia desde un principio por su joven edad y poca experiencia. No debió darle una oportunidad a Dino y ahora, por consecuencia de sus inmaduros actos, el joven castaño estaba herido y habían perdido el diamante que tanto les había costado conseguir.

Y todo por culpa de aquella mafia que, tras resurgir de las tinieblas al asignar un nuevo líder, les había comenzando a pisar.

Hacía escasos meses que la organización Byeol había vuelto a ver la luz del sol, y resurgieron de sus cenizas como un vivaz fuego que ni el mismísimo océano podría apagar. Fueron largos años ocultos y humillados entre los callejones de Seúl después de haber sido saqueados en su totalidad y casi exterminados por completo, pero ahora, tras asignar a un nuevo líder, habían comenzado a caminar por la luz de nuevo.

Nadie conocía las identidades de aquellos mafiosos tras resurgir de las tinieblas.

Cada uno de los integrantes se ocultaba tras un pseudónimo y una máscara que cubría todas y cada una de las facciones de sus rostros, a excepción de los ojos eyectados en sangre. 

Él único integrante cuyo nombre y apariencia sabían era el del miembro tras una máscara de zorro, de complexión delgada y pequeña y piel tersa. Woozi, líder de la mafia Byeol.

En escasos meses había arrasado varios grupos pequeños con sus propias manos y no solo eso, sino que acababa de convertirse en el rey de Seúl tras robar el diamante, destronando a Wolsig, la cual había sido durante años la influencia más grande entre las mafias de Seúl.

—SeungCheol, ¿estás bien?-un joven enmascarado apareció junto a él. Su rostro estaba cubierto por un antifaz blanco y una larga y rubia cabellera ondeaba al son de sus tranquilos pasos. 

—JeongHan.

Yoon JeongHan, también conocido como "El ángel caído". Su dulce y angelical apariencia contrasta drásticamente con el demonio en su interior. Experto en adoptar personalidades y adentrarse en cualquier campo enemigo. Sin duda, el mejor espía de la mafia Wolsig.

Clavó sus castaños ojos sobre el menor.—Sí, estoy bien.-mintió.

El rubio se sentó junto a él y deshizo la lazada que anudaba el antifaz a su rostro, dejándolo caer sobre sus manos.

—No sirve de nada que estés aquí carcomiéndote, SeungCheol. No fue tu culpa que descubrieran la identidad de Chan.-dijo mientras acariciaba el hombro ajeno. El pelinegro cedió ante el tacto del menor y suspiró sonoramente.

—Ya lo sé, JeongHan. Pero, ¿qué pasará si descubren la de alguien más?

—Tendremos cuidado. Ya no somos críos y sabemos protegernos las espaldas, llevamos haciéndolo desde hace años. Por ahora debemos preocuparnos en encontrar al líder de la mafia Byeol y recuperar el diamante.-el joven rubio trató de tranquilizarle con una amplia sonrisa que, de cierto modo, lo calmó.—Chan estará bien, ChangKyun se quedará a cuidarlo. Nosotros tenemos que irnos ya.-el pelilargo se puso en pie y comenzó a caminar por el extenso pasillo.

—¿Irnos? ¿Dónde?-preguntó extrañado.

—¿A caso no lo recuerdas? Hoy es nuestro primer día en la universidad.

[...]

El incesante barullo retumbaba en los extensos pasillos de la facultad, donde una infinidad de jóvenes se encontraban amontonados a lo largo del edificio mientras entablaban animadas conversaciones.  

Love Killa [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora