Capítulo 3. El mejor día de mi vida.

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Narra Marcel.

Salí de la escuela junto a Jade, este día no pudo estar mejor.

Cuando salimos todo el mundo se quedo mirando hacia nosotros, pero debo acostumbrarme. Claro si Jade sigue estando conmigo... no entiendo porque una chica tan linda como ella se junta con un nerd como yo.

Jamás en la vida me habían tratado tan bien como el día de hoy, tal vez ya me tocaba a mi. Demasiados años de sufrimiento había vivido.

Jade estaba apunto de subir al autobús pero la detuve.

—¡Hey Jade! —dije a 5 metros de distancia.
—¿Qué pasa, no vas a subir? —pregunté curiosa.
—Es que tengo una idea... ven.

Ella sólo asintio extraña y me siguió el paso.

—¿Qué idea Marcel? —preguntó sonriendome.
—¿Qué te parece si vamos por un café a Starbucks?, si tal ves suene un poco hipster —dije riendo.

Ella soltó tambien una pequeña risa imitandome

—Está bien, sirve que platicamos más y nos conocemos más —dijo sonriendo.

(...)

Llegamos al Starbucks donde todo mundo traía gafas, tomaba fotos a la comida con su iPhone y leían.

Me sentí identificado, sólo que yo no tengo iPhone y no le ando tomando fotos a la comida ¿Qué chiste tiene?

Nos sentamos en uno de los asientos del piso de arriba.
—Y entonces... —dijo Jade acomodando su mochila en el piso.

—... ¿Entonces qué? —Dije yo un poco confundido.
—¿A qué hora va a venir el mesero para ordenar?

Sonreí burlonamente.

—¿Qué? —dijo Jade mirándome extraño.
—Nunca haz venido a Starbucks o a algún café?
—Bueno... Es que casi no tomo café, me gustan más las bebidas frías.
—Tenemos que bajar y nosotros pedir nuestra orden.
—¿Qué? ¿En serio? —bufó—. Qué flojera —dijo mientras se deslizaba sobre su asiento.

Solté una pequeña risa ante su expresión.

Después ambos bajamos y tomaron nuestro pedido.

—Buenas tardes ¿Qué van a pedir? —dijo el chico que atendía atentamente.

—Amm, yo un café frapuccino y un pastel de chocolate por favor —tenía hambre, ya que en receso no di ni una mordida a mi sandwich.... —. ¿Y tú Jade?
—¡Ah!, yo un Frapuccino moca y galletas oreo, por favor —¿Galletas oreo?
—Enseguida se los llevo a su mesa —dijo el mesero yéndose.

Jade sacó de su mochila un paquete a medias de galletas Chips y se comió una.

—Oh, lo siento, ¿quieres? —me preguntó ofreciendome del paquete.
—Oh, no gracias —dije sonriéndole.

Ella sólo apartó la vista y se dispuso a comer de nuevo.

Ambos caminamos hacia nuestra mesa y al llegar nos sentamos para volver a conversar.

—¿Por qué casi no hablas con nadie y todo eso... —me dijo inesperadamente.
—Bueno... yo... la verdad... —No supe que decir, la verdad no tenía una explicación exacta.
—Perdón si esto te incomoda, es que soy muy preguntona —dijo arrepintiéndose.
—No, no. No te preocupes, es que simplemente no sé como responder a esa pregunta. Ni yo mismo me la se responder... sólo soy diferente- Dije mirando al piso.
—Y no tiene nada de malo ser diferente —dijo sonriéndome.

Marcel... ¿Eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora