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JiHoon le propinó una última mirada a Jisoo antes de entrar en el amplio y lujoso jardín que llevaba a la mansión de SeokMin. WonWoo permanecía en línea, esperando paciente a la señal de los jóvenes para comenzar a emitir las órdenes, aunque no era consciente de que esas indicaciones nunca terminarían siendo realizadas. 

Tras numerosas opciones descartadas lograron encontrar una forma eficaz de evitar el sabotaje a la empresa y, pese a ser algo absurda, llevaban la confianza completamente volcada sobre aquel plan. 

—Recuerda, haz todo lo que él te diga.-murmuró en el oído del americano mientras avanzaban por los cuidados caminos de tierra que se intercalaban entre el podado césped.—Cuando estés en el momento de entrar en el despacho apaga el auricular.-el peliazul asintió emitiendo una sarcástica sonrisa. 

—Esto es demasiado estúpido, pero no tenemos otra opción. ¿Crees que funcionará?-el menor asintió a modo de respuesta.

—Solo hay una cosa capaz de sabotear los planes de WonWoo y es aquello sobre lo que no tiene control, los fallos tecnológicos. Si los auriculares dejan de funcionar no podrá emitir las órdenes. Si no puede emitir las órdenes, adiós plan.-sonrió mientras hacía un escáner de la estancia. 

Pese a que recién había comenzado el encuentro ya había una cantidad abrumadora de jóvenes bebiendo y bailando, disfrutando como si les fuera la vida en ello. Realmente ese tipo de ambientes no eran de los que agradaba a JiHoon y si hubiese tenido la oportunidad de no asistir la habría aceptado sin dudarlo, pero ya era tarde y allí se encontraba, de pie entre una infinidad de adolescentes y con la música estallando sus oídos y retumbando en su pecho.

—¿JeongHan vendrá?-preguntó el peliblanco. Tuvo que repetirlo elevando la voz para que el americano pudiera percibir sus palabras.

—Dijo que llegaría algo más tarde. Supongo que en media hora estará aquí, ¿por qué lo preguntas?

—¡Chicos!-el cumpleañero se hizo paso entre la aglomeración hasta llegar junto a los jóvenes, quienes lo recibieron con un cálido abrazo y una felicitación.—Me alegra tanto que estéis aquí.

—Gracias por invitarnos.-agradeció JiHoon a lo que SeokMin tan solo ensanchó la radiante sonrisa que se había dibujado en sus labios. 

—No tienes por qué darlas, era más que obvio que invitaría a mis mejores amigos.-ambos jóvenes sintieron un malestar en su pecho. Si SeokMin realmente supiera la razón por la que, en un principio, se relacionaron con él retiraría aquellas palabras en cuestión de milésimas.—Tengo que ir a saludar al resto de invitados, espero que lo paséis bien. ¡Nos vemos por ahí!-se despidió y, de nuevo, se desvaneció entre la multitud. 

—Joder, si no hubiéramos decidido cancelar el plan ahora mismo me sentiría como la peor mierda del planeta.-enunció Jisoo con sorna.—Bueno, deberíamos "comenzar" ya. Si JeongHan llega y me encuentra da la misión por perdida.-rió y encendió el auricular de su oreja.

¿Me escucháis bien?-habló WonWoo desde la otra línea.

—Más o menos, hay mucho ruido y parece que la conexión no es muy estable.-el peliblanco felicitó con el pulgar hacia arriba el comentario de su amigo a lo que este sonrió con orgullo. 

Entonces debemos darnos prisa. Nada más entrar en la mansión hay unas extensas escaleras, ¿las veis?-continuó. 

—Sí. 

Id hacia allí y subidlas. Seguramente en la planta de arriba también haya invitados. 

JiHoon y Jisoo se pusieron en marcha y comenzaron a recorrer las amplias escalinatas de mármol, las cuales estaban repletas de jóvenes con bebidas en sus manos charlando y riendo a carcajadas. 

—Ah, apesta a alcohol.-reclamó el peliblanco cubriendo con rabia su nariz. 

—Podría decirte que es Vodka pero no serviría de nada, no entiendes de bebidas alcohólicas.-burló el americano alzando ambos hombros a lo que JiHoon tan solo le propinó una mirada de desgane. 

¿Ya estáis arriba?-preguntó el de gafas a través del auricular. 

—Sí, pero hay demasiada gente. Apenas se puede caminar entre ellos.-exageró el peliblanco. Si bien era cierto que la planta superior poseía invitados pero era un número infinidad de veces más reducido que en el jardín o el hall

No es de extrañar, realmente es muy conocido.-enunció el de gafas.—Bueno, no importa. Avanzad por el pasillo y girad con discreción a la derecha, una vez allí veréis una doble puerta de color marrón. Detrás de ellas está nuestro objetivo. 

—Está bi..., va... para allá.-habló el americano fingiendo un fallo en la conexión. JiHoon tuvo que hacer un gran esfuerzo por no estallar en carcajadas en ese preciso instante. 

¿Jisoo? No se te escucha bien.-y ese fue el instante en el que apagaron los auriculares y finalizaron la conexión. El menor estalló en risa una vez se aseguró de que WonWoo ya no los escuchaba. 

—¿En serio? "Está bi..., va... para allá".-burló imitando al joven, quien le propinó un golpe en el brazo avergonzado.

—¡No te rías! ¡Deberías haberlo hecho tú!-reprochó antes de comenzar a reír. 

—Imagino que JeongHan estará al llegar así que recuerda apagar el teléfono o poner el modo avión para que WonWoo no sea capaz de contactarte. Yo volveré a casa, tengo cosas que hacer.-habló el peliblanco contemplando fijamente la hora en la pantalla de su dispositivo. 

"09:50 p.m." 

"Quedan 20 minutos".

"Pero al menos sé que SeungCheol está a salvo". 

O al menos eso fue lo que creía hasta que divisó la cabellera del pelinegro junto a JeongHan abrirse paso entre la multitud. 

—¿¡SeungCheol!? 

—¿¡SeungCheol!? 

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Love Killa [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora