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MingHao contemplaba fijamente el inerte cuerpo del joven, el cual se encontraba ahora descansando sobre el amplio sofá de la sala de estar. Por suerte, la herida en su estómago no era lo suficientemente profunda como para hacer peligrar su vida y, con suma facilidad, logró cerrarla antes de que el mayor perdiera excesiva sangre. Después de todo, el haber tenido que curarse cientos de veces, le había servido como para adquirir las suficiente experiencia en lo que refería a conceptos básicos. 

Depositó la gasa tras limpiar los bordes de la herida sobre la mesita de cristal y clavó sus rasgados ojos sobre el joven, quien aún permanecía con la máscara cubriendo su rostro. 

Había evitado por todos los medios el desprenderle de su protección, aunque sería mentir si negase la curiosidad y necesidad que se habían estancado en su pecho por descubrir la identidad del castaño. 

"Podría ayudar a los Byeol".

"No debería hacerlo, pero realmente quiero saber quién es".

Alzó su mano dudoso y la dirigió hacia el plástico, que aún permanecía cubriendo el rostro del contrario. Con no mucha determinación agarró la máscara pero, al tratar de desprenderla, el agarre de Moon sobre su muñeca lo detuvo. 

—No lo hagas.-ordenó con seriedad. MingHao sintió un nerviosismo recorrer su cuerpo por completo. No estaba seguro de dónde, pero, excluyendo la vez en la que se encontraron en la azotea del museo, él ya había escuchado esa voz anteriormente. 

—No era mi intención, tan solo pensé que te dificultaría el respirar.-improvisó zafándose del agarre del joven y alejándose algunos metros casi instintivamente. 

—Estoy bien, gracias.-respondió sin más, tratando de reincorporarse. MingHao lo ayudó para que no se hiciera daño y, al sentir la fija mirada del joven tras la máscara sobre él, percibió de nuevo esa extraña sensación. 

"Esos ojos, ya los he visto antes".

"¿Pero dónde?" 

El joven castaño se levantó del sofá y, con dificultad, abotonó de nuevo los botones de la camisa negra, ahora desgarrada e impregnada de sangre, que vestía. Avanzó por el lugar dando torpes zancadas en busca de la salida del apartamento, a lo que MingHao permaneció expectante.

—¿No quieres descansar un poco más?-preguntó inquieto. El contrario rió y negó reiteradas veces con la cabeza. 

—No te conviene que esté aquí. Ya causé demasiados problemas, será mejor que me vaya.-explicó y, tras emitir una silenciosa despedida, desapareció tras la puerta del apartamento, dejando a MingHao sumido de nuevo en una extraña sensación que poco a poco inundaba su cuerpo. 

"Esa risa..."

"¿Quién eres verdaderamente, Moon?"

[...]

18 de febrero del 2021. 12:30 h. Apartamento de JiHoon.

De nuevo el segundero del reloj se tornaba al punto de partida y un minuto más transcurría. JiHoon permanecía inmóvil frente al mecánico aparato, que reposaba en la pared del dormitorio. El tiempo se le agotaba y aún no había logrado encontrar ninguna forma de evitar todos los sucesos que tendrían lugar en ese día. Desde el sabotaje a la empresa L.D.K. hasta el fin del plazo con el desconocido. Aún no era capaz de pensar en una solución para dichos problemas. 

Dirigió sus pasos hacia el armario y abrió la puerta. Rebuscó más allá de las prendas que colgaban del mobiliario el pequeño compartimento donde se encontraba el diamante y, tras rozar la ranura, tiró de ella para abrirlo. Tal y como lo había colocado tiempo atrás, ahí se encontraba, el desencadenante de todos los problemas que venían ocurriéndoles desde semanas atrás. Aquel diamante de diecisiete mil quilates que les había tornado la vida imposible. 

Love Killa [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora