Capítulo 4. Ellas no saben quien es él.

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Narra Jade.

Al fin llegué a mi casa después de una noche loca con Marcel. O sea lo de ir al café y eso. No mal piensen.

Abrí la puerta con cuidado sin hacer ruido entré.

Estaba todo apagado. Cerré la puerta con cuidado y me dirigí a la cocina después, luego fui a la alacena y la abrí con cuidado. Saqué un paquete de esa comida deliciosa que amo con todo mi corazón, que me sube el animo cuando más lo necesito sólo pueden ser las ¡Galletas! Abrí el paquete sin hacer ruido y comí una galleta.

Pero alguien interrumpió mi momento con la galleta. Se escucharon ruidos desde las escaleras, me agaché para esconderme.

—¿Qué? ¿Quién está ahí? —dijo mi hermano desde uno de los escalones. Bajó y se dirigió hacia donde yo estaba—. ¿Jade? —preguntó mi hermano—. ¿Qué haces metida ahí?, levántate —dijo mi hermano mientras yo me levantaba.

—Ah...
—¿Dónde estabas?
—Emm... ¿Me prometes que no le dirás a mi mamá? —supliqué.
—Sólo si me dices en donde estabas—insistió.
—Agh, ¿a ti qué te importa? —Dije sentándome en el sofá.
—Está bien, no me digas —dijo y se fue a las escaleras —. Despertaré a mamá —dijo.

—¿Para qué? —se me había olvidado lo que me dijo hace... ¿5 segundos?, me había dicho que le dijera porque si no él se lo diría a mi mamá.

Genial, ahora también me apodarán Dory.

Me percaté de lo que me había dicho antes y reaccioné.

—¡No le dirás! —dije saltando sobre su espalda.

—Está bien, está bien. ¡Pero bájate de mi espalda! —dijo bajándome.

Me senté en el sofá nuevamente, y comencé a comerme una galleta.

—¿Y?, me dirás? —dijo ansioso.

Me quedé callada.

—Jade —Dijo él haciendo señas de advirtiendo que si no le digo sé lo que pasará.

—Está bien... —dije yo.
—¿Con quién estabas?
—Con un chico —dije cortante.
—¿Qué?, ¿Qué hicieron?, ¿Es tu novio?, ¿Quieres que lo mate? —dijo apretando su puño, él era el típico hermano protector.

—¡No!, no es mi novio —dije
—¿Quién es?, ¿Va en la escuela —preguntó.
—Si, se llama... Marcel —dije nerviosa.
—¿Marcel?, nunca lo he visto —dijo y sentí un gran alivio, tan siquiera no me molestará.

—¡Ah!, ya sé quien es. ¿Es el nerd que siempre come su almuerzo en el baño?—dijo para luego morir de risa carcajadas.

Mierda. Pensé.

—Cállate —dije enojada.
—¿Es tu novio?, ¿Cuándo es la boda?—Después de decir eso soltó otra de sus risotas.
—¡¡Ya basta! —dije fulminándolo con la mirada.
—¿Y qué hicieron? —dijo un poco más serio.
—Sólo fuimos a un café y ya —dije cortante.
—Aw, que lindos, ¡Se aman! —dijo riendo.
—¡No idiota! —dije golpeándolo en la cabeza.

—Uy, ok. Nos vemos mañana pequeña monstruo come galletas bebé que ama al nerd —dijo riendo y se fue.

—Estúpido —susurré.

Al igual que mi hermano subí a mi habitación y caí rendida.

Tuve un sueño muy raro. En el estaba Marcel.

Mi sueño trató de que yo estaba en Marte, si en el planeta Marte, creo.

Habían millones de galletas enormes, yo me lanzaba sobre ellas y las comía. Después llegaban unos marcianitos y me cargaban para después llevarme a un trono. Me coronaban como su reina de galletas. Luego llegaba Marcel y me pulía los zapatos.

Marcel... ¿Eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora