El día amaneció con un radiante sol iluminando las calles de Seúl. JiHoon permanecía de pie frente a la puerta de su apartamento, con una mano sobre el pomo y la otra agarrando el pequeño papel con las coordenadas de La Central, ese supuesto edificio abandonado que pertenecía a los Wolsig. Estaba apunto de cometer una idiotez y era consciente de ello pero prefería ir a aquel lugar, y asegurarse de que WonWoo no estaba allí, a permanecer impasible ante la situación.
Inhaló una gran bocanada de aire y salió del apartamento, dejando atrás todo atisbo de miedo que se había instalado en su pecho.
"Tan solo espera, WonWoo. Iré a por ti".
[...]
SeungCheol contempló los alrededores con cierta nostalgia. Hacía tantos meses que no pisaba aquel viejo y cochambroso edificio que hasta podría afirmar que estaba aún más deteriorado. JeongHan caminaba junto a él, quejándose por el calor que le generaba el llevar la máscara en el rostro.
—Oye Cheol, si solo vamos a venir nosotros dos ¿por qué tenemos que llevar esto?-señaló el plástico que cubría su cara.
—Porque nunca puedes saber si verdaderamente estamos solos o no. Anda, ayúdame a abrir la puerta, con los cambios de temperatura seguro se volvió a estancar.-ordenó y el rubio aceptó a regañadientes.
Tras meses sin pisar La Central ambos jóvenes decidieron ir a dar un vistazo para asegurarse de que todo permanecía en su lugar correspondiente y no había ninguna caída de la edificación o similares. Realmente todo fue una excusa impuesta por SeungCheol para poder escapar de JeongHan durante algunas horas y así poder despejar su mente pero, como era de esperar, el rubio no accedió a dejarle solo. Es por eso que decidió obligarle a llevar la máscara, pues era consciente de que el menor la detestaba y, si sus suposiciones no fallaban, terminaría quedándose en casa. Iluso de él que ahora no solo tenía que aguantar a JeongHan, sino también todas sus quejas acerca del calor que le provocaba el llevarla.
—Iré a mirar dentro, tú vete a dar una vuelta por los alrededores.-indicó a lo que el pelilargo asintió con una sonrisa en su rostro, aunque esta no pudo ser percibida por el mayor.
Una vez a solas SeungCheol entró en el edificio dando calmados pasos. Había una infinidad de escombros esparcidos por el suelo y la luz del sol se filtraba con facilidad entre los boquetes del techo. Varias plantas habían echado sus raíces en el pavimento y destrozado las losas, dando lugar a un terreno desigual plagado de fragmentos de piedra y tallos bastante difícil de atravesar. Sonrió. Aún recordaba el primer día que pisaron aquel edificio. Por aquel entonces, JeongHan y él eran simples adolescentes que corrían en busca de un refugio para que la policía no les pillase tras atraparlos graffiteando. Aún recordaba el momento en el que, tras burlar a los coches patrullas, comenzaron a saltar abrazados y decidieron nombrar a aquel abandonado edificio como su base secreta. Las cosas habían cambiado tanto desde ese entonces que lo que realmente era cuestión de años se hacían ver como siglos.
Un sonoro golpe lo sorprendió y, tras voltear sintió que su corazón se detenía.
Woozi, o mejor dicho JiHoon, se encontraba de pie en la entrada, alzando una pistola en su dirección.
—Hagamos las cosas fáciles, S.coups, ¿dónde está WonWoo?
[...]
Jisoo contemplaba fijamente la puerta del apartamento con una pesada sensación estancada en su pecho. Tenía un mal presentimiento desde que se despidió el día anterior de su amigo, pues era consciente que, pese a sus advertencias, JiHoon iría al lugar que le mencionó de todas formas. Por ese motivo se encontraba frente a la entrada del piso del menor, necesitaba verificar si sus sospechas eran ciertas o no para saber si tendría que ir directo a la boca del lobo o simplemente podría degustar un refresco mientras descansaba en el sofá.
Golpeó un par de veces sobre la madera de la puerta y, tras varios minutos sin respuesta, volvió a insistir, aunque de nuevo fue en vano. Suspiró sonoramente antes de voltear sobre sus talones y correr hacia el exterior del edificio.
"Maldito enano, solo me das problemas".
[...]
JeongHan caminaba con serenidad por las extensas explanadas con una sonrisa plasmada en sus labios. No podía evitar la marabunta de recuerdos que le abordaban cada vez que pisaba esos lugares, desde los momentos más absurdos como los más difíciles para los Wolsig, todos ellos habían tenido lugar en aquella parcela de no más de 2000 metros cuadrados.
Contempló la hora en su teléfono y se percató de los mensajes que tenía de Jisoo.
Jisoo el idiota❤
Hannie, creo que hoy no podré salir. Me ha surgido un problema.
La sonrisa se esfumó de su rostro, tenía inmensas ganas de pasar tiempo con Jisoo ya que, después de todo lo sucedido en los últimos días no había tenido la oportunidad de pasar mucho tiempo con él.
Hannie
No te preocupes, quedamos otro día.
Te quiero.
Sintió un ardor instalarse en sus mejillas y con rapidez apagó el teléfono. No era la primera vez que le decía aquellas palabras al americano, o al menos no desde el día en el que se reconciliaron, pero no podía evitar el nerviosismo que se apoderaba de él con el simple hecho de pensar en la expresión del americano al escucharle decir aquellas dos palabras que para muchos, entre los que se incluía, eran un mundo.
Se disponía a regresar junto a SeungCheol cuando un brazo alrededor de su cuello lo sorprendió y, en cuestión de segundos, aquella figura quedó sobre él, dejándole tirado en el suelo y prácticamente inmovilizado.
—¿Dónde está Woozi?-preguntó el joven. JeongHan lo contempló detenidamente. A juzgar por la máscara que cubría su rostro era más que obvio que pertenecía a los Byeol y, el escuchar el nombre de su líder de los labios de aquella persona tan solo confirmaba sus suposiciones. Aunque realmente no entendía qué quería decir con esa pregunta.
—¿Por qué debería saberlo?-forcejeó tratando de librarse del agarre del peliazul y, en un descuido terminó sobre él, tornando por completo el encuentro.—¿Se puede saber quién mierda eres tú y qué estás haciendo aquí? ¿Cómo has descubierto este sitio?-en un descuido, el collar que Jisoo le regaló, sobresalió de su camisa, colgando justo frente a los ojos del joven bajo su agarre.
El peliazul sintió un nerviosismo estancarse en su pecho al divisar la cadena que semanas antes le había obsequiado a su pareja alrededor del cuello de aquel desconocido.
—¿¡Qué le has hecho a JeongHan!?-vociferó colérico agarrando con fuerza la camisa del pelilargo, quien sintió un nerviosismo estancarse en su pecho al escuchar su nombre de los labios del enemigo. ¿Se conocían?—No me hagas repetirlo maldito hijo de puta, ¿dónde está JeongHan?
—¿Qué estás diciendo? ¿Quién eres tú?-balbuceó anonadado.
—Dime dónde está o te estrangulo aquí mismo.-amenazó rodeando el cuello del pelilargo con sus manos y ejerciendo presión. JeongHan clavó fijamente sus ojos sobre los del contrario y sintió que su corazón se detenía por algunos instantes. Conocía bien esa mirada.
—¡Jisoo para!
Me apuesto a que, después de leer todas vuestras teorías, nadie se esperaba esto JAJAJAJAJA. Bueno, aquí tienen sus actualizaciones diarias, espero estén bien y no olviden cuidarse.
¡Nos leemos!
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Love Killa [SEVENTEEN]
FanfictionUna nueva mafia ha resurgido de entre las sombras. La que solía ser la mafia Byeol ha regresado pero, a diferencia de las décadas anteriores, son más fuertes, más ágiles y...sus rostros están cubiertos por máscaras. Nadie sabe la identidad de estos...