—¿Crees que es buena idea ocultarle esto a WonWoo?-preguntó el americano tras pegar un mordisco al dulce que había comprado en la cafetería minutos antes.
—No estoy seguro, pero no tenemos otra opción. Si tan solo lográsemos sabotear el plan de WonWoo y disfrazarlo como un error de imprevisto...-suspiró. Tras hablar con Jisoo habían llegado a la conclusión de que ninguno de ellos quería asaltar la empresa del padre de SeokMin, principalmente porque no querían perjudicar a su amigo. Por ello llevaban días tratando de hallar una coartada eficiente para evitar el ataque y no levantar las sospechas del de gafas.
—¿Crees que si le decimos que había guardias y no pudimos entrar nos creerá?-planteó con un atisbo de ilusión, el cual se esfumó segundos después con la respuesta que JiHoon tenía para darle.
—Jisoo, nos colamos en un museo para robar una piedra y la seguridad era millones de veces más elaborada que la de una fiesta plagada de adolescentes borrachos. Es obvio que no va a colar.-negó reiteradas veces con la cabeza y retiró algunos mechones que recorrían su frente.
—Supongo que tendremos que improvisar, mañana es dieciocho, ¿verdad?-el peliblanco asintió a modo de respuesta y sintió un nerviosismo instalarse en su pecho, el cual se intensificó aún más al percibir a JeongHan junto a SeungCheol aproximarse hacia ellos con una amplia sonrisa en sus rostros.
"Se acaba el tiempo JiHoon, ¿qué vas a hacer?"
[...]
El dulce aroma del café se apoderaba del lugar, dejando una agradable y acogedora atmósfera. MingHao releía una y otra vez la misma página desde hacía varios minutos sin poder lograr captar ni una de las palabras inscritas en la hoja. Tal vez porque el ambiente en la cafetería era bastante ajetreado a causa de los clientes, o porque lo único que merodeaba en su cabeza era la imagen del joven chino que desde algunos días había dejado de frecuentar la cafetería.
Tras conseguir su número, gracias a la ayuda de Yanan, había tenido el valor de escribirle alguna que otra vez y siempre le sorprendía la rapidez con la que el castaño respondía sus mensajes. Pero en cambio, en los últimos días, siquiera aparecía el tick de confirmación junto a sus textos.
"Estará ocupado".
Suspiró de nuevo, realmente quería acercarse más a aquel joven porque, después de todo, era tarde como para negar que el castaño había captado su atención pero, justo cuando creía que lo estaba empezando a lograr, el chico desapareció cual suspiro.
Cerró el libro frustrado y tras depositar algunas monedas junto a la taza de té, la cual siquiera había probado, se levantó del sillón y dirigió sus pasos hacia el exterior del local.
La noche ya se había posado sobre Seúl y poco a poco las calles comenzaban a vaciarse. Alzó la vista para contemplar la enorme y brillante luna que se alzaba en el cielo y, como si de una sombra se tratase, creyó divisar una silueta saltar frente a ella.
Sintió un nerviosismo instalarse en su pecho que poco a poco fue tornándose en curiosidad y cierto fascine. Había divisado, si es que su vista no falló, una esbelta y bella figura alzarse frente a la luna tras saltar del edificio contiguo al que se localizaba junto a él.
Muchos dicen que la curiosidad mató al gato y desde luego MingHao conocía de buena mano aquel dicho pero simplemente no podía reprimir la curiosidad que le propinaba aquel desconocido así que, en un arrebato algo apresurado, decidió tratar del alcanzar al joven desde la superficie de los callejones de Seúl.
[...]
Minutos después de permanecer corriendo tras una figura que apenas divisaba desde la penumbra de los callejones, MingHao se percató de la estupidez que acababa de cometer. Se detuvo algunos instantes para recuperar la normalidad en su respiración mientras reía entrecortadamente. Había comenzado a sospechar que llevaba cerca de cinco minutos persiguiendo a un simple gato callejero que, pese a sus insistencias por alcanzarle, terminó desapareciendo entre la oscuridad.
Una vez se recuperó de la repentina carrera volteó sobre sus talones para emprender el camino a su hogar de nuevo pero un joven completamente vestido de negro y cuyo rostro estaba cubierto por una máscara oscura y brillante como la noche lo esperaba en un impasible silencio.
—¿Por qué me sigues?-preguntó aproximándose al peligris con lentos y pesados pasos, provocando que el nombrado retrocediese instintivamente.
"Moon".-fue lo primero que abordó su mente nada mas ver la máscara que cubría el rostro de la persona frente a él. Contempló sus alrededores con nerviosismo, tratando de encontrar una salida para poder escapar sin salir perjudicado más allá de algún que otro rasguño ocasional.
—Dije, que por qué...-quiso hablar mas una punzada en su estómago lo hizo callar. MingHao percibió el hilillo de sangre que descendía densamente por la mano del contrario.
"Está herido".
"Puedo escapar".
"Rápido MingHao, reacciona".
"¡MingHao!".
El peligris finalmente tomó el control de su cuerpo y retrocedió con rapidez, alejándose de Moon algunos metros. El joven tras la máscara sintió sus fuerzas desvanecerse y, sin apenas consciencia, cayó rendido en el suelo. El chino contemplaba la escena inmóvil, ¿debía o no debía ayudarle?
La respuesta más razonable sería claramente escapar de allí y dejarlo en el callejón, desangrándose en la penumbra. Un enemigo era un enemigo después de todo.
Pero para MingHao en aquellos momentos tan solo veía a una persona herida frente a él, y pese a que era una locura, eso fue lo único que precisó antes de cargarlo entre sus hombros y llevarlo a su apartamento, a no más de dos cuadras de distancia del lugar.
"Te has vuelto loco".-pensó el joven Moon antes de cerrar por completo los ojos y perder la noción de todo a su alrededor.
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Love Killa [SEVENTEEN]
FanfictionUna nueva mafia ha resurgido de entre las sombras. La que solía ser la mafia Byeol ha regresado pero, a diferencia de las décadas anteriores, son más fuertes, más ágiles y...sus rostros están cubiertos por máscaras. Nadie sabe la identidad de estos...