Capítulo 40. Alumnos de intercambio.

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—Entonces…—dijo mi madre sirviendo el café en mi taza.

— ¿Entonces?...

— ¿Ya se arregló todo con Nash? —preguntó y me dio un panecillo.

—Así es—sonreí.

—Me alegro—me sonrió de vuelta.

Estábamos desayunando un lunes por la mañana, sí, era temprano.

— ¿De qué hablan? — dijo mi hermano sentándose en una silla junto a la mesa para acompañarnos al desayuno.

—De Nash—dije.

— ¿Qué te hizo esta vez? —contestó al instante.

—Nada, sólo que volvimos a ser amigos.

Volvimos al desayuno con una plática de un tema normal y después acabamos.

—Es cierto, me habías dicho que tu amiga Leigh se irá de intercambio a estudiar a E.U, ¿no es así, cariño? —preguntó mi madre, haciendo que abriera los ojos sorprendida.

Era cierto, Leigh se había despedido de todos los compañeros, e incluso le di un regalo por navidad, si es que no regresaba, me sentí un tanto triste, pues ella fue una de mis mejores amigas, y tal vez no la vuelva a ver.

—Es cierto—dije desanimada.

—Ánimo hija, verás que todo estará bien, y la verás de nuevo.

Sonreí por las palabras cálidas de mi madre.

—Gracias—sonreí de vuelta—. ¿Y tú hermano? ¿Nadie de tus compañeros de irá de intercambio?

—Sí, sólo un compañero, pero no era mi amigo exactamente.

Asentí.

—Bien mis amores, se les hace tarde, y recuerden que hoy tienen sus parciales finales—nos recordó mi madre.

Es cierto, hoy tendría el último parcial de matemáticas, y había estudiado todos los temas, pero simplemente, se me complicaba bastante, y es que los anteriores parciales había reprobado, bueno, en el primero saqué 8, gracias a Marcel, pero el segundo… saqué 0, que pena…

—Es cierto—di un último sorbo a mi café, y me levanté.

Tomé mi mochila del suelo, y me la coloqué en la espalda.

—Nos vemos mamá—me despedí.

Mi hermano y yo salimos a esperar el camión.

— ¿Y cómo te va en tus parciales? —dijo un tanto tenso.

Lo miré.

—Muy mal—dije con una mirada triste—. No le digas a mamá, pero creo que me llevaré 3 al extra—bajé la mirada.

—No le diré, pues yo me llevaré 5—también puso mirada triste.

En eso, el camión pasó al frente de nosotros interrumpiendo nuestra plática.

Subimos al camión ambos, y como siempre, en ese instante yo ya no existía para mi hermano. Me dirigí a mi lugar de siempre, con la sorpresa de encontrarme ahí, a Perrie.

La miré, y ella a mí, mis ojos brillaron a la vez que sonreía.

Me encaminé a ese lugar, y me senté.

— ¡Jadey!, tanto tiempo—dijo ella abrazándome con cariño.

—Lo sé, te extrañé—le dije.

Después de una plática de 5 minutos, el tema de Leigh salió.

—Sabes que hoy…

—Se irá Leigh—dijo Perrie con una mirada triste.

Marcel... ¿Eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora