Capítulo 48. Invitación por pareja.

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Maratón 3/4

Llegué a mi casa en la tarde, eran las 6:30 de la tarde, prácticamente la pasé todo el día con Harry.

Subí a mi habitación, cerré la puerta y me aventé a mi cama bocabajo cayendo en una almohada suave, miré hacia el techo y suspiré apretando la almohada contra mi pecho, sentía de nuevo algo en mi estómago, no paraba de sonreír, soñaba despierta. Mis ojos brillaban con sólo escuchar la voz de él, y al verlo era mágico, al recordar su sonrisa, al recordar sus ojos color esmeralda, sus hoyuelos, su físico...

Ya no sentía ese hueco en mi corazón al fin me sentía bien, me sentía llena ¡me sentía feliz, tanto que podría levantarme y brincar en mi cama!, lo cual sí hice, me levanté y brinqué en mi cama emocionada. ¿Cuál era el motivo?: Harry.

Todo él, me encantaba, pasé toda la tarde con él, hablamos, reímos, me hizo cosquillas, me invitó un helado después ¡casi nos besamos dos veces!, las cuales, no se pudieron realizar por circunstancias que no entendía, era extraño porque él decía que quería olvidar todo, olvidarme a mí, pero en el fondo yo sabía que no era así y hoy lo pude notar, pero aún no está seguro él, tiene que despejarse, y lo sabré hasta que nos besemos, hasta que él esté decidido. ¡Estoy enamorándome de él otra vez! Lo está logrando, no sé cómo, pero lo está logrando. Pero, no me quiero ilusionar, porque tal vez no sea así, aunque no creo que él esté jugando conmigo, pero tal vez esté confundido, así que mejor no me hago ilusiones...

Pero aun así, él me encanta.

¡Tengo que hablar con alguien y contarle todo! ¡Perrie!

Tomé mi teléfono y marqué el número, ella me contestó al instante.

— ¡Perrie! —dije emocionada.

— ¿Qué pasa? —dijo asustada.

Duramos prácticamente 1 hora y media hablando por teléfono, claro, Perrie no tenía que preocuparse, porque a la que le cobraban el saldo era a mí, pero valía la pena.

—Wow, ¿qué esperas? —me dijo.

—Pues ya te dije, él está indeciso, y no sé, mejor no me ilusiono ni espero nada de él, tal vez yo piense mal.

—Pregúntaselo—dijo.

Asentí.

— ¿Y qué?, ¿no te dan ganas de cogértelo?

— ¡Perrie! —dije.

— ¿A poco no?, ¿no te lo imaginas desnudo o algo así?

—Para que me quejo si sé cómo eres—reímos—. Pues la verdad es que mis hormonas andan muy raras, y cuando estoy cerca de él me da... un no sé qué que no sé cómo explicarte.

—Te pones caliente—dijo.

— ¡Perrie!

—Así es Jade, cuando tengas edad adecuada y tengas sexo por primera vez lo comprenderás—me dijo despreocupada.

—No sé cómo puedes hablar de esto tan fácil—le dije.

—Es algo natural Jade, no te debes preocupar, puedes hablarme de todo.

—La verdad ya ni sé en qué pensar, y lo peor es que ayer vi la película de El retrato de Dorian Gray—le dije apenada.

— ¡Está genial!

— ¡No!, está asquerosa—le dije.

—Pero Dorian está bien sexy, ¿o no quisieras hacerle las cosas que le hacen a Harry?

— ¡No!

— ¿Verlo desnudo?

—Bueno... ¡No!, oye, no sé en qué piensas tú, en serio, me das miedo.

Marcel... ¿Eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora