Marcel... ¿Eres tú?

Capítulo 52. Nada fue real.

Cerré la puerta de mi casa con cuidado, me quité los botines y los coloqué en el piso. De espaldas en la puerta, me desplacé hacia abajo mientras me mordía el labio y sonreía.

Es que no podía creer lo que había pasado hoy… todo fue tan perfecto…

Y por cierto, jamás encontré a Nash, lo busqué por todos lados, pero no estaba, así que me tuve que venir en taxi, no le iba a pedir a Harry que me trajera, ya que él de seguro tenía que llevar a la odiosa de Jessica. ¡Pero en fin! ¡Hoy fue hermoso y nada lo arruinará!

Me levanté del piso, estaba la casa oscura, y sólo se veía un poco por la luz de la luna que entraba por la ventana. Miré la hora en mi teléfono y me sorprendí, eran las: 4:00 am. Y mi mamá me dijo que llegara temprano…

Mi hermano aún seguía en la fiesta, de hecho no muchos se habían ido, yo fui  una de las primeras.

Caminé descalza hasta la nevera, tenía demasiada hambre. Saqué jamón, mayonesa, pan y queso amarillo. No me iba a conformar con algo pequeño, me moría de hambre.

Después de comer, y recordar con detalle todo lo que inesperadamente pasó, decidí ir a mi habitación y dormir, para soñar con él.

Suspiré.

Una llamada entró en mi teléfono y contesté sin ver el número.

— ¿Hola? —dije al teléfono.

Nadie me respondió, y pensé que era una broma. Vi el número y era desconocido, a lo que pensé que el de Harry era igual.

Fruncí el ceño y dije sonriendo:

— ¿Harry? —dije al teléfono.

—Te amo—dijo al fin su hermosa voz, al escucharlo sonreí—. Quiero… quiero terminar lo del armario, quiero verte, ¡te necesito!

— ¿Estás borracho? —le pregunté, ya que se le escuchaba la voz.

—No—mintió—. ¿No me quieres verdad? Sólo quieres a tu Barbie, pues déjame decirte que él es gay y…

—Basta Harry—dije riendo.

—Es que nadie me quiere, todas me usan porque estoy bueno—rodeé los ojos—. Y nadie me quiere por como soy, soy un asco Jade.

— ¿Estas llorando? —le pregunté.

—No—volvió a negar.

—Harry, yo si te amo, y mucho—le dije.

—Eres una muy linda persona, ¿sabes? Quiero besarte, quiero verte ahora y tomarte entre mis brazos y…—de pronto se dejó de escuchar y fruncí el ceño.

— ¿Harry? —dije pero unos grandes ronquidos me interrumpieron. Reí. Colgué el teléfono y ahora sí me dirigí a mi habitación a dormir.

Subí las escaleras sin hacer ruido y entré a mi recámara. Coloqué mis botines en el piso y me quité la ropa dejándome en ropa interior. Me cobijé hasta el cuello, me volteé a la derecha donde estaba mi ventana y se veía la luna, miré la luna y recordé como Harry me besaba, con esa intensidad, como me tocaba con brusquedad y desesperación. También recordé la escena donde él decía entre besos: “Como esperé tanto este momento”.

Me mordí el labio y sonreí, después cerré los ojos y me dediqué a dormir.

El frío de la mañana del lunes me despertó, miré a mí alrededor y todo se iluminaba con una luz pálida, me estiré y me senté recargándome en la cabecera.

Sonreí, ya que recordé de nuevo a Harry, la escena se repetía una y otra vez, e incluso aquella llamada extraña de anoche, fue también hermosa. Y así la pasé también el domingo, la pasé viendo películas de amor y recordando todo…